Cómo hacer tahini

El tahini es la pasta o crema de sésamo, muy popular en la gastronomía de Oriente Medio, donde se utiliza para multitud de platos tradicionales, como el hummus o el baba ganoush, por ejemplo. O como base para salsas, como la típica salsa de tahini y limón. Muchas veces me preguntáis cómo hacer tahini casero u otras mantequillas de frutos secos, porque veis que las utilizo un montón en mi cocina. Y la verdad es que no puede ser más sencillo 🙂

Por eso hoy te dejo con todos los trucos para hacer tahini por ti mism@. Además, esta es una receta doble, porque este procedimiento también te servirá para elaborar cualquier mantequilla de frutos secos. Como la crema de cacahuete, la mantequilla de almendras o la crema de avellanas (que nos sirve como base para una deliciosa “Nutella” saludable y vegana).

Aunque puedes comprar el tahini y las mantequillas de frutos secos en cualquier herbolario (en los supermercados es súper difícil encontrarlos sin aditivos), resulta mucho más económico hacerlo en casa. Además, te aseguras de que utilizas ingredientes 100% de calidad y le das ese toque que a ti más te gusta.

El sésamo o ajonjolí es una semilla que destaca por su alto contenido en calcio. Si te interesa cómo conseguir calcio de fuentes que no sean los lácteos, una buena dosis te la darán las algas, las hojas verdes (y el brócoli especialmente) y, por supuesto, el sésamo. El sésamo también es rico en otros minerales como el magnesio, el fósforo, el cobre, el manganeso o el hierro.

Como otras semillas y frutos secos, es una gran fuente de lípidos, grasas saludables y omega-6. Las semillas de sésamo son ricas también en proteínas y destacan por su efecto remineralizante, reconstituyente y energético, perfectas para deportistas y para personas que presentan síntomas de debilidad, para estudiantes y para paliar los efectos del estrés oxidativo.

Ahora bien, si quieres beneficiarte de todas las ventajas de estas semillas, tendrás que masticarlas bien (proceso algo difícil, tratándose de semillas tan pequeñas) o triturarlas, para que nuestros intestinos sean capaces de absorber todos sus nutrientes. Por este motivo, tomar tahini es tan beneficioso para tu salud. Es una manera fácil de asegurarte que absorbes todos los nutrientes del sésamo.

Para utilizarlo en la cocina, es mucho mejor si lo diluyes en algún preparado: es mucho más digestivo y no es tan graso como si lo tomaras solo. Puedes diluirlo con un poco de agua y miso para preparar la clásica salsa de tahini y miso macrobiótica, también te sirve como base para la salsa de tahini y limón, ideal para acompañar falafels, ensaladas o kebabs vegetales. Diluido con un poco de melaza de arroz, funciona de maravilla como una crema untable para unas buenas tostadas elaboradas con pan de calidad. Puedes añadirlo a tus aliños, vinagretas y patés vegetales, como el hummus de garbanzos, el paté de remolacha o el baba ganoush (paté de berenjenas). E incluso introducirlo en los porridges del desayuno o en postres veganos para darle el toque cremoso y graso de la leche o la mantequilla.

Para elaborar cualquier mantequilla de semillas o frutos secos necesitarás:

  • 1 batidora potente, de vaso, o un procesador de alimentos.
  • Un mínimo de 300 g de semillas o frutos secos, crudos y pelados. Puedes escoger uno o un par de ellos:
    • Sésamo
    • Nueces
    • Avellanas
    • Almendras
    • Cacahuetes
    • Semillas de girasol
    • Nueces pecanas
    • Nueces de Macadamia
    • Pistachos
    • Anacardos

Y, si te apetece, puedes ponerle algún ingrediente extra para aportarle tu toque particular: canela, vainilla, una pizca de sal marina para una receta salada, una cucharadita de melaza de arroz para darle un toque dulce, especias al gusto…

Proceso de elaboración

Para su elaboración, vamos a empezar tostando el sésamo o los frutos secos de tu elección. Puedes tostar el sésamo en la sartén, pero para cantidades grandes como la de nuestra receta, a mí me resulta mucho más cómodo tostarlo en el horno. Además, te aseguras un tostado uniforme. Me gusta que el sésamo adquiera un ligero color dorado, ni muy tostado, ni muy blanco.

Para el tahini, se utilizan variedades claras. Dejaremos el sésamo negro para otras elaboraciones. Aunque puedes hacer crema de sésamo negro, la verdad es que tiene un sabor muy fuerte, más amargo y es más difícil de maridar e introducir en nuestros platos en el día a día.

Por supuesto, también puedes optar por no tostar las semillas o frutos secos, pero el resultado tiene menos carácter y cuesta más conseguir una textura fina a la hora de procesar la materia prima.

Una vez tostado, introducimos el sésamo en el vaso de la batidora y, a partir de aquí, el tiempo y la paciencia harán el resto del proceso. Es tan sencillo como dejar que se trituren las semillas a velocidad media durante unos minutos, dejando que ellas mismas saquen su propio aceite y creen esa textura untuosa que tanto nos gusta.

El tiempo de triturado variará en función de la batidora y el fruto seco. Así, por ejemplo: los cacahuetes o anacardos son frutos secos que rápidamente hacen mantequilla (entre 5 y 10 minutos), mientras que las avellanas y el sésamo tardan un poco más (10, 15 minutos) y las nueces pecanas aún son más lentas (hasta 20 minutos pueden tardar).

 

Cómo solucionar posibles fallos

Es importante no desesperar si vemos que no nos sale la textura cremosa porque el sésamo o los frutos secos se enganchan a las paredes de la batidora. En este caso, normalmente los posibles fallos se deben a:

 

  • Falta de tiempo de triturado. Vamos a seguir bajando con la espátula la pasta hacia abajo, con la batidora apagada, y vamos a seguir triturando, si hace falta a menor velocidad.
  • No hay suficiente sésamo o frutos secos. Si por mucho que bajemos la pasta, se queda enganchada y no hay manera que la cojan las cuchillas, posiblemente se deba a que no hay suficientes frutos secos. Tostamos unos pocos más, los añadimos y seguimos triturando.
  • La batidora no es suficiente potente. Si ninguna de las soluciones anteriores funciona, puede ser que, simplemente, la batidora no sea suficiente potente. A veces ocurre. Con la batidora de brazo, por ejemplo, difícilmente conseguirás hacer tahini o mantequilla de frutos secos. En este caso, mejor compra el tahini en tiendas de productos ecológicos.

Pues bien, una vez contados todos los detalles sobre cómo hacer tahini casero, te dejo aquí con la receta explicada paso a paso:

Ingredientes

  • 2 tazas de sésamo crudo (300 g)
  • 1 c.p. de aceite de coco, aceite de sésamo o aove (opcional)

Elaboración

  • Tostamos el sésamo en el horno o la sartén. Al horno, a 180ºC durante unos 18 minutos (en función de tu horno), removiendo cada 5 minutos. En la sartén, puedes tostarlo a fuego fuerte, sin parar de remover las semillas con una cuchara de madera. Si haces mantequilla de frutos secos, es mucho mejor tostarlos en el horno, pues el tostado resulta mucho más uniforme.

  • Introducimos el sésamo en el vaso de la batidora y trituramos 1 minuto a máxima potencia o hasta que se forma una pasta y deja de triturar porque el sésamo se ha adherido a las paredes. En este punto, paramos la máquina y bajamos la pasta hacia abajo con la ayuda de una espátula.
  • Volvemos a arrancar, esta vez a potencia media (a la velocidad 3 con la Vitamix o Thermomix) y dejamos así hasta que se forme una pasta más o menos líquida. Tardará unos 10 minutos, en función de tu batidora y del fruto seco o semilla.
  • Añadimos el aceite si queremos un resultado más cremoso y subimos a velocidad 4 o 5, lo que deje la crema sin que se quede enganchada en las paredes. Y trituramos a esta velocidad durante unos 5 minutos más. Apagamos.
  • Colocamos el tahini en un pote de cristal hermético y lo dejamos atemperar. Aunque estas son elaboraciones que aguantan bien fuera de la nevera algunas semanas, yo siempre las guardo en la nevera, pues así siempre se conservan mejor y no se enrancian los aceites (como a veces ocurre en verano). El tahini y las mantequillas de frutos secos pueden aguantar muchas semanas en perfecto estado, hasta meses, dentro de la nevera.

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Lámina de silicona para hornear

La solución para no tener que usar papel de horno cada vez. Sin duda, será una de mis próximas adquisiciones. Es perfecta como base para tostar el sésamo u otros frutos secos, para que no se nos enganchen a la bandeja del horno.

Te enlazo a esta que puedes encontrar en Conasi. Y recuerda que tienes un descuento del 5% por venir de mi parte con el código CNS-NATURALMENTE.

Vitamix Ascent 2500

La verdad es que una buena batidora Vitamix es perfecta para esta receta, porque necesitas una batidora potente para poder hacer tahini o mantequilla de frutos secos. Yo estoy más que contenta de poder estrenar mi Vitamix con esta receta 🙂

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Tarro de consera Weck

Estos preciosos tarros de conserva son herméticos y perfectos si quieres conservar tu tahini casero en un recipiente de la mejor calidad.

Te remito a este de Weck, que puedes encontrar en Conasi. Y recuerda que tienes un 5% de descuento con el código CNS-NATURALMENTE.

Y si te ha gustado esta receta para tahini…

¿Qué te parecen estas deliciosas recetas donde utilizar tu tahini casero?

 

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Pan sin gluten de trigo sarraceno y semillas

Libre de gluten, sin harinas, sin levadura. Un pan que se vende solo 😊 Este pan sin gluten de trigo sarraceno y semillas es perfecto si estás buscando un pan fácil de hacer, con ingredientes sencillos, delicioso y de lo más saludable.

Para hacerlo, sólo necesitarás trigo sarraceno en grano, agua, sal marina, aceite de oliva virgen extra y semillas. Aquí la chía y el lino juegan un papel fundamental, pues su mucílago actúa haciendo la masa consistente, la engancha. Hace, básicamente, la función del gluten. Últimamente se ha puesto muy de moda utilizar psyllium para los panes sin
gluten. Pero hoy quería empezar con una receta más básica y con ingredientes que puedes encontrar con facilidad.

Además de estos ingredientes, también necesitarás tiempo de fermentación. Porque, al ser un pan sin levadura, vamos a dejarlo fermentar de manera natural, y eso va a hacer que luego crezca un poquito en el horno. Ahora bien, no te imagines un pan esponjoso tipo pan industrial, porque el resultado no tiene nada que ver con éste. Más bien es un pan denso, con sustancia, pero con alguna burbujita.

Si no lo dejas fermentar el tiempo que te aconsejo, como resultado vas a tener un pan estilo “mazacote” bastante difícil de comer. Ese fue el error que cometí la primera vez que hice pan con trigo sarraceno en grano y sin levadura y, la verdad, la solución es tan sencilla que casi parece increíble que no lo hubiera pensado antes. Así que, por favor, sigue los timings de la receta y tendrás un resultado increíble 😉

También es importante que lo dejes cocer suficiente. Si ves que el pan sin gluten te queda demasiado húmedo por dentro, dale unos minutos más en el horno. En mi caso, que tengo un horno sin ventilación (y, por lo que tengo comprobado, más lento que los otros hornos), tuve que darle unos 10 minutos más y subir la temperatura a 250ºC, para que se acabara de dorar. Y eso hizo la diferencia. El resultado ha sido más que satisfactorio.

En cuanto a utensilios, necesitarás una batidora de vaso de buena calidad, capaz de triturar el trigo sarraceno en grano, que habrá estado en remojo toda la noche. Yo sin duda te recomiendo la Vitamix, una batidora súper potente que te servirá para triturar el grano sin ningún problema.

Como verás, este pan sin gluten que te propongo está aderezado con semillas de girasol y de calabaza. Me encanta así porque le dan ese toque a pan de semillas tan rico, un tanto crujiente. Pero si lo que te apetece es variar la receta, puedes cambiar estas dos semillas por otros ingredientes de tu elección: tomates secos y orégano, romero y aceitunas negras, cebolla caramelizada, nueces, etc. Importante: las semillas de chía y las de lino son esenciales en la receta, así que deberías mantenerlas aun si haces el pan con variaciones.

Este pan sin gluten de trigo sarraceno te va a encantar porque es:

  • Denso y saciante
  • Muy sabroso
  • Crujiente
  • Saludable
  • Libre de levadura
  • Vegano
  • Muy fácil de hacer

 

Ingredientes

  • 2 tazas de trigo sarraceno (375 gr)
  • 1 taza y ¼ de agua (285 gr)
  • 1 c.p. sal marina sin refinar (5 gr)
  • ¼ taza de semillas de chía (40 gr)
  • 2 c.s. semillas de lino (20 gr)
  • 4 c.s. AOVE (40 gr)
  • ¼ taza semillas de girasol (40 gr), opcional
  • ¼ taza semillas de calabaza (40 gr), opcional
  • Un chorrito de AOVE para untar el molde + un poco de harina sin gluten (yo usé harina de trigo sarraceno)

 

Elaboración

  • Limpiamos bien el trigo sarraceno bajo el grifo, con la ayuda de un colador fino.
  • Lo colocamos en un bol de cristal, lo cubrimos bien de agua y lo dejamos a remojo toda la noche.
  • A la mañana siguiente, escurrimos bien el sarraceno en un colador fino. Mientras se escurre, en un bol mezclamos las semillas de chía, las semillas de lino, el agua y la sal. Dejamos reposar 10 minutos, hasta que las semillas suelten su mucílago y creen un gel.
  • Ponemos el trigo sarraceno en el vaso de la batidora, junto con la mezcla de agua, sal y semillas, y el aceite de oliva. Trituramos bien, hasta formar una masa. Podemos dejar algunos “grumitos” de semillas y trigo sarraceno, le dará ese toque rústico tan especial.
  • Disponemos la mezcla en un bol grande con la ayuda de una espátula. Añadimos las semillas de calabaza y de girasol y mezclamos con la espátula. Dejamos reposar entre 8 y 24 horas, en función de la temperatura exterior. En verano, con unas pocas horas será suficiente. En invierno, necesitará más tiempo. La masa está a punto de hornear cuando empiezan a aparecen burbujas y empieza a oler a fermentación.
  • Una vez pasadas las horas de fermentación, calentamos el horno a 180ºC (con ventilación) o a 200ºC (sin ventilación). Traspasamos la mezcla a un molde para pan de molde, previamente untado con aceite y espolvoreado con harina de trigo sarraceno.
  • Horneamos hasta que esté dorado, entre 1 hora – 1 hora y 20 minutos, dependiendo del horno y la ventilación.
  • Una vez cocido, lo sacamos del horno, lo dejamos reposar unos minutos y, cuando esté a una temperatura maniobrable, lo sacamos del molde y lo dejamos enfriar sobre una rejilla de horno.

 

Observaciones

  • Lo podemos conservar hasta una semana en la nevera, cubierto o en un recipiente hermético.
  • Es importante que, cuando vayamos a consumir nuestro pan, lo tostemos, en la tostadora o en la sartén. Queda mucho más rico. Y es que el pan de trigo sarraceno suele ser siempre un poco húmedo. Y tostado quedará perfecto.
  • Receta inspirada en la receta de Laura García de pan de trigo sarraceno.

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Molde para pan

Un buen molde de 30 cm, de Ballarini. Para esta receta es perfecto, ni demasiado grande, ni demasiado pequeño. Te dejo aquí el enlace para encontrarlo en Zwilling.

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Vitamix Ascent 2500i

Para triturar todo lo que se te antoje, ideal para la receta de hoy, porque te deja el sarraceno bien triturado. Incluso tritura las semillas de lino y chía, si lo dejas más rato 😉 Puedes encontrarla en Conasi aquí.

Y recuerda que, con el código CNS-NATURALMENTE, tienes un 5% de descuento en todas tus compras.

Espátula de silicona

Para moldear la masa del pan, vas a necesitar una buena espátula de silicona, libre de tóxicos.

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Si te ha gustado este pan sin gluten…

¿Te apetece acompañarlo de estas deliciosas propuestas?

 

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