Cocina saludable y macrobiótica

Por lo general, apuesto por los alimentos de proximidad: así favorecemos el productor local y la economía consciente, a la vez que nos beneficiamos del producto en su máxima esplendor. A la vez, cuando es necesario, acudo a ingredientes con super poderes que vienen de más lejos, para aprovecharnos de su potencial medicinal (azukis, miso o umeboshi, por ejemplo), siempre mirando que su producción sea ecológica y sostenible.

Me gusta adaptarme a la estación en la que estamos y aprovechar el producto propio de cada una. Me divierto con los ingredientes estacionales (¡son los más sabrosos y frescos!), pero también con los estilos de cocción más adecuados a cada época del año, pues cada tipo de elaboración crea una energía distinta y un efecto específico en nuestro organismo.

Activar y desintoxicar en primavera, refrescar en verano, nutrir en otoño y calentar en invierno, son, a grandes rasgos, los propósitos energéticos que se reflejan en mis recetas para cada estación. No obstante, me gusta también divertirme jugando con otras posibilidades, como relajar por la noche, crear un clima festivo en una celebración, o aportar una buena recarga de pilas después de una sesión de deporte. En definitiva, me encanta descubrir el poder de la alquimia en la cocina. 😊

En cuanto a los platos salados, me gusta sorprenderte con elaboraciones sabrosas y coloridas, llenas de pasión, con salsas, aromas, hierbas frescas, cremas, crujientes e influencias asiáticas y suramericanas. Me apasiona la cocina peruana, japonesa e indonesia, por lo que a veces se me cuela algún toque mágico inspirado en la gastronomía de estos países.

En cuanto al dulce… ¿qué decir del dulce? ¡Pues que me encanta! Me gusta contrastar las texturas e introducir ingredientes sorprendentes a mis elaboraciones. Para endulzar, apuesto por aquellos productos que aporten dulzor natural o por melazas menos procesadas (como plátanos, higos, dátiles, fruta seca, melaza de arroz, melaza de cebada o agave).