Hummus tradicional y variantes

Ay el hummus… ¡cuántos placeres me ha regalado desde que le conocí! Untable perfecto para desayunos, comidas, meriendas y cenas, para compartir y para disfrutar en solitario, el hummus es uno de los patés vegetales más populares y versátiles, y con razón. Está delicioso, es cremoso, con ese punto ácido, sólo lleva ingredientes de origen vegetal y es una manera muy saludable de introducir las legumbres en nuestra alimentación.

Elaborado a partir de garbanzos como elemento principal, el hummus es original del antiguo Egipto y se extendió como plato tradicional en toda la zona de Oriente Medio y la mediterránea oriental. Durante los últimos años, esta crema de garbanzos se ha popularizado tanto que incluso se vende envasado en los supermercados y ha perdido ese toque exótico para convertirse en un acompañamiento de lo más cotidiano y en uno de los básicos más básicos en todo tipo de dietas veganas, vegetarianas y healthy.

Para responder a la pregunta ¿cómo hacer hummus casero?, hoy te traigo la receta clásica de hummus, el hummus tradicional, junto con dos de mis variantes favoritas: el hummus de remolacha y el hummus de zanahoria.

Para la receta tradicional, los ingredientes básicos son los garbanzos, el tahini (que puedes elaborar por ti mism@ siguiendo este enlace), el limón y el ajo. También me gusta añadirle algún condimento extra como comino, perejil y pimentón dulce, que le dan un toque más aromático. Si no tienes tahini en casa o no puedes elaborarlo, no te preocupes. Te recomiendo que cambies la cucharada de tahini por la misma cantidad en semillas de sésamo y, al triturar, te quedes un ratito más.

Para el hummus de zanahoria, la elaboración es muy parecida a la anterior. Realizamos el mismo procedimiento, pero le añadimos zanahoria cocida y un punto de cúrcuma. Así será aún más naranja y potenciaremos su efecto antiinflamatorio.

Y, si lo que quieres es darle un aire más intenso y rojizo y te van los sabores más terrosos, con el hummus de remolacha vas a triunfar. En la receta, verás que le he cambiado el tahini por cacahuetes tostados, combinan súper bien con la remolacha y con el limón. Esta variante, además, lleva ralladura de limón, para potenciar el sabor de la remolacha. Sin duda, los cacahuetes le aportan un toque bastante atrevido y para nada tradicional (puristas, abstenerse). Aunque si lo prefieres, los puedes cambiar por el tahini tradicional.

 

¿Cómo elaborar un buen hummus?

Para empezar a elaborar cualquier hummus, lo que necesitarás son unos buenos garbanzos cocidos. Puedes cocerlos por tú mism@ o comprarlos ya cocinados. A mí me gusta cocinar las legumbres en casa, pero también tenemos algún bote de garbanzos para el día que vamos con prisas. Para cocer los garbanzos, sólo tenemos que dejarlos a remojo toda la noche. A la mañana siguiente, escurrimos el agua y cocemos con agua nueva abundante y una hojita de laurel y/o un trocito de alga kombu, a fuego medio-bajo, hasta que estén tiernos (hasta 2 horas). Desespumamos al principio y añadimos la sal al final de la cocción, durante los últimos 10 minutos.

Una vez tenemos los garbanzos, los ponemos en el vaso de la batidora junto con los demás ingredientes (excepto el agua) y lo trituramos bien, hasta que se nos enganche. Añadimos el agua poco a poco en función de la textura que más nos guste, triturando todo el rato, hasta obtener una crema fina, suave y homogénea.

¿Cómo puedo versionar el hummus?

Lo mejor de todo es que podemos hacer hummus de lo que nos apetezca. Tenemos la receta básica y a partir de aquí podemos jugar añadiendo los ingredientes que tengamos en casa: aceitunas, tomate deshidratado, alcachofas cocidas, aguacate, espinacas crudas, curry, boniato, calabaza, pimento rojo o berenjena asados… También podemos cambiar la base, los garbanzos, por otras legumbres, como por ejemplo las lentejas, los guisantes, los azukis o las alubias blancas.

¿Con qué lo acompaño?

Además, la receta de hummus es súper fácil y rápida, la puedes aprovechar para un montón de ocasiones y le va a encantar a toda la familia.

Podemos acompañar el hummus con crudités de verduras (palitos de zanahoria, calabacín, apio o pepino, por ejemplo), con nachos (los de la foto los compramos ecológicos), con crackers o con palitos integrales. Podemos utilizarlo para untar en las tostadas del desayuno (elaboradas con un buen pan, como este pan de trigo sarraceno), en el bocadillo de los peques o en tortitas de maíz o de arroz. Incluso podemos usarlo para acompañar casi cualquier plato principal, o para dar el toque completo a falafels y panes de pita.

Te dejo con las recetas, para que las disfrutes:

 

 

HUMMUS TRADICIONAL

 

Ingredientes

 

  • 1 vaso de garbanzos cocidos
  • 1 c.s. tahini
  • 2 c.s. zumo de limón
  • 1 c.c. comino molido
  • Un puñadito de perejil fresco picado
  • 2 c.s. AOVE
  • ½ diente de ajo
  • ½ c.c. pimentón dulce
  • Una pizca de sal marina
  • agua de la cocción de los garbanzos o agua mineral

 

Elaboración

 

  • Ponemos todos los ingredientes, excepto el agua, en un recipiente apto para batidora de brazo o en una batidora de vaso pequeña. Trituramos primero y, una vez se nos enganche a las paredes, vamos incorporando poco a poco el agua hasta obtener la consistencia deseada.
  • Servimos con unos garbanzos cocidos, una pizca de pimentón y un chorrito de aceite de oliva.

 

 

HUMMUS DE ZANAHORIA

 

Ingredientes

 

  • 1 vaso de garbanzos cocidos
  • 2 zanahorias pequeñas o 1 grande, cocidas durante 15 minutos
  • 1 c.s. tahini
  • 3 c.s. zumo de limón
  • 1 c.c. comino molido
  • 1 c.c. cúrcuma molida
  • 2 c.s. AOVE
  • ½ diente de ajo
  • ½ c.c. pimentón dulce
  • Una pizca de sal marina
  • agua de la cocción de los garbanzos o agua mineral

 

Elaboración

 

  • Ponemos todos los ingredientes, excepto el agua, en un recipiente apto para batidora de brazo o en una batidora de vaso pequeña. Trituramos primero y, una vez se nos enganche a las paredes, vamos incorporando poco a poco el agua hasta obtener la consistencia deseada.
  • Servimos con unas hojitas de perejil, un poco de cúrcuma espolvoreada y un chorrito de aceite de oliva.

 

 

HUMMUS DE REMOLACHA

 

Ingredientes

 

  • 1 vaso de garbanzos cocidos
  • ¼ remolacha cruda rallada (aunque si lo prefieres, puedes cocerla)
  • 1 c.s. cacahuetes tostados
  • 3 c.s. zumo de limón
  • 1 c.c. ralladura de limón
  • 1 c.c. comino molido
  • 2 c.s. AOVE
  • ½ diente de ajo
  • ½ c.c. pimentón dulce
  • Una pizca de sal marina
  • agua de la cocción de los garbanzos o agua mineral

 

Elaboración

 

  • Ponemos todos los ingredientes, excepto el agua, en un recipiente apto para batidora de brazo o en una batidora de vaso pequeña. Trituramos primero y, una vez se nos enganche a las paredes, vamos incorporando poco a poco el agua hasta obtener la consistencia deseada.
  • Servimos con una pizca de ralladura de limón y un chorrito de aceite de oliva.

 

 

Para esta receta, te puede interesar…

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Y, si te ha gustado la receta…

¿Te apetece echarle un vistazo a estos otros patés vegetales y salsas?

¿Compartimos?

Cómo hacer tahini

El tahini es la pasta o crema de sésamo, muy popular en la gastronomía de Oriente Medio, donde se utiliza para multitud de platos tradicionales, como el hummus o el baba ganoush, por ejemplo. O como base para salsas, como la típica salsa de tahini y limón. Muchas veces me preguntáis cómo hacer tahini casero u otras mantequillas de frutos secos, porque veis que las utilizo un montón en mi cocina. Y la verdad es que no puede ser más sencillo 🙂

Por eso hoy te dejo con todos los trucos para hacer tahini por ti mism@. Además, esta es una receta doble, porque este procedimiento también te servirá para elaborar cualquier mantequilla de frutos secos. Como la crema de cacahuete, la mantequilla de almendras o la crema de avellanas (que nos sirve como base para una deliciosa “Nutella” saludable y vegana).

Aunque puedes comprar el tahini y las mantequillas de frutos secos en cualquier herbolario (en los supermercados es súper difícil encontrarlos sin aditivos), resulta mucho más económico hacerlo en casa. Además, te aseguras de que utilizas ingredientes 100% de calidad y le das ese toque que a ti más te gusta.

El sésamo o ajonjolí es una semilla que destaca por su alto contenido en calcio. Si te interesa cómo conseguir calcio de fuentes que no sean los lácteos, una buena dosis te la darán las algas, las hojas verdes (y el brócoli especialmente) y, por supuesto, el sésamo. El sésamo también es rico en otros minerales como el magnesio, el fósforo, el cobre, el manganeso o el hierro.

Como otras semillas y frutos secos, es una gran fuente de lípidos, grasas saludables y omega-6. Las semillas de sésamo son ricas también en proteínas y destacan por su efecto remineralizante, reconstituyente y energético, perfectas para deportistas y para personas que presentan síntomas de debilidad, para estudiantes y para paliar los efectos del estrés oxidativo.

Ahora bien, si quieres beneficiarte de todas las ventajas de estas semillas, tendrás que masticarlas bien (proceso algo difícil, tratándose de semillas tan pequeñas) o triturarlas, para que nuestros intestinos sean capaces de absorber todos sus nutrientes. Por este motivo, tomar tahini es tan beneficioso para tu salud. Es una manera fácil de asegurarte que absorbes todos los nutrientes del sésamo.

Para utilizarlo en la cocina, es mucho mejor si lo diluyes en algún preparado: es mucho más digestivo y no es tan graso como si lo tomaras solo. Puedes diluirlo con un poco de agua y miso para preparar la clásica salsa de tahini y miso macrobiótica, también te sirve como base para la salsa de tahini y limón, ideal para acompañar falafels, ensaladas o kebabs vegetales. Diluido con un poco de melaza de arroz, funciona de maravilla como una crema untable para unas buenas tostadas elaboradas con pan de calidad. Puedes añadirlo a tus aliños, vinagretas y patés vegetales, como el hummus de garbanzos, el paté de remolacha o el baba ganoush (paté de berenjenas). E incluso introducirlo en los porridges del desayuno o en postres veganos para darle el toque cremoso y graso de la leche o la mantequilla.

Para elaborar cualquier mantequilla de semillas o frutos secos necesitarás:

  • 1 batidora potente, de vaso, o un procesador de alimentos.
  • Un mínimo de 300 g de semillas o frutos secos, crudos y pelados. Puedes escoger uno o un par de ellos:
    • Sésamo
    • Nueces
    • Avellanas
    • Almendras
    • Cacahuetes
    • Semillas de girasol
    • Nueces pecanas
    • Nueces de Macadamia
    • Pistachos
    • Anacardos

Y, si te apetece, puedes ponerle algún ingrediente extra para aportarle tu toque particular: canela, vainilla, una pizca de sal marina para una receta salada, una cucharadita de melaza de arroz para darle un toque dulce, especias al gusto…

Proceso de elaboración

Para su elaboración, vamos a empezar tostando el sésamo o los frutos secos de tu elección. Puedes tostar el sésamo en la sartén, pero para cantidades grandes como la de nuestra receta, a mí me resulta mucho más cómodo tostarlo en el horno. Además, te aseguras un tostado uniforme. Me gusta que el sésamo adquiera un ligero color dorado, ni muy tostado, ni muy blanco.

Para el tahini, se utilizan variedades claras. Dejaremos el sésamo negro para otras elaboraciones. Aunque puedes hacer crema de sésamo negro, la verdad es que tiene un sabor muy fuerte, más amargo y es más difícil de maridar e introducir en nuestros platos en el día a día.

Por supuesto, también puedes optar por no tostar las semillas o frutos secos, pero el resultado tiene menos carácter y cuesta más conseguir una textura fina a la hora de procesar la materia prima.

Una vez tostado, introducimos el sésamo en el vaso de la batidora y, a partir de aquí, el tiempo y la paciencia harán el resto del proceso. Es tan sencillo como dejar que se trituren las semillas a velocidad media durante unos minutos, dejando que ellas mismas saquen su propio aceite y creen esa textura untuosa que tanto nos gusta.

El tiempo de triturado variará en función de la batidora y el fruto seco. Así, por ejemplo: los cacahuetes o anacardos son frutos secos que rápidamente hacen mantequilla (entre 5 y 10 minutos), mientras que las avellanas y el sésamo tardan un poco más (10, 15 minutos) y las nueces pecanas aún son más lentas (hasta 20 minutos pueden tardar).

 

Cómo solucionar posibles fallos

Es importante no desesperar si vemos que no nos sale la textura cremosa porque el sésamo o los frutos secos se enganchan a las paredes de la batidora. En este caso, normalmente los posibles fallos se deben a:

 

  • Falta de tiempo de triturado. Vamos a seguir bajando con la espátula la pasta hacia abajo, con la batidora apagada, y vamos a seguir triturando, si hace falta a menor velocidad.
  • No hay suficiente sésamo o frutos secos. Si por mucho que bajemos la pasta, se queda enganchada y no hay manera que la cojan las cuchillas, posiblemente se deba a que no hay suficientes frutos secos. Tostamos unos pocos más, los añadimos y seguimos triturando.
  • La batidora no es suficiente potente. Si ninguna de las soluciones anteriores funciona, puede ser que, simplemente, la batidora no sea suficiente potente. A veces ocurre. Con la batidora de brazo, por ejemplo, difícilmente conseguirás hacer tahini o mantequilla de frutos secos. En este caso, mejor compra el tahini en tiendas de productos ecológicos.

Pues bien, una vez contados todos los detalles sobre cómo hacer tahini casero, te dejo aquí con la receta explicada paso a paso:

Ingredientes

  • 2 tazas de sésamo crudo (300 g)
  • 1 c.p. de aceite de coco, aceite de sésamo o aove (opcional)

Elaboración

  • Tostamos el sésamo en el horno o la sartén. Al horno, a 180ºC durante unos 18 minutos (en función de tu horno), removiendo cada 5 minutos. En la sartén, puedes tostarlo a fuego fuerte, sin parar de remover las semillas con una cuchara de madera. Si haces mantequilla de frutos secos, es mucho mejor tostarlos en el horno, pues el tostado resulta mucho más uniforme.

  • Introducimos el sésamo en el vaso de la batidora y trituramos 1 minuto a máxima potencia o hasta que se forma una pasta y deja de triturar porque el sésamo se ha adherido a las paredes. En este punto, paramos la máquina y bajamos la pasta hacia abajo con la ayuda de una espátula.
  • Volvemos a arrancar, esta vez a potencia media (a la velocidad 3 con la Vitamix o Thermomix) y dejamos así hasta que se forme una pasta más o menos líquida. Tardará unos 10 minutos, en función de tu batidora y del fruto seco o semilla.
  • Añadimos el aceite si queremos un resultado más cremoso y subimos a velocidad 4 o 5, lo que deje la crema sin que se quede enganchada en las paredes. Y trituramos a esta velocidad durante unos 5 minutos más. Apagamos.
  • Colocamos el tahini en un pote de cristal hermético y lo dejamos atemperar. Aunque estas son elaboraciones que aguantan bien fuera de la nevera algunas semanas, yo siempre las guardo en la nevera, pues así siempre se conservan mejor y no se enrancian los aceites (como a veces ocurre en verano). El tahini y las mantequillas de frutos secos pueden aguantar muchas semanas en perfecto estado, hasta meses, dentro de la nevera.

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¿Qué te parecen estas deliciosas recetas donde utilizar tu tahini casero?

 

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