Granola proteica

Si te gustan los cereales de desayuno y quieres probar una versión saludable y fitness, seguro que te encanta esta deliciosa granola proteica súper crujiente que arrasará en tu casa.

La granola es una elaboración típica de los Estados Unidos que consiste en mezclar copos de avena, frutos secos y miel u otras melazas y hornearlo hasta que quede crujiente. Se suele servir con leche, yogurt y/o frutas frescas. Yo hoy la he aderezado con yogurt de soja eco + kiwi + almendras del huerto tostadas. La granola es prima hermana del muesli, de origen europeo, la diferencia es que el muesli suele presentarse más suave y en trozos más pequeños.

A mí me gusta preparar la granola en horno, porque es la manera más fácil y qué menos tiempo requiere por tu parte (la metemos al horno y ¡voilà!). Pero alguna vez la he preparado tostada en la sartén. Y tengo que reconocer que es una idea genial para el verano, cuando no queremos encender el horno o cuando queremos preparar poca cantidad.

Para nuestra granola proteica, he optado por introducir una mezcla de copos de avena con copos proteicos (los de FoodSpring son de soja no transgénica), semillas variadas y canela. Puedes cambiar las semillas y frutos secos a voluntad, pero la chía debe quedarse chía (actúa de apelmazante gracias a su mucílago). Con una excepción: podría usarse lino molido en vez de chía 😉

En cuanto a la miel o melaza que tradicionalmente se usa para la granola, he usado una mezcla triturada de crema de cacahuete natural, plátano y pasas. He querido hacer una receta lo más saludable posible, prescindiendo tanto del azúcar como de otros endulzantes (que, aunque sean más saludables, no dejan de ser procesados). Por esto, he utilizado plátano y pasas para aportar el toque dulce. Y, mezclados con la crema de cacahuete, le aportan a la granola la cremosidad que necesita para crear los bloques finales.

El resultado es una granola deliciosa, crujiente y con esa combinación tan rica de cacahuete + avena + plátano + canela. Un combo de 10 y que, además, está cargada de proteínas de buena calidad. Por mi parte, desde que he empezado a hacer más deporte, me he dado cuenta de que mis necesidades proteicas han aumentado. Uno de los trucos que más me funciona es procurar que en cada comida y snack tenga una buena dosis de proteína (además de los demás nutrientes, por supuesto). Con esta granola, tenemos nuestra dosis de manera rápida e ideal como desayuno o tentempié a media mañana o media tarde.

Te dejo con la receta para que la disfrutes:

Ingredientes

Sólidos:

 

  • 1 taza copos de avena (100g)
  • 1 taza copos proteicos FoodSpring (100g)
  • ¼ taza semillas de chía (45g)
  • ¼ taza de semillas de calabaza (45g)
  • 2 c.s. almendras crudas (30g)
  • Canela 1 c.c.

“Líquidos”:

 

  • 4 c.s. mantequilla de cacahuete (90g)
  • 1 plátano maduro (100g)
  • 1/3 taza de pasas (50g)

Elaboración

 

  • Precalentamos el horno a 150ºC con ventilación.
  • En un bol grande, mezclamos todos los ingredientes sólidos.
  • A parte, trituramos con una batidora de brazo todos los ingredientes “líquidos” (digo líquidos entre comillas porque sé que no son líquidos como tal, pero al triturarlos, actúan como tal 😉). Y los añadimos al bol con los sólidos.
  • Mezclamos bien con una cuchara. Preparamos una bandeja de horno con un papel para hornear (yo uso uno de silicona), y extendemos la mezcla encima de la bandeja, de manera que quede bien extendida por toda la superficie.
  • Horneamos 12 minutos. Retiramos la bandeja del horno y mezclamos para que no se nos queme, procurando no romper demasiado las rocas que se van formando.
  • Horneamos 12-14 minutos más. Sacamos del horno y dejamos enfriar completamente. Podemos guardar la granola en un recipiente de cristal durante 5-6 días en un armario fresco y seco.

Para esta granola proteica, he usado…

Copos de proteína de FoodSpring

Para preparar esta granola proteica, he utilizado los copos de proteína de FoodSpring, elaborados con soja orgánica europea. Los encontrarás aquí.

Lámina de silicona para hornear

La solución para no tener que usar papel de horno cada vez. Es perfecta como base para nuestra receta, para que nuestra granola no se enganche a la bandeja del horno.

Te enlazo a esta que puedes encontrar en Conasi. Y recuerda que tienes un descuento del 5% por venir de mi parte con el código CNS-NATURALMENTE.

Crema de cacahuete de FoodSpring

Crema de cacahuete elaborada justo como se tiene que elaborar: utilizando únicamente cacahuetes tostados, triturados hasta obtener crema. Puedes prepararla tú mism@, tienes la receta aquí, o bien comprarla preparada en casas que te gusten, como esta de FoodSpring.

Y si te ha gustado la receta…

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Cóctel de kombucha

Hoy quería compartir contigo una receta más festiva, ideal para acompañar una celebración o un tardeo ahora que empieza el buen tiempo: el CÓCTEL DE KOMBUCHA estilo mimosa, un delicioso mocktail (=cóctel sin alcohol) elaborado con kombucha, naranja y un toque de frutos rojos.

La kombucha, por si no la conoces, es una bebida milenaria carbonatada que se elabora a partir de la fermentación del té verde junto con agua, SCOBY (acrónimo para la colonia de bacterias y levaduras de la kombucha: Symbiotic Colony Of Bactery and Yeast), azúcar integral de caña eco y mucho mimo.

Como beneficios interesantes, cabe destacar:

  • Su función probiótica y digestiva: enriquece la flora bacteriana o microbiota y regula la digestión.
  • Es antioxidante, gracias a la acción del té verde.
  • Resulta energética, aportándonos más vitalidad, y refrescante.
  • Es saciante y, a la vez, baja en calorías.
  • Si está elaborada de la manera correcta, los niveles de azúcar tras la fermentación son muy bajitos.

Afortunadamente, durante los últimos años se ha ido recuperando la elaboración de esta deliciosa bebida probiótica y, en la actualidad, ya existen muchas empresas que la fabrican en España y en cualquier parte del mundo. De hecho, es gracias a la enorme popularidad que está ganando, que la kombucha puede considerarse, a día de hoy, una bebida en tendencia.

Para la receta de hoy, he utilizado VITAE KOMBUCHA, una kombucha fabricada de manera artesanal aquí donde vivo, en Catalunya (en Pineda de Mar), y que elabora su producto con ingredientes ecológicos, con una gestión sostenible y según el método tradicional.

Vitae Kombucha fabrica 8 variedades, todas ellas embotelladas en vidrio. Y, para el cóctel de kombucha estilo mimosa, me he decantado por la de açaí y frutos del bosque, que nos aporta un toque aromático, fresco y antioxidante y así le damos un twist al cóctel tradicional.

Y es que el cóctel mimosa clásico se elabora con cava y zumo de naranja. Para nuestra versión, he substituido el cava por la kombucha y el zumo de naranja por naranjas enteras y trituradas a modo de batido (así no sólo tomamos el zumo sino también la pulpa y fibra 😉 ). También he añadido unas pocas frambuesas, para reforzar el sabor a frutos rojos que ya nos aporta esta variedad de kombucha. Me ha encantado añadir este toque de frambuesa al cóctel de kombucha estilo mimosa porque le aporta un toque fresco, antioxidante y muy primaveral.

Verás que se trata de una receta súper fácil que puedes preparar en 5 minutos y que va a encantar a todo el mundo. Además, al tomar la kombucha en cóctel con frutas, te darás cuenta de que ¡parece realmente un cóctel con alcohol! Sorprenderás a todo el mundo al contar que se trata de una bebida sin alcohol, te lo prometo 😉

Ingredientes (para 2 personas)

Elaboración del cóctel de kombucha

  • Antes de empezar, es importante que los ingredientes estén bien fríos. A mí me gusta tener las naranjas y las frambuesas congeladas porque así me aseguro de que el cóctel estará fresquito de verdad.
  • Introducimos todos los ingredientes en el vaso de una batidora potente y trituramos a máxima potencia hasta obtener un batido fino.
  • Servimos bien frío en copas largas de cava. Podemos decorar la copa con un trocito de naranja o una frambuesa.

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Kombucha de açaí y frutos rojos

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Paella de verduras

Hace tiempo que me apetecía compartir esta receta contigo, que triunfa por sencilla y tradicional: la paella de verduras. Todo un clásico de la cocina mediterránea y que hoy vamos a preparar en su versión más saludable, aprovechando las virtudes del arroz integral.

La paella es un plato que suele ser el rey de la fiesta en días de encuentros o cuando nos apetece cocinar algo especial y de toda la vida. La podemos elaborar con mil y un ingredientes (pregúntale a un valenciano y seguro que no acaba de estar de acuerdo conmigo en este punto 😉). Y, sin duda, la paella de verduras es una de las mejores opciones cuando queremos preparar una paella tradicional y con ingredientes de origen vegetal.

Si te has pasado a los cereales integrales o te interesa hacer una paella de verduras en su versión más saludable con arroz integral, te habrás dado cuenta de que, para esta receta, no nos sirve eso de cambiar, simplemente, el arroz blanco por su versión completa. El arroz integral, como bien sabrás, se comporta de manera distinta a su homónimo refinado. Y no solo en cuanto a tiempos de cocción se refiere, sino también en cuanto a la forma de cocinar la propia paella. Aún me acuerdo de la primera vez que me dispuse a preparar una paella de verduras con arroz integral y pensé que se cocería el arroz en los 40 minutos que suele requerir normalmente cuando se cocina el integral a modo convencional… Ilusa… ¡aquel arroz nunca se cocía y no hacía más que agregar caldo y caldo y tiempo y tiempo y no había manera!

Me di cuenta entonces, de que, al sellar el arroz en crudo con la marca de verduras[1], se convertía en misión imposible hervir luego el arroz en el caldo con esas verduras. De hecho, aumentó considerablemente el tiempo de cocción e hice esperar a todos los comensales durante un buen rato más de lo previsto.

¿La solución? Sencilla: precocer el arroz con el caldo aparte, en un cazo bien tapadito durante 20 minutos. Así, en primer lugar, sofreiremos las verduras en la paella como siempre se ha hecho y, en el momento de añadir el arroz a la paella, lo haremos con el arroz que ya tenemos precocido. Se terminará de cocer en 20 minutos más y en total habremos tardado los 40 minutos que se espera de un arroz integral. Y lo mejor, el resultado: un arroz al punto, un poco al dente, pero sin que se nos caiga un diente.

 

[1] Procedimiento típico del “arrossejat”, que es como se suele hacer el arroz aquí en mi zona, en el Delta del Ebro (sur de Catalunya, tocando al País Valencià).

Si aún no te acaba de convencer la idea de pasarte al arroz integral, te dejo aquí con algunos de sus beneficios, que espero que consigan hacerte sentir devoción por este preciado cereal:

  • Al aportar azúcares complejos, el arroz integral se asimila de forma lenta y nos aporta una energía natural y extendida a lo largo de las horas, lo que nos permite mantener constantes los niveles de azúcar en sangre.
  • Fortalece páncreas y bazo y, en general, armoniza y regula el sistema digestivo, siendo uno de los cereales más digestivos.
  • Es mucho más rico en minerales y vitaminas que el arroz blanco.
  • Desde la medicina oriental, se considera uno de los cereales más equilibrados que existen y, por ello, se recomienda su consumo de forma habitual.

Pues bien, sin más preámbulos, te dejo con esta deliciosa receta de paella de verduras. Si te fijas, las verduras que he usado son bastante veraniegas (elaboré esta receta y sus fotos en verano), pero puedes cambiarlas a voluntad por las que sean de temporada y te apetezcan. Ahora mismo, la prepararía con alcachofas de mi tierra (que están preciosas) y unas florecillas de coliflor, en vez de los pimientos y berenjena. A disfrutar, pues:

 

Ingredientes (para 2-3 personas)       

  • 1 vaso de arroz integral ecológico (200g)
  • 3 y ½ vasos de caldo de verduras (875g)
  • 1 diente de ajo
  • ¼ puerro (unos 50g)
  • un trozo de pimiento rojo (1/4 aprox.) (50g)
  • ¼ berenjena (75g)
  • un trozo de pimiento verde (1/4 aprox.) (50g)
  • 4 champiñones Portobello (100g)
  • 1 tomate maduro (100g)
  • 1 c.c. pimentón dulce
  • un puñado de judías verdes (50g)
  • Un chorro de AOVE
  • Sal marina

 

Elaboración

  • Cocinamos el arroz aparte, con el caldo, durante 20 minutos, en una cazuela con tapa y a fuego lento.
  • Mientras tanto, preparamos el sofrito: en una paella con un chorrito de AOVE, añadimos el ajo bien picado. A continuación, el puerro picado y dejamos saltear un par de minutos. Incorporamos los pimientos y la berenjena, bien picados. Dejamos unos minutos e incorporamos los champiñones, laminados. Cuando esté bien cocido, añadimos el tomate rallado y dejamos que reduzca.
  • Cuando tengamos el arroz al punto, pasados los 20 minutos, añadimos el pimentón dulce a la paella, damos un par de vueltas y, a continuación, incorporamos el arroz con el caldo a la mezcla. Salamos y mezclamos. Añadimos las judías limpias haciendo forma de estrella y dejamos cocer a fuego medio durante 20 minutos más, hasta que el arroz esté cocido.

 

Trucos

Si vas a hacer más cantidad, te recomiendo que vayas reduciendo la cantidad de caldo que necesitarás. Estas medidas están pensadas para realizarlas con una paella de 30 cm de diámetro, lo que permite que el arroz quede bastante espaciado y, por lo tanto, se evapore bastante cantidad de caldo. Si ves que tu paella va a tener más de dos dedos de grosor de arroz, te recomiendo que pongas menos caldo y que acabes de ajustar a tu gusto. Y es que, a más cantidad de arroz, se va necesitando menos caldo.

A parte, la cantidad de caldo también va a variar en función de cómo te guste la paella (más suelta o más caldosa, más cruda o más hecha) y también en función de la caña que le des al fuego (a más fuego, más evaporación). Juega y descubre tu punto preferido y, si tienes dudas, me comentas 😉

 

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Y si te ha gustado esta paella de verduras…

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Mermelada saludable de frambuesa

Hace unos días compartí con vosotr@s la mermelada que estábamos elaborando en Xocola_t y os encantó la idea de aprender a elaborar vuestra propia mermelada. Y mejor si es saludable, casera y sin azúcar refinado. Hoy te traigo esta deliciosa mermelada saludable de frambuesa, que podrás preparar en 10 minutos y que, además, resulta súper fácil de elaborar.

Para cocinar la mermelada saludable, vamos a prescindir del azúcar. Yo he añadido un poquito de melaza de arroz ecológica, pero podéis utilizar el endulzante saludable que más os guste (azúcar de coco, sirope de agave, un dátil machacado, unas uvas pasas trituradas, etc.). Lo ideal es que vayamos acostumbrando el paladar a los sabores menos dulces y cada vez necesitemos menos cantidad de endulzante.

Para una taza de frambuesas, he necesitado una cucharilla de postre de melaza de arroz. Según qué frutas utilices, su punto de madurez y, por supuesto, el tipo de endulzante, necesitarás más o menos cantidad de éste. Te recomiendo que vayas ajustando la cantidad necesaria en función de tu mermelada, empezando siempre con menos e ir añadiendo de poco en poco hasta obtener el punto de dulzor que te resulte rico. Con este procedimiento, imagino que ya te habrás dado cuenta que esta receta no sigue los pasos de la mermelada tradicional (para 1kg de fruta, xxx g de azúcar…). Pero, ¿qué consecuencias tiene, a nivel práctico, no utilizar azúcar?

Primero, que tendremos una mermelada mucho menos dulce. Esto parece obvio, jeje. Ya te he explicado lo que pienso al respecto.

Segundo, que no disfrutaremos del poder conservador del azúcar. Y, por lo tanto, no tendremos mermelada para un año en la despensa… Para conservar la mermelada saludable de frambuesa durante más tiempo, lo que podemos hacer es disponerla en tarros pequeños en el congelador e ir pasándolos a la nevera a medida que necesitemos. O bien, elaborar menos cantidad, como te propongo en la receta. Yo suelo añadir un poquito de zumo de limón para aprovechar su poder conservador y antioxidante.

Y, tercero, la última consecuencia es que, sin azúcar, perdemos la textura a «mermelada» propia de la mermelada. Para conseguirla, yo te propongo utilizar semillas de chía, que son ricas en Omega-3 y en fibra y además, gracias a su mucílago, aportan una textura granulada y densa que le viene de maravilla a esta elaboración. Si no quieres utilizar chía, puedes substituirla por la misma cantidad de lino molido o bien por agaragar en polvo (unos 2g de agaragar por cada litro de mermelada va a ser suficiente).

En cuanto a las frutas que puedes utilizar para elaborar mermelada saludable, yo te propongo la frambuesa porque es la más rápida de cocinar. He utilizado frambuesas congeladas, pero puedes utilizarlas frescas si prefieres. Si escoges otras frutas, tendrás que adaptar el tiempo de cocción y cocinar hasta que se deshaga la fruta en cuestión. ¡Me encanta aprovechar la temporada de nísperos, naranjas fresas o melocotones, por ejemplo, para elaborar un montón de mermelada saludable!

Trucos: puedes añadir especias a tu gusto para un toque aromático (vainilla fresca, canela, 5 pimientas, jengibre, etc.).

Ingredientes

⦁ 1 taza de frambuesas congeladas (110g)
⦁ una c.p. de zumo de limón
⦁ 1 c.s. de semillas de chía (10g)
⦁ una c.p. de endulzante saludable (opcional). Yo he utilizado 1 c.p. de melaza de arroz (8g).

Elaboración

Disponemos todos los ingredientes en un cazo pequeño y lo cocinamos a fuego medio durante 5-6 minutos, mezclando con la ayuda de una cuchara a menudo, para que no se nos pegue. A medida que se va cocinando la frambuesa, vamos chafando un poquito la mezcla con la ayuda de la cuchara. Dejamos enfriar y conservamos en un tarro en la nevera, hasta una semana.

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Y si te ha gustado esta mermelada saludable de frambuesa…

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Horchata de chufa

Estamos ya en pleno verano y apetece un montón una buena horchata de chufa fresquita, ¿verdad? La horchata es una bebida vegetal original de Valencia y popular, de hecho, en toda España, que se consume especialmente durante los meses veraniegos.

Cuando aprieta más el calor, nuestro cuerpo nos pide comidas más ligeras y frescas. No nos apetece demasiado encender fogones y hornos y por eso las recetas rápidas y con poca cocción se convierten en las verdaderas protagonistas (porque, sabiamente, nuestro cuerpo escoge las elaboraciones que van a refrescar más nuestro organismo 😉).

La horchata, servida fría, nos va a refrescar un montón, pero a la vez es nutritiva y saciante, lo que la convierte en un superalimento en sí misma. Ahora bien, si te fijas, la mayoría de marcas comerciales añaden un montón de azúcar a la mezcla… con lo cual las horchatas convencionales se acaban convirtiendo en una fuente de azúcar innecesario y poco interesante para nuestro organismo.

Elaborar horchata en casa es facilísimo y te permite adaptar el punto de dulzor a tu paladar. Yo la preparo sin endulzante y le añado una buena cantidad de canela para aportarle el toque dulzón. Y te puedo asegurar que la chufa en sí ya es dulce de manera natural y que no necesitamos añadirle nada más 😊

Ahora bien, si necesitas, por supuesto que puedes incorporar un par de dátiles o un poco de sirope de arroz o agave, por ejemplo, a la hora de triturar la mezcla. También le queda de maravilla aromatizada con ralladura de limón. ¡Las posibilidades son muchas!

Resulta muy saludable introducir la chufa a nuestra vida, a poder ser de origen valenciano. Entre otros beneficios, este preciado tubérculo nos ayuda con:

 

  • Beneficia nuestra salud intestinal, regulando nuestro tránsito y disminuyendo las flatulencias, gracias a sus enzimas digestivas.
  • Contiene aceites esenciales que favorecen la salud cardiovascular.
  • Es muy rica en minerales y es baja en sodio.

Lo que más me gusta de la horchata de chufa casera es que:

 

  • Es súper fácil de hacer: ¡sólo necesitas 3 ingredientes y una buena batidora!
  • Resulta saciante y nutritiva. Es aromática y deliciosa.
  • Favorecemos el producto local con su consumo.
  • Es muy energética, ideal si hemos hecho deporte o actividad física.
  • Nos damos cuenta de lo sencillo que son de realizar las bebidas vegetales en casa.
  • Vuela rápido 😊

No me enrollo más y te dejo con la receta. Que la disfrutes:

Ingredientes (para 1 litro)

 

  • 250 g chufas (casi 2 tazas) + agua abundante para el remojo
  • 1 litro de agua para la horchata
  • 2 c.c. canela en polvo

Elaboración

 

  • Remojamos las chufas en agua abundante entre 12 y 24 horas.[1] Si hace mucho calor, podemos guardarlas en la nevera.
  • Colamos las chufas y las trituramos en una batidora potente, como la Vitamix, junto con el litro de agua y la canela.
  • Pasamos la mezcla por un colador súper fino o por una tela especial para bebidas vegetales. También es ideal colarla con la Vegan milker.
  • La reservamos en una botella de cristal y la guardamos en el refrigerador. Consumimos en un máximo de 2 días (es una bebida vegetal que aguanta poco tiempo en las mejores condiciones).

 


[1] Hay quien hace la horchata directamente, sin remojar. Lo he probado también y el resultado es igualmente bueno (y mucho más rápido). Sin embargo, considero que es mejor el remojo porque hará que la horchata sea más digestiva.

Para elaborar horchata, te puede interesar…

Vitamix Ascent 2500i

Mi batidora favorita para todo tipo de batidos y leches vegetales, ¡porque lo tritura todo y las bebidas vegetales quedan finísimas!

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Vegan Milker Classic, de Chufamix

La ayuda útil y limpia que nos permite elaborar nuestras bebidas vegetales con facilidad. Te enlazo con ella aquí. Y recuerda que tienes un descuento del 5% en tus compras por venir de mi parte, introduciendo el código CNS-NATURALMENTE.

Bolsa para hacer leches vegetales

En vez de utilizar una Vegan Milker, puedes optar por colar el resultado con una bolsa o colador bien finito, tipo malla. Te enlazo aquí con esta opción que puedes encontrar en Amazon.

Y si te ha gustado la horchata de chufa…

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Guacamole

Se acerca el verano y apetecen recetas más fresquitas con las que amenizar los días y las veladas, ¿verdad? Pues no se me ocurre mejor manera de hacerlo que con este guacamole casero, refrescante y delicioso.

La receta que comparto hoy contigo es la receta básica de guacamole que realizo desde que tengo uso de razón y ¡no puede ser más sencilla! El guacamole me encanta, primero, por su versatilidad y, segundo, porque es súuuper fácil de elaborar, no vas a tardar más de 5 minutos.

Su origen se encuentra en México, de la mano de los aztecas. Tradicionalmente el guacamole se preparaba con aguacates, jugo de limón, tomate y chile. Poco a poco se fue transformando la receta y se le añadió cebolla, cilantro y ajo. En la actualidad, existen varias variantes según la zona donde se cocina, pero la base sigue siendo el preciado aguacate.

Lo bueno del guacamole es que nos da un montón de juego. Podemos usarlo en multitud de elaboraciones: puede acompañar tacos, tortas, sándwiches, guisos de estilo mexicano… y podemos presentarlo también como elemento principal, acompañado de unos nachos o crudités de verduras (zanahoria, calabacín, apio, pepino, manzana, etc.).

El guacamole puede presentarse completamente triturado, a modo de salsa, o picado primero y chafado luego con un tenedor, con “tropezones”. Particularmente, me encanta la segunda opción. Presenta, así, un toque rústico particular, que lo destaca en comparación con otros patés vegetales completamente triturados. Además, puedes distinguir mejor el sabor de cada uno de los ingredientes y el resultado tiene más textura. Si prefieres la versión triturada, sólo tienes que pasar todos los ingredientes por la batidora 😉

Para que el guacamole no se nos ennegrezca, tenemos varios trucos:

  1. Primero, es importante consumirlo fresco, al cabo de 2-3 días ya se nos pondrá feo. Lo conservaremos siempre en la nevera hasta que lo acabemos.
  2. En el momento de la elaboración, vamos a tener preparado el limón para echarle el chorro de su jugo en el momento en el que cortamos el aguacate y lo disponemos en el bol. El limón ayuda a evitar la oxidación, por eso lo añadimos con rapidez y mejor si es de manera generosa.
  3. Para su conservación, añadimos al guacamole el hueso del aguacate y lo hundimos en él.
  4. También va muy bien filmar a ras de piel con film transparente, para que la mezcla no esté en contacto con el aire.

 

Y, antes de ir a por la receta, quería aprovechar para contarte algunos de los beneficios del aguacate, el auténtico protagonista del guacamole:

  • Resulta una fuente muy saludable de grasas monoinsaturadas.
  • Es rico en vitamina E y otros minerales y vitaminas (vitamina C, provitamina A, potasio, calcio, magnesio, etc.).
  • Reduce los niveles de colesterol “malo” (LDL) y aumenta los niveles de colesterol “bueno” (HDL).
  • Es ideal para personas deportistas, embarazadas y personas que necesiten nutrir su organismo con fuentes de energía de buena calidad. No es tan indicado para personas que necesiten depurar.
  • A nivel energético, al tratarse de una fruta tropical, refresca, por lo que es más interesante consumirlo cuando las temperaturas empiezan a subir.

Aquí tienes la receta completa de mi guacamole favorito:

 

Ingredientes (para 3 personas)

  • 2 aguacates maduros
  • 1 tomate maduro
  • 1 trocito de cebolla tierna o cebolla morada picada (yo uso la morada de Figueres), como unas 2 c.s.
  • Zumo de 1 limón (5 c.s.)
  • Cilantro fresco picado al gusto (o perejil)
  • Chile en polvo (opcional), al gusto
  • Una pizca de sal marina
  • Pimienta negra recién molida
  • Un chorrito de AOVE

 

Elaboración

  • Limpiamos el tomate, lo cortamos a cuadraditos pequeños y lo disponemos en un bol mediano.
  • Pelamos la cebolla, la picamos bien finita y la añadimos al bol con el tomate.
  • Cortamos los aguacates por la mitad, les sacamos el hueso, cortamos cuadraditos con cuidado, sin sacarlo de la piel, y vaciamos su contenido en el bol, con la ayuda de una cuchara. Incorporamos rápidamente el zumo de limón y mezclamos bien.
  • Salpimentamos, añadimos el cilantro picado, el chile en polvo y un chorrito de aove. Mezclamos y chafamos un poco con un tenedor, hasta obtener la textura deseada. Mi truco es ser generosa con el aceite y la pimienta, le dan el toque mágico.
  • Reservamos en la nevera con el hueso del aguacate dentro y cubierto con film a piel, para evitar que se oxide, tal y como ya te he comentado arriba 😉

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Cuchillo puntilla

Una puntilla te será muy útil en esta receta para pelar y cortar el tomate, la cebolla y el aguacate. Te enlazo a este de Wüsthof de 9 cm, que podrás encontrar en Conasi. De la mejor calidad, un buen cuchillo para toda la vida.

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Bol de acero inoxidable

Me gustan los boles de acero inoxidable para cocinar porque son libres de tóxicos y mucho más cómodos de manejar que los de vidrio. Por eso, para cocinar uso boles de acero inoxidable, como estos de “A slice of green”, fabricados en acero inxocidable de la mejor calidad — los puedes encontrar aquí.

Tabla de madera de bambú

Para cortar el tomate y la cebolla, una tabla de madera me resulta de lo más cómodo y orgánico. Por eso, es un básico en mi cocina 😉

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Y si te ha gustado este guacamole…

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Pan integral básico

¡Buenas! ¿Cómo va todo? Después de varias semanas de confinamiento, en casa hemos ido perfeccionando el arte de hacer pan. Y, por lo que se ha visto en las redes y en las noticias, no hemos sido los únicos, jeje. Hoy me encantaría compartir contigo una de las recetas más simples, saludables y resultonas de las que hemos disfrutado durante las últimas semanas: este delicioso pan integral básico, elaborado con masa madre.

En casa, tenemos una hermosa masa madre que empezamos a principios de abril gracias a las indicaciones de @cookstorming. Desde entonces, la utilizamos para todo tipo de panes, masas y pizzas. Elaborar pan en casa es uno de los mejores rituales que podía incorporar en mi vida. Y me encanta mi encuentro semanal con nuestra masa madre. La verdad es que voy aprendiendo de ella día a día y resulta un proceso fascinante.

Si quieres saber todos los motivos por los que soy tan súper fan de la masa madre, te remito a mi entrada pizza integral con masa madre, donde encontrarás, bien detallados, todos los beneficios para nuestra salud de tomar alimentos elaborados a partir de este proceso y con harinas integrales. Y, si quieres enriquecerte más sobre el tema con auténticos maestros del pan, te aconsejo que eches un vistazo a los vídeos, publicaciones y consejos de Ibán Yarza y GlutenMorgen.

Para elaborar este pan integral básico, sólo necesitarás tres ingredientes (agua, harina integral y sal marina) y un poco de paciencia. Pero es de lo más fácil que hay, porque prácticamente no necesita amasado (te cuento cuál es la técnica del amasado de 20 segundos) y su elaboración es de lo más sencilla (incluso lo he puesto en molde para que sea aún más cómodo).

 

Este pan integral básico me encanta porque:

  • La miga es aireada, agradable al paladar. He optado por una hidratación del 70% (los panes integrales siempre necesitan más agua que los blancos), que permite que el pan crezca bonito. Si quieres más hidratación, siempre puedes experimentar con más agua y obtendrás unos alveolos más grandes.
  • Resulta nutritivo y rústico, sin ser demasiado denso. Se trata de un pan con sabor, pero en su justa medida. Ideal para personas que quieran un pan integral sin ir a por sabores más intensos como los del centeno o el trigo sarraceno.

En mi caso, he utilizado harina integral de espelta, que elaboro en casa al momento con mi Vitamix, a partir del grano entero de espelta. A mí me encanta la espelta porque se trata de un grano antiguo que conserva más propiedades que los trigos modernos y porque, a nivel de sabor, ésta aporta un aroma y cremosidad especiales. En tu casa, por supuesto, puedes utilizar tanto harina integral de espelta como harina integral de trigo convencional, la que tengas será genial.

También quería comentarte que, si no dispones de masa madre en tu casa, puedes preparar el pan igualmente con levadura fresca de panadero (la que viene en forma de pastilla, que puedes encontrar en la sección de refrigerados) o con levadura seca (la que viene granulada). Durante el confinamiento ha sido súper complicado encontrar algunos ingredientes, así que no te agobies y hagámoslo fácil 😊 (te he dejado las equivalencias en los ingredientes y algunas explicaciones para su elaboración en el apartado correspondiente).

Este pan sigue la receta básica más básica de todas para panes integrales. Yo lo he hecho con un 40% de masa madre respecto al total de la harina (150 es el 40% de 375) y me encanta así. He estado leyendo varios artículos y visto otras recetas en las que incluyen más o menos porcentaje de masa madre y recogen otras variantes. Sin duda, si te apasiona este mundo, te aconsejo que hagas varias pruebas y encuentres la que más te guste. Para mí, este pan integral básico es un pan muy bien logrado y, después de varios intentos, me doy por más que satisfecha con él. Por eso no puedo esperar a compartirlo contigo:

 

Ingredientes para nuestro pan integral

 

  • 150g MM de espelta integral (al 100% de hidratación)
  • 375g harina de espelta integral
  • 280g agua tibia
  • 5g sal marina (1 c.c.)

 

Equivalencias para un pan sin masa madre

 

  • 450g harina de espelta integral
  • 355g agua
  • 5g sal marina
  • 9g de levadura fresca o 3g si es seca

 

Elaboración del pan integral

 

  1. La noche anterior, refrescamos nuestra masa madre: la sacamos de la nevera y, por 50g de masa madre, añadimos la misma cantidad en agua y en harina integral (50g masa madre + 50g agua + 50g harina integral). [Yo siempre la refresco toda y hago de más, porque así la que me sobra del refresco nuevo será la que guardaré para la siguiente semana.]
  2. Por la mañana, tomamos 150g de masa madre (el resto lo guardamos en un pote de cristal, cerrado, en la nevera) y la mezclamos en bol grande con los 280g de agua tibia. Mezclamos bien. Añadimos 375g de harina integral de espelta y mezclamos. Añadimos 5g de sal marina y mezclamos. Quedará una masa bastante pegajosa.
  3. Para amasar, tenemos varias técnicas. O bien amasamos durante 10 minutos de manera constante, hasta que la masa esté más fina. O bien amasamos en modo fácil (y el que te recomiendo si quieres hacerlo fácil fácil): le damos 3 amasados de unos 20 segundos cada uno, espaciados por 10 minutos de reposo, y listo.
  4. Dejamos reposar la masa durante toda la mañana, tapada con un trapo limpio. Si estás por casa, dale un pliegue al cabo de una hora.
  5. A primera hora de la tarde, cuando veas que la masa haya subido a tope (tardará más o menos en función de la temperatura exterior), preparamos la masa para el segundo y último reposo:
    • Preparamos un molde cubierto con un poco de aceite y espolvoreado con harina.
    • Nos mojamos las manos con un poco de agua o aceite, moldeamos el pan para que tenga la forma que nos interesa, intentando no desgasificarlo demasiado, y lo colocamos con cuidado en el molde, con el pliegue hacia abajo.
    • Dejamos reposar una última vez, entre 30 y 50 minutos. Si te gusta que el pan “estalle” en el horno y haga grietas en el pan, como en la foto, déjalo menos tiempo (30 minutos) para que acabe de subir en el horno. Si te gusta el pan más “entero”, más tipo pan de molde o pan de hamburguesa, déjalo más tiempo en este último reposo (los 50 minutos). En todo caso, en este punto es interesante que aprendamos a leer nuestro pan y así saber cuándo está listo.
    • Para lograr el efecto rústico de nuestro pan integral, espolvoreamos un poco de harina integral por encima y le hacemos unos pequeños cortes con un cuchillo afilado.
  6. Encendemos el horno a tope y dejamos que se caliente bien (unos 30 minutos). Para que la corteza quede espectacular, te recomiendo que pongas la bandeja del horno metálica abajo del todo cuando enciendas el horno, para que así se caliente bien, y cuando vayas a poner el pan, pongas un poquito de agua en la bandeja, para darle un toque de vapor.
  7. Ponemos el pan en el horno. Lo colocamos en la rejilla, que habremos colocado en la parte más bien inferior del horno: si dividimos el espacio del horno en 4, la rejilla la colocaremos en el lugar donde contaríamos ¼ del espacio, empezando desde abajo.
  8. Dejamos el pan cocer los primeros 10 minutos a máxima temperatura y luego bajamos a 180ºC. Dejamos cocer un total de unos 45 minutos, o hasta que esté crujiente y doradito por fuera y suene hueco cuando le damos golpes en la parte inferior.

 

Observaciones

 

  • Si en vez de masa madre utilizamos levadura seca o fresca, nos saltamos el primer paso y empezamos directamente por el segundo paso. Necesitaremos, no obstante, cambiar los ingredientes detallados en este segundo paso por los correspondientes en el apartado “equivalencias para un pan sin masa madre”. Y seguiremos la receta a partir de ahí.
  • Siempre vamos a tener en cuenta la temperatura para escuchar nuestra masa y respetar sus tempos. En invierno, los panes tardan más y en verano menos, así que es importante que vayamos experimentando y encontrando el ritmo que mejor nos venga y con el que obtengamos un mejor resultado.

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Vitamix Ascent 2500i

La Vitamix es una batidora perfecta para triturar todo lo que se te antoje y, además, puedes hacer harinas en casa. Me encanta porque desde que la tengo, me puedo preparar las harinas al momento: centeno, espelta, sarraceno… los panes con harinas recién molidas son lo más 😉 Puedes encontrarla en Conasi aquí.

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Molde para pan

Este es el molde de Kaiser que tengo en casa, de 30 cm. Para esta receta es perfecto, ni demasiado grande, ni demasiado pequeño. Te dejo aquí el enlace para encontrarlo en Amazon.

Varillas de silicona

Para empezar la mezcla del pan, especialmente cuando aún no le he puesto toda la harina, me encanta mezclar bien la masa con unas buenas varillas, libres de tóxicos. Puedes encontrarlas en Conasi aquí.

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Batido de fresa

Con la llegada de la primavera, arranca la temporada de fresas. En casa, nos encanta esta fruta: es muy rica en vitamina C, hierro y magnesio, y contiene muy poquitas calorías. Para disfrutarla, una de nuestras maneras favoritas es con este cremoso batido de fresa, que elaboramos una vez a la semana ¡mínimo!

Los batidos de frutas son una manera fantástica de romper el ayuno, y este en particular me encanta porque:

  • Es súuuper fácil de hacer, sólo requiere de 4 ingredientes, 3 minutos de tu tiempo y una batidora potente.
  • Te carga de vitaminas y energía para una mañana genial.
  • Es ideal para los más pequeños de la casa, por el color y por su dulzor natural.
  • Resulta cremoso y suave, gracias al toque del plátano maduro, que le aporta textura y sabor.
  • Es vegano.
  • Favorecemos nuestra flora bacteriana al incorporar los probióticos del yogur.

Este batido de fresa es una de esas elaboraciones estrella que lo tiene todo: por un lado, es muy sencilla y con ingredientes simples y, por el otro, gusta a todo el mundo. Además, ¡es una receta totalmente saludable! Por estos motivos, resulta la receta perfecta para estos días de confinamiento.

Si lo que quieres es darle un twist a esta receta, es perfecto porque puedes añadir o substituir ingredientes a tu gusto:

  • Puedes cambiar el plátano por otras frutas dulces, como por pera, manzana, melocotones, mango o piña madura, por ejemplo.
  • También podemos incorporar superalimentos como la maca, açaí… u otras semillas y cereales (chía, lino, almendras, cacahuetes, copos de avena…), para darle un plus de energía.
  • Si lo que preferimos es un punto detox, podemos añadir un poco de espinacas crudas o un trocito de pepino o de apio a nuestra mezcla.
  • Finalmente, puedes cambiar el yogur vegano por algún yogur ecológico o kéfir (mejor de cabra u oveja), si prefieres elaborarlo con lácteos.

Te dejo con esta deliciosa receta de batido de fresa:

 

Ingredientes (para 2 personas)

  • 2 vasos de fresas ecológicas, limpias y cortadas a trocitos (280g). Utilizamos fresas eco porque las convencionales absorben un montón de pesticidas.
  • 1 plátano maduro
  • un yogur vegetal sin azúcares, de 125ml (yo he usado de soja ecológico, de Sojade)
  • 1 vaso de bebida de arroz (250g)

Elaboración

  • Limpiamos y cortamos las fresas. Pelamos el plátano. Introducimos las frutas en el vaso de la batidora.
  • Añadimos el yogur vegetal y la bebida de arroz. Trituramos bien y servimos.

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Cuchillo puntilla

Una puntilla te será muy útil en esta receta para pelar y cortar todas las frutas. Te enlazo a este de Wüsthof de 9 cm, que podrás encontrar en Conasi. De la mejor calidad, un buen cuchillo para toda la vida.

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Vitamix Ascent 2500i

Para triturar todo lo que se te antoje, ideal para la receta de hoy, porque te deja el batido súper bien triturado. Es la batidora, con diferencia, que más finos deja los batidos 😉 Puedes encontrarla en Conasi aquí.

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Tabla de madera de bambú

Para cortar las frutas y verduras, una tabla de madera me resulta de lo más cómodo y orgánico. Por eso, es un básico en mi cocina 😉

Esta de Conasi me encanta porque está elaborada con madera de bambú, que resulta resistente, antimicrobiana y biodegradable. Acuérdate de que tienes un 5% de descuento en tus compras con el código CNS-NATURALMENTE.

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Torrijas saludables

Estamos ya en Semana Santa y este año, sin duda, será un año muy diferente para todos. Nos quedamos en casa, pero eso no significa que no podamos disfrutar de las fiestas, ¿y qué mejor para hacerlo que homenajearnos con estas deliciosas torrijas saludables?

Las torrijas son una de las recetas más tradicionales de estas festividades, tienen varios siglos de historia y, como en toda receta de la abuela, cada maestrillo tiene su librillo. Por norma general, las torrijas tradicionales se elaboran con pan seco, cortado en rebanadas gruesas, o con brioche especial para la ocasión. Se suelen hacer con leche infusionada con azúcar, canela (y, opcionalmente, ralladura de cítricos), con la que se empapan las rebanadas de pan. Se rebozan en huevo y se fríen. Finalmente, en el norte de España se espolvorean con azúcar y canela, mientras que en el sur se sirven con un almíbar a base de miel. Se toman calientes.

Como variante, existe la opción, también muy tradicional, de empapar las rebanadas en una infusión de vino en vez de usar leche.

Esta receta es famosa en todo el planeta y existen un montón de versiones, cada una con sus particularidades. En el mundo anglosajón, por ejemplo, a las torrijas se las conoce como French toasts, porque precisamente están inspiradas en la elaboración de pain perdu de nuestro país vecino.

Para la receta de hoy, vamos a preparar unas torrijas saludables elaboradas sin azúcar refinado, sin leche y sin freír. Hemos escogido un pan integral ecológico (el de la foto es de centeno), huevos eco y, en vez de leche, hemos usado bebida de avena, que es cremosa y densa y con un punto dulce. Substituimos el frito por la plancha y, para el toque final, ofrecemos dos opciones: la del rebozado clásico de azúcar (de coco) con canela o la de incorporar un poquito de melaza de arroz.

Si prefieres una opción vegana, te recomiendo que substituyas el huevo por una mezcla de harina de garbanzo y agua. Y, si lo que quieres es una versión sin nada de aceite, puedes optar por terminar la cocción de las torrijas al horno, a temperatura alta, durante unos minutos, hasta que queden doradas por ambos lados (en este caso te recomiendo que le des la vuelta a las torrijas cuando veas que ya están tostaditas por abajo).

Estas torrijas saludables me encantan porque:

  • Son fáciles de hacer.
  • Nos demuestran que podemos optar por opciones saludables igualmente deliciosas.
  • Están elaboradas con ingredientes ecológicos.
  • Son una forma fantástica de celebrar, especialmente en tiempos difíciles.
  • Son mucho más digestivas que las torrijas originales, al no ser fritas, no llevar lácteos, harinas refinadas ni azúcar blanco.

 

Te dejo con la receta de estas deliciosas torrijas saludables:

Ingredientes (para 4 personas)

  • 8 rebanadas de pan integral ecológico (280g)
  • 3 vasos de bebida vegetal (750g), yo he usado de avena, pero te sirve cualquiera sin azúcares añadidos y que sea más o menos dulce de manera natural
  • Ralladura de 1 naranja y de 1 limón. Sólo la parte de color, evitamos la parte blanca.
  • 1 ramita de canela
  • 2 huevos ecológicos
  • Un chorrito de AOVE
  • Frutos rojos al gusto para decorar
  • Decoración versión 1: un poco de azúcar de coco con canela. Decoración versión 2 (la de la foto): una cucharadita de sirope de arroz por persona

Elaboración

  • En un cazo, llevamos a ebullición la bebida de avena con la ralladura de los cítricos y la rama de canela. Una vez rompa a hervir, retiramos del fuego y dejamos que temple (unos 10 minutos), para que el líquido absorba todos los aromas y la mezcla quede a temperatura ambiente.
  • Cortamos el pan del día anterior a rebanadas gruesas, de unos 2 cm. Esta es la versión tradicional (y la que ves en la foto), pero a mí personalmente me gusta con las rebanadas un poco más finitas.
  • Disponemos el pan en una fuente ancha y vertemos la mezcla líquida por encima. Dejamos reposar unos 10 minutos, damos la vuelta a las rebanadas y dejamos reposar 10 minutos más.
  • Batimos los huevos en un plato. Calentamos una sartén grande, antiadherente, con un chorrito de aceite (no demasiado, sólo queremos que no se nos enganchen, no queremos freír las torrijas).
  • Vamos preparando las torrijas para la sartén: escurrimos el exceso de líquido, las pasamos por el huevo batido por las dos caras y las vamos colocando en la sartén. Dejamos que se doren por un lado, a fuego medio-alto durante un par de minutos, damos la vuelta y dejamos que se doren por el otro lado.
  • Servimos dos rebanadas por persona, con un poco de frutos rojos laminados (en mi receta he usado fresas y arándanos). Rociamos con una cucharadita de sirope de arroz. Si prefieres la otra variante, puedes espolvorear con un poquito de azúcar de coco con canela en polvo.

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rallador microplane

Rallador de cítricos Microplane

Para rallar la ralladura de naranja y de limón, la mejor opción es un rallador del estilo Microplane. Con él, además de evitarte la parte blanca del cítrico – y su amargor asociado -, consigues un rallado fino y aromático.

Encuéntralo en Amazon aquí.

Sartén de titanio SKK

He probado varias sartenes y las que más me gustan son las sartenes ecológicas SKK, que están hechas sin teflón y con antiadherente reforzado con titanio. Si te interesa, te dejo el enlace aquí para que la encuentres en Conasi.

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Bandeja de cristal

Bandeja baja ideal para dejar las rebanadas de pan con la mezcla de bebida vegetal. También la puedes usar para hornear. Está hecha de vidrio borosilicato, material que no desprende tóxicos y es altamente resistente al calor. Encuéntrala en Conasi aquí.

Y si te han gustado estas torrijas saludables…

Y te apetecen otros dulces de temporada, te animo a que eches un vistazo a nuestra mona de Pascua sin gluten. El postre de Semana Santa típico en Catalunya en una versión libre de gluten con la que sorprender a tu familia.

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