Pizza integral con masa madre

Hace poco que he creado la sección del blog dedicada a panes y masas y, pensando en qué recetas quería incluir en esta sección, una de las primeras y más deliciosas elaboraciones que me ha venido a la cabeza ha sido esta receta de pizza integral con masa madre.

Hace años que cambié la harina blanca por harinas integrales ecológicas. Y, la verdad, me encanta el resultado. Funcionan de maravilla para las pizzas y cualquier masa, tienen mucho más sabor y cuerpo y, además, son infinitamente más saludables que las harinas convencionales. Que cuesta un poco más de amasarlas, por supuesto. Son harinas que no contienen tanto gluten como las blancas y por ello su amasado es más costoso. Incluso los más puristas me dirán que el resultado no es tan esponjoso ni aireado. Y con razón. Pero sigo en mis trece. Yo prefiero los panes elaborados con harinas integrales. Su sabor intenso y profundo me gana, y la salud, también.

Hasta ahora siempre había elaborado la pizza con harina integral y levadura en polvo ecológica, una opción mucho más saludable que con levadura en polvo convencional. Pero incluso así, tenía el gusanillo de experimentar con una masa elaborada a partir de masa madre.

Finalmente, hace unas semanas tuve el placer de asistir a un curso de masa madre impartido por Carmen Guillemot, toda una experta en slow food de la zona donde vivo (en el delta del Ebro), y desde entonces que utilizo la masa madre para elaborar mis propios panes y masas. Pizza incluida. Y ¡qué acierto!

Las masas con masa madre no tienen nada que ver con las masas convencionales. El sabor, cuerpo y textura que aporta la fermentación natural es, simplemente, espectacular. Y es un bien de antaño súper importante de recuperar.

La fermentación lenta de nuestras abuelas + el uso de harinas integrales ecológicas = el tándem perfecto para beneficiarnos de un montón de ventajas para nuestra salud. Y es que las masas integrales con masa madre:

  • Protegen la flora bacteriana. Al ser masas vivas, fomentamos el buen estado de nuestro microbiota intestinal.
  • Promueven una buena asimilación de los nutrientes. Gracias al proceso de fermentación, se vuelven mucho más digestibles. Además, contienen muchísimos más nutrientes, vitaminas y minerales que los panes convencionales.
  • Ayudan al tránsito intestinal. Las harinas integrales son ricas en prebióticos, que favorecen a la regulación de nuestros intestinos y su correcto funcionamiento.
  • Suponen un menor riesgo de celiaquía o intolerancia. El actual aumento de casos de intolerancia al gluten se debe, en gran parte, a la pésima calidad de los panes modernos. Los panes tradicionales son mucho más respetuosos con nuestro organismo y, en consecuencia, provocan menos casos de intolerancias.
  • Menor carga glucémica. El grano entero contiene todos los elementos del cereal integral (incluida la fibra y el germen). La fibra naturalmente presente ayuda a regular la carga glucémica del pan, volviéndolo mucho más equilibrado. Nos aporta, pues, una energía de buena calidad y lenta asimilación, que nos dará energía para muchas horas.

Si quieres elaborar tus propias masas de pizza saludables, necesitarás tu masa madre lista para ser usada (y un poco de paciencia 😉). Si quieres saber cómo prepararla en casa, puedes seguir los tutoriales de Ibán Yarza, toda una eminencia en el tema.

En la pizza integral de hoy, he optado por un topping sencillo a base de salsa de tomate, rúcula fresca, alcaparras y nuestra deliciosa salsa de queso vegano tipo cheddar. Por supuesto, puedes usar los ingredientes que más te gusten. Yo he querido mantenerlo sencillo para darle voz a nuestra protagonista de hoy: la masa de pizza integral con masa madre.

Te dejo con la receta de mi pizza integral con masa madre:

Ingredientes (para 4 pizzas integrales individuales)

Masa:

  • 150 g masa madre (yo la elaboro en hidratación al 100% con harina de centeno integral)
  • 360-380 g harina de trigo integral ecológica (en función de la marca de harina, la masa puede absorber más o menos agua)
  • 220 g agua
  • 30 g aceite de oliva virgen extra
  • 7 g sal marina sin refinar

Relleno:

  • 180 g tomate frito casero (sin azúcar), bien denso
  • 1 taza salsa de queso vegano estilo cheddar
  • 25 g rúcula fresca
  • 2 c.s. alcaparras
  • Orégano y pimienta negra al gusto

Elaboración

  • Previamente, tendremos que refrescar la masa madre, para tenerla lista para nuestra masa de pizza integral. Puedes seguir los pasos en este artículo de Ibán Yarza.
  • En un bol, añadimos los 150 g de masa madre activa junto con los 220 g de agua. Mezclamos bien.
  • Incorporamos el aceite, la sal y la harina poco a poco. Mezclamos, hasta que estén todos los elementos incorporados, añadiendo más o menos harina en función de su textura. Amasamos durante 10 minutos y dejamos reposar, en un bol, cubierto con un trapo limpio, durante unas 5 horas (menos en verano, hasta 12 si hace mucho frío). También se puede hacer la masa el día anterior y dejar que haga una fermentación lenta en la nevera, sacándola un par de horas antes de usarla.
  • Pasado este tiempo, la masa habrá doblado o triplicado su volumen. Aquí tienes una foto para que veas cómo llega a crecer:

 

 

  • La volvemos a coger y la volvemos a amasar. La cortamos en 4 trozos iguales, le damos forma de bola y la dejamos reposar entre 20 minutos y una hora. Aquí te dejo con otra foto para que veas cómo queda la masa antes de hacer el último reposo:
  • Encendemos el horno a 250ºC (si tienes ventilador, mejor con él) y, mientras se calienta, vamos preparando las pizzas. Cogemos una bola, la colocamos encima de un papel de horno y, con la ayuda de un poco de harina, vamos estirando la masa con el rodillo, hasta obtener una masa fina.
  • La untamos con una buena cucharada de salsa de tomate, que quede bien esparcida. Añadimos un poco de salsa de queso vegano, a cucharadas, y la pimienta, el orégano y las alcaparras. La metemos en el horno y cocemos durante 10 minutos (sin ventilador tardará unos minutos más).
  • Sacamos del horno y decoramos con un poco de rúcula fresca por encima. Servimos.

 

Observaciones

El horno que tenemos en nuestra casa no tiene ventilación, así que le cuesta más de cocer los alimentos. Hemos ido desarrollando algunos trucos para que se nos haga la pizza por debajo y quiero contártelos, por si a ti también te pasa lo mismo:

  • Por una parte, cocemos la pizza en la rejilla (con papel de horno + rejilla), así el aire circula mejor por el horno que si estuviéramos utilizando la bandeja.
  • Y, por la otra parte, colocamos la pizza en la parte más inferior del horno, dejando que casi toque con la pared inferior. Así nos aseguramos que la pizza quede bien cocida y crujiente por debajo.

 

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Y, si te ha gustado esta deliciosa pizza integral…

¿Te apetece probar con otras ideas de masas y panes?

 

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