Croquetas de espinacas veganas

Hoy quería compartir contigo la mejor receta que he elaborado jamás de croquetas de espinacas veganas, tiernas por dentro y bien crujientes por fuera 😊 Es una elaboración perfecta para un día en que te apetezca cocinar y darte un homenaje, ya que están de vicio. Y son especiales por varios motivos:

  • Están hechas al horno, con lo cual no resultan demasiado grasas.
  • Son veganas, así que son mucho más ligeras que las convencionales, elaboradas con bebida de arroz en vez de leche de vaca.
  • Son saludables, al estar elaboradas con verduras y cereales integrales como base.
  • No tienen gluten, pues me encanta utilizar harina de arroz integral para la bechamel y el rebozado es de polenta.
  • Son fáciles de montar, ya que su textura es muy agradable, ni demasiado espesas ni demasiado líquidas.
  • Las puedes congelar una vez rebozadas y antes de cocinar, y así las disfrutas cuando más te apetezca.

Empecé a elaborar croquetas veganas saludables hace varios años, y siempre lo hacía con una base muy parecida a las de las hamburguesas vegetales; es decir, mezclando arroz integral o mijo cocido con las verduras bien salteadas, y esta era mi base. El mijo, por ejemplo, es ideal para elaborar todo tipo de hamburguesas, croquetas y albóndigas, porque su sabor es bastante neutro y nos aporta una textura espesante brutal, que une todo el conjunto.

Por norma general, si elaboramos una mezcla suficiente cremosa y sabrosa, el resultado está más que bien con este método. Pero siempre acababa echando de menos el gusto más tradicional de la bechamel para las croquetas, ya que justo en este punto sentía que debían diferenciarse de otras elaboraciones.

Por otro lado, elaborar las croquetas solo con bechamel junto con las verduras escogidas tampoco no me acababa de convencer porque, aunque el gusto fuera muy parecido al original, me faltaba un poco de consistencia y densidad.

Por eso, hacía tiempo que me rondaba por la cabeza preparar unas croquetas en las que se aunasen las virtudes de la bechamel + la cremosidad del mijo. Y así surgieron estas croquetas de espinacas que te propongo hoy: elaboradas con una buena base de cebolla pochada, que le confiere un montón de sabor, con mijo, con una bechamel bien espesa (de harina de arroz integral y bebida de arroz), y, por supuesto, con las espinacas frescas y salteadas, que aportan el toque especial a estas deliciosas croquetas.


Así pues, si estás buscando una receta saludable, sin gluten y vegana, para tus croquetas de espinacas, esta es tu receta:

Ingredientes (para unas 30 croquetas)

  • 4 cebollas (600g de cebolla sin limpiar)
  • 1 manojo de espinacas frescas (230g limpias)
  • 4 c.s. piñones o nueces (40g)
  • 2 c.s. levadura nutricional
  • ½ vaso de mijo (100g) + 1 vaso y ½ de agua (375g)
  • ½ vaso harina de arroz integral (60g)
  • 1 vaso de bebida de arroz (250g)
  • Sal marina y pimienta negra recién molida al gusto
  • un chorrito de aove
  • Polenta o sémola de arroz para rebozar

Elaboración

  • Pelamos las cebollas, las picamos a cuadraditos finos y lo pochamos muy bien en una sartén, con bastante aceite, hasta que queden completamente doradas.
  • Mientras tanto, cocemos el mijo en un cazo a parte: incorporando el mijo limpio y 3 medidas de agua (½ vaso de mijo x 1 vaso y ½ de agua) y una pizca de sal. Ponemos el fuego al máximo, tapamos y, cuando empiece a hervir, bajamos el fuego al mínimo y calculamos 25 minutos. Apagamos el fuego y reservamos el mijo en un bol, dejando que se enfríe.
  • Cuando la cebolla esté bien doradita, añadimos las espinacas, ligeramente picadas, y salteamos unos minutos más.
  • En la sartén de las cebollas y espinacas, incorporamos la harina, dejamos dorar un minuto, y añadimos la leche vegetal poco a poco, mientras removemos. Añadimos los piñones picados y la levadura nutricional. Apagamos el fuego y vertemos la mezcla de verduras al mijo. Rectificamos de sal y pimienta y mezclamos bien hasta obtener una masa manejable. Dejamos enfriar.
  • Preparamos una bandeja de horno cubierta con papel parafinado y un plato con un poco de sémola de maíz (polenta) para rebozar.
  • Con las manos limpias y húmedas (te recomiendo tener a mano un bol con agua para irte mojando las manos a medida que hacemos las croquetas), vamos haciendo las croquetas: hacemos la forma, las rebozamos en la polenta, quitamos el exceso de rebozado y las colocamos en la bandeja.
  • Precalentamos el horno a 220ºC. Echamos un chorrito de aceite en las croquetas. Horneamos 10 minutos por cada lado, hasta que estén doraditas y crujientes.

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Y, si te han gustado estas croquetas de espinacas…

Te recomiendo que le eches un vistazo a estas otras ideas para hamburguesas y albóndigas vegetales y otros idilios 😉 :

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Carrot cake

Pastel de zanahoria en formato magdalenas o carrot cake muffins

El otoño ya está oficialmente aquí y con él, empieza la temporada de horno, especias y verduras dulces y de raíz 😊 Y qué mejor manera de celebrarlo que con estos deliciosos carrot cake servidos en porciones individuales al más puro estilo muffin.

El carrot cake o tarta de zanahoria es un postre típico de Estados Unidos que en los últimos años se ha popularizado enormemente por todo el territorio occidental. Y, por consiguiente, es uno de los pasteles que más juego aportan a la hora de ser adaptados a su versión healthy. Y es que, si echas un vistazo por Internet, verás que los hay en mil y una versiones: veganos, con o sin gluten, con horno, sin horno, crudis, con plátano, sin plátano, con avena, con coco, con harina integral de espelta, y un largo etcétera con el que no me voy a entretener ahora.

Para la versión de hoy, me apetecía una carrot cake con huevos (utilizo huevos ecológicos en mi cocina), y con harina de avena como única harina. La avena es un cereal muy reconstituyente y, junto con los huevos, aportan un extra de nutrición y energía a este postre, haciéndolo ideal como merienda, desayuno o snack para deportistas y personas que necesitan calentar y nutrir  tu cuerpo.

Si lo deseas vegano, puedes sustituir los huevos por la mezcla vegana de lino (1 cucharada de lino molido x 3 cucharadas de agua = 1 huevo) y puedes utilizar copos de avena y bebida de avena sin gluten si lo prefieres y/o necesitas para celíacos o intolerantes al gluten.

En la receta de hoy, he querido presentar el carrot cake en formato muffin, para obtener así unos bocaditos individuales o carrot cake muffins, muy apetecibles para servir cuando tenemos invitados. Si lo deseamos, podemos hornear tu pastel en un molde grande para tartas y cubrirlo luego con el frosting y así obtendremos el clásico pastel de zanahoria en el formato más tradicional. Aunque, en este caso, es más que probable que tengamos que ajustar el tiempo de cocción y dejarlo unos minutos más en el horno.

Este carrot cake me encanta porque:

 

  • Es nutritivo y saciante.
  • Realizamos en versión saludable una de las recetas más populares de postres norteamericanos. ¡Adoro hacer versiones healthy de clásicos de todo el mundo!
  • Está repleto de especias aromáticas y calientes como la canela, nuez moscada y jengibre, que combinan a la perfección con la zanahoria y las nueces.
  • Utilizamos una verdura en nuestros postres para aportar textura y dulzor natural (me encantan los pasteles con protagonistas como la calabaza, el boniato, el calabacín o la remolacha, ¡están riquísimos!).
  • No lleva azúcar refinado. En este caso, utilizamos un endulzante natural como el sirope de agave. Si lo deseas, puedes sustituirlo por tu endulzante favorito (ajustando de dulzor si fuera necesario).
  • No lleva ningún tipo de aceite, margarina ni mantequilla, lo que lo convierte en una tarta para nada aceitosa.
  • El frosting vegano no está elaborado con anacardos ni ningún otro fruto seco, a diferencia de la mayoría de frostings vegetales. El ingrediente principal aquí es yogur de soja. Y, el resultado, resulta cremoso, ligero y aromático.
  • Los trocitos de nueces aportan textura crujiente a una tarta que, gracias al yogur y las zanahorias, resulta cremosa, tierna y naturalmente dulce.
  • Puedes elaborar toda la receta en un momento gracias a una batidora potente, estilo Vitamix, y olvidarte así de ensuciar mil cuencos.

 

Te dejo con la receta de este delicioso carrot cake:


Ingredientes (para 9 raciones)


  • 250 g de zanahorias ralladas (unas 2 zanahorias grandes)
  • 3 huevos
  • ½ taza yogur de soja
  • ½ taza de sirope de agave
  • ¼ taza bebida de avena
  • 2 c.p. levadura eco de repostería
  • 2 c.p. canela molida
  • ½ c.c. nuez moscada
  • ½ c.c. jengibre molido
  • 2 tazas de harina de avena[1]
  • 1 taza de nueces


FROSTING DE YOGUR DE SOJA


  • 1 taza de yogur de soja natural y ecológico
  • Ralladura de 1 limón
  • 2 c.s. zumo de limón
  • 3 c.s. azúcar de coco
  • 1 c.s. aceite de coco
  • 1 c.p. harina de maíz eco


Elaboración


  • Primero preparamos la harina de avena. Podemos hacerlo a partir de copos de avena, que trituraremos en cualquier batidora de vaso medio potente. Yo utilizo la Vitamix y funciona de maravilla. Reservamos la harina aparte.
  • Precalentamos el horno a 180ºC. Preparamos los moldes, untando la superficie con un poco de aceite y enharinándolo todo con un poco de harina de avena. Sacamos el exceso de harina y reservamos.
  • Limpiamos las zanahorias y las ponemos a trozos grandes en el vaso de la batidora. Pulsamos durante unos segundos a velocidad media, para obtener nuestra “zanahoria rallada”. Si no dispones de una batidora de vaso, puedes rallar la zanahoria directamente con un rallador y disponerla en un bol grande.
  • Añadimos todos los ingredientes líquidos a la zanahoria (huevos, yogur, sirope y leche) y mezclamos bien. Si utilizamos batidora, mezclamos unos segundos a velocidad media. Si lo hacemos en un bol, mezclamos bien con las varillas.
  • Añadimos los ingredientes secos (levadura, canela, nuez moscada, jengibre y la harina que habíamos separado) y volvemos a mezclar, dejando que la batidora lo mezcle todo bien, pero sin que triture demasiado los trocitos de zanahoria.
  • Finalmente, añadimos las nueces y dejamos que se mezcle durante unos segundos más a media velocidad. Si hacemos la mezcla en un bol, tendremos que añadir las nueces ya picadas.
  • Añadimos la mezcla a los moldes, llenándolos solo hasta ¾ de su volumen. Horneamos entre 30 y 40 minutos, hasta que estén dorados por todos los bordes y su interior esté cocido. El tiempo de cocción variará mucho en función de tu horno y del tipo de molde que utilices (¡hay veces que tengo pasteles en el horno por más de 1 hora!).
  • Mientras tanto, preparamos el frosting de yogur y limón. En una cazuela pequeña, podemos todos los ingredientes para la cobertura: yogur de soja, la ralladura de limón, el jugo, el azúcar de coco, el aceite de coco y la harina de maíz ecológica.
  • Mezclamos bien con unas varillas y encendemos el fuego. Cocemos a fuego medio durante unos 5 minutos, removiendo muy a menudo, hasta que empiece a hervir y la harina de maíz espese el frosting. Apagamos y reservamos.
  • Cuando saquemos el carrot cake del horno, lo dejamos enfriar completamente. Lo desmoldamos y lo cubrimos con el frosting, dejando que caiga ligeramente por los costados. Decoramos con una nuez si se desea.
  • Podemos conservar los carrot cake en la nevera durante unos 4 días. Y poner el frosting en el momento de servir, así mantendremos mejor la textura de la tarta.



[1] Para conseguir tu harina de avena, sólo tenemos que moler previamente en la batidora la misma cantidad de copos de avena.

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Espátula de silicona

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Molde de silicona

El molde perfecto si lo que quieres es hornear tu carrot cake al estilo tradicional. Te enlazo a este de silicona platino, de la marca Lurch, que da muy buen resultado. Lo puedes encontrar en Conasi aquí. Y recuerda que tienes un 5% de descuento con el código CNS-NATURALMENTE.

Y, si te ha gustado la receta…

Te animo a que le eches un vistazo a estos deliciosos bizcochos y/o tartas con las que se te hará la boca agua de la manera más saludable:

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Crackers sin gluten con semillas

Hoy te traigo una receta que hacía mucho tiempo que quería compartir porque es una de aquellas elaboraciones que siempre triunfan en fiestas y celebraciones especiales: estos deliciosos crackers sin gluten con semillas, perfectos para acompañar todo tipo de salsas y patés vegetales.

Hacía bastante tiempo que andaba buscando una receta de crackers (o tostaditas o galletas saladas) bien rica. Con semillas, pero también con algo de harina: que no fuera al 100% semillas y que tuviera harinas ecológicas sin gluten. Y es que, si queremos elaborar masas sin gluten y queremos que nos queden bien amalgamadas, nada mejor que aprovecharnos del poder de semillas como la chía o el lino (y el psyllium para panes, por supuesto), para lograr ese efecto aglutinante que tanto nos interesa.

Esta receta, inspirada en los crackers de maíz y semillas de Blueberries and Olives, ha sido una auténtica revelación. Y, la verdad, es tan rica que cuando preparo estos crackers en casa, simplemente vuelan.

A mí me encanta acompañar los patés vegetales con crudités vegetales (los bastoncitos de zanahoria, apio y calabacín son mis favoritos) y, de hecho, creo que son la opción más saludable. Pero también es cierto que, de vez en cuando, el cuerpo – o la familia o la celebración misma – requiere algo con una base más nutritiva, más rica en cereales y grasas de buena calidad. Y estos crackers con semillas son una deliciosa solución, tanto para untar como para picotear.

También puedes utilizar estos crackers simplemente como snack, para merendar o a media mañana, cuando tienes antojo por textura crujiente. Y, como son caseros, elaborados con ingredientes sin refinar, de origen vegetal y ecológicos, son 100% saludables y una buena fuente de minerales y grasas de buena calidad, en especial de omega-6 y omega-9.

En esta receta, he utilizado harina de arroz integral y harina de trigo sarraceno, una combinación que me encanta para elaborar masas sin gluten. Pero puedes cambiar la harina de trigo sarraceno por otra harina de tu elección. Queda muy bien con maíz, pero también puedes servirte de harinas como la de mijo, avena o quinoa, por ejemplo.

Para elaborar estos crackers, sólo necesitas una batidora de vaso (tipo Vitamix, mi favorita, o Thermomix) o un procesador de alimentos, y un horno. Una vez hechos, puedes conservarlos hasta 4 días en un tarro hermético de cristal. Y, si se han reblandecido, simplemente les das un toque en la tostadora antes de consumir y listos. De todos modos, no creo que aguanten tanto tiempo, porque ¡realmente son de vicio!

Para la receta, necesitarás:

Ingredientes (para una bandeja de horno)

  • 125 g harina de arroz integral
  • 125 g harina de trigo sarraceno
  • 2 c.s. pipas de girasol
  • 2 c.s. sésamo
  • 1 c.s. semillas de chía
  • 1 c.s. lino
  • 130 g agua
  • 1 c.c. sal marina sin refinar
  • 50 g AOVE

Elaboración

  • En el vaso de la batidora, incorporamos todas las semillas y la sal. Trituramos hasta que queden solamente algunos grumos. A mí me gusta que quede un poco de textura y que se noten un poco las semillas.
  • Añadimos las harinas y el aceite y mezclamos a velocidad media. Finalmente, vamos añadiendo el agua poco a poco, hasta obtener una consistencia espesa, de masa. Reservamos 10 minutos, para permitir que las semillas de lino y chía suelen todo su mucílago.
  • Mientras tanto, calentamos el horno a 200ºC (sin ventilación). En una mesa de trabajo, colocamos un papel de horno con la masa encima. Cubrimos con otro papel de horno y estiramos con un rodillo, hasta que la masa esté bien extendida por toda la superficie. Si sobra masa por algún lado, podemos sacar la masa sobrante y colocarla en las esquinas o donde necesitemos más masa, de manera que al final tengamos cubierto todo el rectángulo de papel de manera homogénea.
  • Sacamos el papel de encima. Pasamos la masa con el papel de abajo, con cuidado, a la bandeja del horno.
  • Con un cuchillo, cortamos la masa dándole la forma de crackers. Podemos hacer rectángulos (como en la foto), cuadrados o triángulos. También podemos no cortarlos en este punto y hacerlo después del horno, manualmente, rompiendo la masa crujiente, y así quedarán con una forma irregular.
  • Horneamos durante 18 a 20 minutos, hasta que estén dorados y crujientes. Iremos mirando que no se nos quemen los laterales.
  • Sacamos del horno y dejamos que se enfríen. Los partimos por las líneas y los guardamos en un pote de cristal, donde aguantarán crujientes un par de días. A partir del tercer día, si están blandos, puedes calentarlos un poco en la tostadora antes de consumir.

 

Para esta receta, te puede interesar…

Lámina de silicona para hornear

La solución para no tener que usar papel de horno cada vez. Sin duda, será una de mis próximas adquisiciones. Es perfecta como base para nuestra receta, para que nuestra masa no se enganche a la bandeja del horno.

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Vitamix Ascent 2500i

La verdad es que una buena batidora Vitamix es perfecta para esta receta, porque necesitas una batidora potente para poder triturar semillas pequeñas como las de chía o lino.

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Rodillo de amasar

Perfecto para aplanar nuestra masa de manera uniforme. Este me gusta mucho, por su acabado profesional. Además, está fabricado en Francia con madera maciza de haya, sin tratar y antiadherente natural. Su diseño ergonómico lo hace fácil de usar e ideal para dar forma a las nuestra masa y a cualquiera que se te ponga por delante. 

Puedes encontrarlo en Amazon siguiendo este enlace.

Y, si te ha gustado la receta…

Puedes acompañar estos crackers con nuestros patés y untables:

Y, si te apetece experimentar con masas sin gluten, ¿qué te parece este pan de trigo sarraceno sin gluten? Es fácil de hacer y no lleva ni harinas ni levaduras.

 

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Cuscús de coliflor

La primavera está a la vuelta de la esquina y empiezan a apetecer recetas más fresquitas con las que aligerar el organismo y prepararnos para la llegada de la nueva estación. La semana pasada te traía esta deliciosa ensalada de alcachofas, y esta semana he querido seguir con verdura de temporada y presentarte este suculento cuscús de coliflor.

La coliflor es una verdura muy rica en vitaminas, fibra, antioxidantes y tiene un gran poder saciante. Su temporada, en España, tiene lugar de noviembre a abril. Muchos meses, pues, para disfrutar de las virtudes de esta preciada crucífera. A mí, personalmente, me encanta, cocinada de todas las formas posibles. Pero también conozco a muchas personas a quienes les resulta una verdura un tanto incómoda.

Por eso, es mi intención sorprenderte con nuevas preparaciones que tengan la coliflor como protagonista, como en nuestro cuscús de coliflor. Y así puedas darle un giro a esta verdura, la disfrutes de manera deliciosa y, además, incorpores en tu vida todos sus beneficios.

De hecho, la coliflor es una verdura súper versátil, pues puedes utilizarla en un montón de elaboraciones:

  • Como base para pizzas. Se ha puesto muy de moda en dietas sin gluten y, sin duda, es una idea de lo más saludable. Aquí te dejo con la propuesta de Danza de Fogones.
  • Hervida unos pocos minutos y en vinagreta de mostaza, perfecta como ensalada. A mí me encanta así, porque queda muy crujiente.
  • Gratinada con una bechamel vegana (te dejo el enlace aquí a mis canelones veganos, donde encontrarás la receta de la bechamel de mi abuela).
  • Como base para purés y cremas de verduras (como en esta cremita de colifor y champiñones).
  • Como base para salsas de pasta. ¿Sabías que puedes hacer unos nutritivos espaguetis con salsa de queso usando esta crucífera como base? Te enlazo aquí con mi receta de macarrones con salsa de queso vegana que te va a chiflar.

Y, cómo no, podemos usarla para elaborar este delicioso cuscús de coliflor. Una manera de tomar la coliflor muy original y que se ha vuelto muy popular en los últimos años.

Para elaborar nuestro particular cuscús, simplemente hemos triturado las florecitas en el vaso de la batidora durante unos segundos a velocidad media, para que la coliflor quede bien picada, pero sin que se forme una pasta. Una vez lo tenemos listo, podemos utilizarlo directamente en crudo o macerarlo con un chorrito de limón. Así es ideal para las ensaladas de primavera.

En la receta de hoy, vamos a servirlo al estilo marroquí, salteado ligeramente junto con el resto de los ingredientes, para lograr un plato caliente. Pero, si lo prefieres, puedes apagar el fuego junto antes de echar el cuscús y simplemente mezclarlo, para mantener la coliflor cruda.

Esta versión del cuscús es una de mis favoritas, ¡sin duda! Y me encanta por varios motivos:

  • Al cambiar el cuscús tradicional por coliflor, estamos elaborando una receta más rica en verduras y menos en hidratos de carbono, lo cual es muy interesante si quieres introducir más verduras en tu vida y reducir los carbohidratos.
  • El sabor es riquísimo, y súper parecido al original. Realmente parece cuscús de sémola de trigo. Dale a probar a tus amig@s y/o familia y me comentas la reacción 😉 De color, es un poco más blanco que el original, por eso a mí me gusta agregarle un poquito de cúrcuma. Así obtenemos ese toque amarillo del cuscús de trigo.
  • Tiene el punto perfecto entre crujiente y jugoso, gracias al toque del zumo de limón.
  • Es ácido, especiado, fresco… al más puro estilo marroquí.
  • Se prepara rápidamente (no tardarás más de 10 minutos), ensuciamos una sola sartén y es una manera facilísima de comer más sano.
  • Es vegana, con ingredientes de origen 100% vegetal.
  • Es una receta perfecta tanto como entrante como guarnición de tu plato principal. Por la noche, incluso puede servirte como plato único.

Vamos a ver cómo preparar este delicioso cuscús de coliflor:

 

Ingredientes (para 2 personas)

  • ½ cebolla morada
  • 1 vaso de garbanzos cocidos (180g)
  • ½ coliflor mediana
  • Especias al gusto: yo uso 2 c.c. comino molido, 1 c.c. pimentón dulce (y un poco más para decorar), 2 c.c. cilantro en polvo, 1 c.c. ajo en polvo, 1 c.c. cúrcuma.
  • 1 c.s. uvas pasas (opcional)
  • 1 vaso espinacas frescas (1/2 manojo)
  • Un chorrito de AOVE
  • Pimienta negra y sal marina al gusto
  • 2 c.s. zumo de limón
  • Perejil o albahaca fresca para decorar

Elaboración

  • En una sartén a fuego medio, salteamos durante un par de minutos la cebolla, cortada a juliana, con un chorrito de AOVE. Añadimos los garbanzos y dejamos rostizar unos 5 minutos, removiendo de vez en cuando.
  • Mientras tanto, limpiamos la coliflor y la picamos en el vaso de la batidora o en una picadora. Lo hacemos a velocidad media y durante unos cuantos segundos, hasta que veamos que la coliflor queda granulada, pero no hecha una pasta. Reservamos.
  • Añadimos las especias a los garbanzos. Salpimentamos y dejamos que se doren durante un par de minutos. Añadimos la coliflor, las pasas y mezclamos bien y cocemos un minuto más.
  • Mientras de calienta la coliflor, limpiamos las espinacas y las picamos bien finas. Las añadimos a la mezcla y apagamos el fuego. Acabamos el plato con un chorrito de zumo de limón. Mezclamos.
  • Servimos con unas hojitas frescas de albahaca o perejil y espolvoreamos por encima un poco de pimentón dulce.

 

Para este cuscús de coliflor, te puede interesar…

Vitamix Ascent 2500

Para triturar todo lo que se te antoje, ideal para la receta de hoy, porque te deja la coliflor bien triturada.

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Sartén SKK

Yo de momento estoy usando la sartén de Castey, que me parece una opción adecuada. De todos modos, he probado varias y las que más me gustan son las sartenes ecológicas SKK, que están hechas sin teflón y con antiadherente reforzado con titanio. Si te intersa, te dejo el enlace aquí para que la encuentres en Conasi.

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Cuchillo de cerámica Kyocera

Para pelar y cortar la cebolla, o picar las espinacas, un buen cuchillo de cerámica es indispensable en mi cocina. Porque, además, no se desafila como los demás y es más ligero que los de acero.

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Y, si te ha gustado este cuscús de coliflor…

Échale un vistazo a estas recetas elaboradas con esta deliciosa crucífera:

 

¿Compartimos la receta?

Macarrones con queso vegano

Hoy te traigo una receta de pasta nutritiva y muy sabrosa que hará las delicias de cualquier paladar: los macarrones con queso vegano. Te resultarán especialmente irresistibles si eres de los que se derriten por unos buenos macarrones con una salsa cremosa y reconfortante, de aquellos que se funden en la boca.

Estos macarrones con queso vegano son una adaptación de los famosos mac and cheese norteamericanos: una receta súper popular en Estados Unidos, Canada e Inglaterra, que consiste en macarrones bañados en una salsa de queso, con la variedad cheddar como uno de sus principales ingredientes.

En la receta tradicional, los macarrones suelen servirse gratinados al horno. Pero también suelen encontrarse cocinados y servidos en una cacerola. En la versión que te propongo, la más rápida, se sirve el plato directamente de la cazuela. Sin embargo, te cuento también cómo puedes hacerlo para servir tus macarrones gratinados.

Para la salsa de queso vegana, he utilizado coliflor, zanahoria y anacardos como base. Y, la verdad es que, cuando lo pruebes, ni te vas a acordar que lleva verduras como ingredientes principales. Así, verás que es una receta perfecta para los más pequeños de la casa, para introducir verduras de manera más que disimulada 😉

En cuanto a la pasta, he escogido unos macarrones de trigo sarraceno. Me encanta la combinación trigo sarraceno + coliflor. Por eso ha resultado tan sencillo escoger esta variedad de pasta. Pero en realidad puedes usar cualquier tipo de macarrones. En América, son muy populares los elbow macaroni para esta receta (literalmente: macarrones “codo”). Sin embargo, en España no se encuentran con facilidad. Lo más parecido que puedes encontrar es la pasta tiburón.

A mí me gusta utilizar macarrones ecológicos integrales o bien otras variedades con harinas sin gluten. Me parecen mucho más digestivos e interesantes que los que se elaboran con harinas refinadas. Además, al utilizar alimentos integrales, con su germen y su fibra, la asimilación es mucho mejor, más lenta, y te aporta energía de larga duración y de mayor calidad. Vaya, que es la opción más saludable.

Esta receta de macarrones con queso me encanta porque es:

  • Cremosa
  • Saciante
  • Nutritiva
  • Calentita, ideal para días fríos de otoño e invierno
  • Acogedora
  • Muy comfort food
  • Con sabor a queso de verdad

Así que, sin más que añadir, te dejo con la receta con la que conquistarás a todo el mundo:

 

Ingredientes (para 3 personas)

  • 1 vaso de coliflor en florecillas (110 gr)
  • ½ zanahoria mediana
  • ½ vaso de anacardos crudos o almendra cruda (65 gr) + agua para remojar
  • ¼ vaso levadura nutricional + un poco más por encima
  • 1 c.s. vinagre de manzana
  • ½ vaso de agua de hervir las verduras
  • 2 c.s. AOVE
  • ½ c.c. sal marina sin refinar
  • 1 c.c. ajo en polvo
  • 1 c.p. cebolla en polvo o deshidratada
  • ½ c.c. cúrcuma en polvo
  • Una pizca de pimienta negra recién molida
  • 250 gr macarrones eco (yo he utilizado los de trigo sarraceno)
  • Perejil fresco para decorar

Elaboración

  • Dejamos a remojo los anacardos la noche anterior. Si te has olvidado, puedes dejarlos a remojo con agua hirviendo una vez empieces con la receta 😉
  • En una cazuela, ponemos a hervir agua abundante, con una pizca de sal. Una vez arranque a hervir, echamos la coliflor y la zanahoria. Dejamos cocer las verduras durante 15 minutos. Las retiramos con una espumadera y sacamos también ½ vaso de agua, que utilizaremos para la salsa.
  • Devolvemos la cazuela al fuego, dejamos que arranque a hervir de nuevo, e introducimos los macarrones. Dejamos cocinar el tiempo que indique el paquete. A mí me gusta dejarlos al dente 😊
  • En un recipiente apto para batidora de brazo o en tu personal blender, ponemos las verduras, los anacardos escurridos y el resto de los ingredientes para la salsa. Trituramos y reservamos. Si quieres, puedes alargar la salsa con un poco más de agua o incluso con bebida vegetal, especialmente si vas a gratinar tus macarrones.
  • Mezclamos los macarrones con la salsa y servimos con un poco de perejil fresco por encima. Si lo deseas, puedes ponerlos en una bandeja de horno, espolvorearlos con levadura nutricional y gratinarlos unos minutos a máxima temperatura.

 

Observaciones

  • Si vas a gratinar tus macarrones con queso, te recomiendo que alargues un poco la salsa para hacerla más líquida y dejes los macarrones más al dente de lo habitual. Así, con la segunda cocción al horno, estos van a poder cocer un poco del líquido de la salsa para terminar de cocinarse.
  • Te recomiendo que acompañes este súper plato de pasta con una fresca ensalada variada o una buena dosis de verduras cocidas levemente.
  • Si quieres hacer la receta más rápida, cuece las verduras al mismo tiempo que la pasta. Puedes hacerlo en dos ollas distintas o bien cocinar las verduras unos minutos y luego echar la pasta, de manera que las verduras y los macarrones estén cocidos al mismo tiempo. Prepara todos los ingredientes para la salsa en un recipiente, de modo que cuando las verduras estén cocidas sólo tengas que añadir estos últimos ingredientes y triturar.

 

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Ollas SKK para vitro y gas

Por su antiadherente libre de PFOA ni metales pesados, con las ollas SKK cocinas con total confianza sin desprender tóxicos a los alimentos.

Distribuyen el calor rápida y uniformemente tanto en la base como en las paredes. Esto permite perfectos resultados en la cocción y mayor eficiencia energética.

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Batidora Personal Blender - PB 150

Ideal para triturar pequeñas cantidades (como la de nuestra salsa de queso vegana), porque las batidoras de vaso suelen quedar demasiado grandes para tal propósito (a no ser que desees hacer cantidades industriales, por supuesto). También van muy bien para las salsas las batidoras de brazo convencionales 🙂

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Cuchara de madera de olivo

Para remover la pasta, una cuchara de madera me resulta de lo más cómodo y orgánico. Por eso, es un básico en cualquier cocina.

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Y si te ha gustado la receta…

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¿Compartimos la receta?

Pan sin gluten de trigo sarraceno y semillas

Libre de gluten, sin harinas, sin levadura. Un pan que se vende solo 😊 Este pan sin gluten de trigo sarraceno y semillas es perfecto si estás buscando un pan fácil de hacer, con ingredientes sencillos, delicioso y de lo más saludable.

Para hacerlo, sólo necesitarás trigo sarraceno en grano, agua, sal marina, aceite de oliva virgen extra y semillas. Aquí la chía y el lino juegan un papel fundamental, pues su mucílago actúa haciendo la masa consistente, la engancha. Hace, básicamente, la función del gluten. Últimamente se ha puesto muy de moda utilizar psyllium para los panes sin
gluten. Pero hoy quería empezar con una receta más básica y con ingredientes que puedes encontrar con facilidad.

Además de estos ingredientes, también necesitarás tiempo de fermentación. Porque, al ser un pan sin levadura, vamos a dejarlo fermentar de manera natural, y eso va a hacer que luego crezca un poquito en el horno. Ahora bien, no te imagines un pan esponjoso tipo pan industrial, porque el resultado no tiene nada que ver con éste. Más bien es un pan denso, con sustancia, pero con alguna burbujita.

Si no lo dejas fermentar el tiempo que te aconsejo, como resultado vas a tener un pan estilo “mazacote” bastante difícil de comer. Ese fue el error que cometí la primera vez que hice pan con trigo sarraceno en grano y sin levadura y, la verdad, la solución es tan sencilla que casi parece increíble que no lo hubiera pensado antes. Así que, por favor, sigue los timings de la receta y tendrás un resultado increíble 😉

También es importante que lo dejes cocer suficiente. Si ves que el pan sin gluten te queda demasiado húmedo por dentro, dale unos minutos más en el horno. En mi caso, que tengo un horno sin ventilación (y, por lo que tengo comprobado, más lento que los otros hornos), tuve que darle unos 10 minutos más y subir la temperatura a 250ºC, para que se acabara de dorar. Y eso hizo la diferencia. El resultado ha sido más que satisfactorio.

En cuanto a utensilios, necesitarás una batidora de vaso de buena calidad, capaz de triturar el trigo sarraceno en grano, que habrá estado en remojo toda la noche. Yo sin duda te recomiendo la Vitamix, una batidora súper potente que te servirá para triturar el grano sin ningún problema.

Como verás, este pan sin gluten que te propongo está aderezado con semillas de girasol y de calabaza. Me encanta así porque le dan ese toque a pan de semillas tan rico, un tanto crujiente. Pero si lo que te apetece es variar la receta, puedes cambiar estas dos semillas por otros ingredientes de tu elección: tomates secos y orégano, romero y aceitunas negras, cebolla caramelizada, nueces, etc. Importante: las semillas de chía y las de lino son esenciales en la receta, así que deberías mantenerlas aun si haces el pan con variaciones.

Este pan sin gluten de trigo sarraceno te va a encantar porque es:

  • Denso y saciante
  • Muy sabroso
  • Crujiente
  • Saludable
  • Libre de levadura
  • Vegano
  • Muy fácil de hacer

 

Ingredientes

  • 2 tazas de trigo sarraceno (375 gr)
  • 1 taza y ¼ de agua (285 gr)
  • 1 c.p. sal marina sin refinar (5 gr)
  • ¼ taza de semillas de chía (40 gr)
  • 2 c.s. semillas de lino (20 gr)
  • 4 c.s. AOVE (40 gr)
  • ¼ taza semillas de girasol (40 gr), opcional
  • ¼ taza semillas de calabaza (40 gr), opcional
  • Un chorrito de AOVE para untar el molde + un poco de harina sin gluten (yo usé harina de trigo sarraceno)

 

Elaboración

  • Limpiamos bien el trigo sarraceno bajo el grifo, con la ayuda de un colador fino.
  • Lo colocamos en un bol de cristal, lo cubrimos bien de agua y lo dejamos a remojo toda la noche.
  • A la mañana siguiente, escurrimos bien el sarraceno en un colador fino. Mientras se escurre, en un bol mezclamos las semillas de chía, las semillas de lino, el agua y la sal. Dejamos reposar 10 minutos, hasta que las semillas suelten su mucílago y creen un gel.
  • Ponemos el trigo sarraceno en el vaso de la batidora, junto con la mezcla de agua, sal y semillas, y el aceite de oliva. Trituramos bien, hasta formar una masa. Podemos dejar algunos “grumitos” de semillas y trigo sarraceno, le dará ese toque rústico tan especial.
  • Disponemos la mezcla en un bol grande con la ayuda de una espátula. Añadimos las semillas de calabaza y de girasol y mezclamos con la espátula. Dejamos reposar entre 8 y 24 horas, en función de la temperatura exterior. En verano, con unas pocas horas será suficiente. En invierno, necesitará más tiempo. La masa está a punto de hornear cuando empiezan a aparecen burbujas y empieza a oler a fermentación.
  • Una vez pasadas las horas de fermentación, calentamos el horno a 180ºC (con ventilación) o a 200ºC (sin ventilación). Traspasamos la mezcla a un molde para pan de molde, previamente untado con aceite y espolvoreado con harina de trigo sarraceno.
  • Horneamos hasta que esté dorado, entre 1 hora – 1 hora y 20 minutos, dependiendo del horno y la ventilación.
  • Una vez cocido, lo sacamos del horno, lo dejamos reposar unos minutos y, cuando esté a una temperatura maniobrable, lo sacamos del molde y lo dejamos enfriar sobre una rejilla de horno.

 

Observaciones

  • Lo podemos conservar hasta una semana en la nevera, cubierto o en un recipiente hermético.
  • Es importante que, cuando vayamos a consumir nuestro pan, lo tostemos, en la tostadora o en la sartén. Queda mucho más rico. Y es que el pan de trigo sarraceno suele ser siempre un poco húmedo. Y tostado quedará perfecto.
  • Receta inspirada en la receta de Laura García de pan de trigo sarraceno.

Para esta receta de pan sin gluten, te puede interesar…

Molde para pan

Un buen molde de 30 cm, de Ballarini. Para esta receta es perfecto, ni demasiado grande, ni demasiado pequeño. Te dejo aquí el enlace para encontrarlo en Zwilling.

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Vitamix Ascent 2500i

Para triturar todo lo que se te antoje, ideal para la receta de hoy, porque te deja el sarraceno bien triturado. Incluso tritura las semillas de lino y chía, si lo dejas más rato 😉 Puedes encontrarla en Conasi aquí.

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Espátula de silicona

Para moldear la masa del pan, vas a necesitar una buena espátula de silicona, libre de tóxicos.

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Si te ha gustado este pan sin gluten…

¿Te apetece acompañarlo de estas deliciosas propuestas?

 

¿Compartimos la receta?

Helado de chocolate casero

Ya que parece ser que ha llegado el verano de golpe, quería compartir contigo una de esas recetas que, sí o sí, vamos a querer hacer durante nuestros días de más calor: el helado de chocolate. Todo un clásico en su versión más saludable.

Y es que sí, los helados apetecen, y mucho, a partir del momento en el que las temperaturas suben. Nuestro cuerpo nos pide refrescarnos y, ¿qué mejor manera de hacerlo que con un buen helado fresquito?

Pero a la vez, los helados convencionales también tienen sus desventajas. Los que encontramos en el mercado suelen estar hechos a base de azúcar, natas, lácteos y aditivos artificiales, para conseguir el sabor y la textura deseadas. Por suerte, hay algunas marcas ecológicas que ya empiezan a comercializar helados elaborados a partir de leches vegetales y melazas orgánicas, pero son una minoría y suelen ser más difíciles de encontrar.

Por eso, mi propuesta es muy sencilla: hazte tú mism@ tus helados. Tú controlas los ingredientes y así te aseguras de que tu helado va a ser delicioso para tu paladar y para tu salud. Además, con la técnica que voy a enseñarte vas a necesitar poquísimos ingredientes, fáciles de encontrar, y vas a tener hecho el helado en menos de 10 minutos.

Antes de empezar, quería comentarte que existen varias técnicas para hacer helados. Lo importante es conseguir una textura cremosa. Tradicionalmente se obtiene usando huevo, pero en cocina saludable se suele trabajar sobre estos métodos:

  • Espesando la mezcla con agar-agar y kuzu, maicena o cualquier otro espesante natural.
  • Usando leche de coco como base, que ya de por sí tiene una consistencia cremosa.
  • Usando plátanos congelados como base para nuestro helado.

Precisamente con esta última técnica es con la que vamos a trabajar. En primer lugar, porque solo necesitas plátanos congelados, y no te lías con cocciones. En segundo lugar, porque si no tienes heladera es una forma muy cómoda de hacerte un súper helado sin tener que pasar horas volviendo al congelador a triturar la mezcla.

Hoy te dejo con una receta muy fácil y absolutamente deliciosa que va a gustar a toda la familia. Un recurso perfecto para hacer más llevadero el calor del verano de manera saludable y económica.

 

Ingredientes (para 3 personas)

  • 3 plátanos maduros congelados
  • 1 chorrito de bebida de coco o cualquier otra bebida vegetal
  • 2 cucharadas de cacao puro sin azúcar
  • 2 cucharadas de crema de cacahuete sin azúcares añadidos (opcional)
  • 4 cuadraditos de chocolate negro ecológico (endulzado con Stevia o sirope de ágave)

 

Topping para nuestro helado de chocolate:

  • ½ vaso de bebida vegetal
  • 1 cucharadita de harina de arroz
  • 2 cucharaditas de cacao puro
  • 2 cucharaditas de melaza de arroz o 1 de ágave
  • Nibs de cacao para decorar

 

Elaboración

  • Sacamos los plátanos del congelador (personalmente, me gusta congelarlos pelados y enteros), los partimos en dos y los metemos en el vaso de la batidora. Trituramos hasta obtener una crema fina, incorporando un chorrito de leche de coco y el cacao.
  • Añadimos la crema de cacahuete y el chocolate. Esta vez, trituramos solo un poquito, porque queremos que nos queden trocitos de chocolate enteros.
  • Ponemos la mezcla en un recipiente y mantenemos en el congelador mientras preparamos la salsa de chocolate caliente.
  • En un cazo pequeño, calentamos todos los ingredientes (excepto los nibs de cacao), y llevamos a ebullición. Mezclamos continuamente para que no se formen grumos y para que no se enganche la mezcla al fondo del cazo.
  • Dejamos hervir un par de minutos hasta que la salsa espese. Reservamos.
  • Servimos el helado junto con un poco de la salsa caliente por encima. Decoramos con unos nibs de cacao.

¡Buen provecho y a disfrutar del calorcito!

 

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Vitamix es una batidora muy potente, ideal para la receta de hoy, porque para triturar las frutas congeladas necesitamos una máquina que tenga potencia. De hecho, con las batidoras convencionales vas a necesitar añadir más líquido a los plátanos para no estropear las cuchillas. Así que, luego, vas a tener que volver a poner la mezcla en el congelador, porque el helado ya no estará helado una vez triturado todo.

Con Vitamix, te aseguras de que los helados y smoothies quedan perfectos.

Te dejo con el enlace de afiliados a Conasi aquí y acuérdate de tu descuento del 5% por tu primera compra con el código CNS-NATURALMENTE.

Si te gustan las recetas cremosas a base de frutas, te recomiendo que le eches un vistazo a estas deliciosas recetas:

 

¿Compartimos?

Mona de Pascua sin gluten

¿Cómo estás? ¿Disfrutando ya de la Semana Santa? Como posiblemente sabrás, en Catalunya y el levante peninsular es tradición que los padrinos regalen la Mona a sus ahijados el Lunes de Pascua. Y este año vamos a celebrarlo por todo lo alto realizando nosotros mismos nuestra super mona de pascua sin gluten.

Mi hermana pequeña y ahijada es intolerante al gluten, así que he estado investigando un poco para adaptar la versión tradicional y, la verdad, estoy bastante contenta con el resultado. La masa ha quedado crujiente por fuera, esponjosa por dentro y de sabor suave, y casi ni te das cuenta de que es una mona sin gluten y sin azúcares refinados. Así que me doy por satisfecha 😊

Un poco de historia…

De monas, hay miles. En Catalunya especialmente, durante los últimos años han tenido mucho éxito las monas realizadas a base de chocolate, con grandes figuras de múltiples temáticas y super bien trabajadas.

El origen de esta moda, sin embargo, hay que buscarlo en la mona tradicional: una torta elaborada con una masa parecida al brioche y decorada con huevos duros. Con el tiempo, los huevos duros pasaron a ser huevos de chocolate, y, posteriormente, los pasteles se fueron modernizando y fue tomando más y más importancia el chocolate, hasta lo que conocemos hoy en día.

Una mona saludable y sin gluten

Para la receta de hoy, he optado por una torta tradicional con los huevos de chocolate. He querido mantener la tradición en la base, incorporando, eso sí, el elemento más moderno del chocolate a la hora de elaborar los huevos (siguiendo los gustos de las más pequeñas de la casa).

La receta de brioche tradicional lleva harina, azúcar, huevos, mantequilla o aceite de oliva virgen, levadura, leche o infusión de anís y ralladura de limón. Y, de hecho, es la receta base que se usa en varios tipos de tortas tradicionales, con sus variaciones (coca de San Juan, roscón de Reyes, etc.). Resulta una masa poco dulce y un poco densa a la hora de comer (por eso se suelen incorporar rellenos 😉 ).

Para convertirla en una receta saludable, hemos sustituido el azúcar por azúcar de coco eco, la manteca por aceite de oliva virgen extra y la leche de vaca por bebida vegetal de arroz.

En nuestro caso, hemos mantenido los huevos, pero si quieres realizar una mona de pascua vegana, puedes sustituir el huevo de la receta por la mezcla «huevo vegano» de 10 gr de lino molido + 45 gr de agua. Para realizarla, solo tienes que moler el lino, mezclarlo con el agua y dejar reposar la mezcla durante 15 minutos mínimo.

Sobre la harina, hemos sustituido la harina de trigo convencional por una mezcla de harinas sin gluten. Si deseas hacerla con gluten, te recomiendo que uses harinas integrales ecológicas, como la de espelta o kamut, por ejemplo. Simplemente tendrás que sustituir la harina de la receta por la harina que más te apetezca, en las mismas cantidades, y jugar un poco en función de lo que espesen las harinas escogidas.

Mezcla de harinas sin gluten

En la receta, vas a encontrar que, tanto para el prefermento como para la masa, he escrito “mezcla de harinas sin gluten”. La cuestión es que, cuando realizamos recetas sin gluten, ya sea en repostería o en panadería, lo que más se recomienda es hacer una mezcla de, como mínimo, dos tipos diferentes de harinas, mezclando harinas integrales con almidones u otros tipos de harina (de frutos secos, de legumbres, etc.) en las proporciones que se suelen recomendar.

Si quieres más información sobre el tema, te recomiendo que leas los artículos que Conasi y Danza de Fogones tienen publicados. Son fuentes fiables y en ellas me he basado para la mezcla que te propongo hoy.

Mi recomendación es hacer una mezcla mayor de la que vamos a usar (en mi caso he realizado 1 kg de harina), la guardamos en un tarro de cristal y así tenemos para las próximas elaboraciones. Como que mi receta está pensada para niños, he aumentado la proporción de almidones hasta un 60% (lo más recomendado en general es que oscile entre un 40 y un 55%), para hacer la mezcla más suave [ = cuanto más almidón, más suave].

En este caso, para 1 kg de mezcla de harinas sin gluten, he usado:

  • 300 gr de harina de maíz (almidón de maíz)
  • 300 gr de harina de arroz blanco
  • 150 gr de harina de trigo sarraceno
  • 100 gr de harina de arroz integral
  • 150 gr de harina de mijo

Por supuesto, puedes hacer la mezcla de harinas que más te apetezca y la que consigas con los ingredientes que tienes en casa.

Esta primera Mona la puedes ver con un diseño trenzado y decorada con el huevo de chocolate.

Esta segunda Mona está elaborada en bloque, con un sólo agujero en el centro, y decorada con sirope de chocolate casero (melaza de arroz + cacao puro) y frutos rojos.

Mona de pascua sin gluten

Ingredientes

Para el prefermento:
  • 50 gr bebida vegetal de arroz
  • 50 gr mezcla de harinas sin gluten
  • 3 gr levadura seca de panadería
Para la masa:
  • 250 gr mezcla de harinas sin gluten
  • 3 gr levadura seca de panadería
  • 50g bebida vegetal de arroz
  • el prefermento
  • 1 huevo ecológico (o mezcla de 10 gr de lino molido + 45 gr de agua) y un poquito más de huevo batido para pintar
  • 50 gr AOVE
  • 50 gr azúcar de coco eco
  • ½ c.p. ralladura de limón

Elaboración

  • Empezamos con el prefermento. Mezclamos la harina, la bebida de arroz y la levadura en un tarro de cristal. Cerramos y conservamos en la nevera durante 12 horas. Este paso es optativo pero recomendable.
  • Para hacer la masa, mezclamos todos los ingredientes en un bol: primero batimos las claras a punto de nieve. Añadimos las yemas y el azúcar, batimos bien. A continuación, incorporamos el aceite, la ralladura de limón, la bebida de arroz, el prefermento y la levadura y vamos batiendo. En último lugar, vamos incorporando la harina poco a poco y amasamos un poquito. En función del tipo de harina, es posible que necesites un poco menos de harina (hasta unos 50g menos). Debe quedar una masa más o menos manejable pero no demasiado espesa.
  • Dejamos la masa en un bol y la cubrimos con un trapo. Dejamos reposar 1 hora mínimo.
  • En una fuente de horno cubierta con papel parafinado, disponemos la masa en el centro, a modo de círculo aplanadito, y poco a poco vamos dando forma de mona, con un agujero en el medio.
  • Dejamos reposar entre 30 y 60 minutos, para darle el último reposo.
  • Precalentamos el horno a tope. Pintamos la mona con un poco de huevo batido y la metemos en el horno. Inmediatamente, bajamos el horno a 180ºC. Dejamos cocer unos 30 minutos o hasta que esté cocida. Está más rica si la tomamos el mismo día.

Huevos de chocolate

Realizar tú mism@ los huevos de chocolate es una labor que, más que propia de la cocina, parece sacada de un libro de manualidades. Es divertido hacerlo con los más pequeños, porque te ensucias, y mucho y, si os estalla algún globo en la cara os reís un buen rato 😊

Necesitarás

  • Globos
  • Aceite
  • ½ tableta de chocolate negro ecológico para 4 huevos medianos
  • Un poco de cacao para decorar
  • Dos cazos, uno más grande que el otro, para el baño maría
  • Una espátula para remover el chocolate
  • Un pincel apto para gastronomía
  • Hilos gruesos y pinzas

Elaboración

  • Calentamos el chocolate al baño maría. Es SÚPER importante que el chocolate esté templado, nunca caliente. Básicamente cuando está caliente es cuando explota el globo. Así que, a menos que quieras redecorar tu cocina y tu atuendo con unas bonitas tiras de chocolate, te aconsejo que lo dejes atemperar. Sabrás que está al punto cuando empieza a espesar y es más difícil trabajar con él.
  • Llenamos los globos hasta que hagan unos 10 cm de largo. Los cerramos y los limpiamos bien. Los secamos y los cubrimos con aceite (este paso es muy importante para que luego podamos sacar el globo sin dificultades).
  • Atamos los globos al extremo de un hilo y lo sujetamos con una pinza en algún lugar cómodo (yo los até a los tiradores de los armarios de la cocina). Aquí lo importante es que queden colgando en un espacio libre, que no les toque nada por ningún lado.
  • Pintamos los globos por todos los lados, dejando un poco de espacio en el nudo del globo. Esperamos hasta que esté completamente seca la primera capa.
  • Repetimos el proceso hasta tener tres capas de chocolate.
  • Pinchamos el globo y lo retiramos con cuidado. Cubrimos el espacio vacío con un poco más de chocolate. Espolvoreamos con un poco de cacao o canela por encima.
  • Colocamos los huevos encima de la mona.

 

Y, ¡voilà! Ya tenemos nuestra super mona de pascua sin gluten lista para degustar 🙂

Es un poco elaborada, pero merece la pena 🙂

 

 

Para esta receta, he usado:

rallador microplane

Rallador de cítricos Microplane

Para rallar la ralladura de limón y otros cítricos, la mejor opción es un rallador de cítricos Microplane. Con él, además de evitarte la parte blanca del cítrico – y su amargor asociado -, consigues un rallado fino y aromático.

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Pincel de silicona

Pincel de silicona platino, antiadherente y libre de tóxicos. Las cerdas, al ser de silicona, no se desprenden ni absorben olores.

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Y si te ha gustado esta mona de Pascua…

Y te gustan los postres tradicionales, te recomiendo que le eches un vistazo a las torrijas saludables que he preparado para disfrutar de esta Semana Santa o a estos deliciosos panellets saludables, perfectos para celebrar la Castanyada o noche de Todos los Santos.

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Espaguetis de calabacín con pesto de kale

¡Buenos días!

¿Cómo estás?

Hoy te voy a deleitar con esta receta sencillísima pero muy resultona para que disfrutes con todos los sentidos: los espaguetis de calabacín con pesto de kale. Rico, ¿verdad? Son ligeros, gluten free, veganos y muy muy saludables y deliciosos. Además, es una de las recetas que me he puesto a hacer como una loca desde hace unas semanas. Y que me recuerda que la primavera ya está aquí (con lo que me pongo muy pero que muy contenta).

Y tú, ¿has notado también el cambio?

Yo lo he visto claro: las temperaturas han subido, han llegado las lluvias y ese olor tan característico de la vida que nace. Ya veo florecer algunos árboles fruteros y nacer los primeros brotes, hemos salido a coger espárragos, llenado la casa de plantas y flores y sacado el polvo de la Spirali para empezar a devorar espaguetis de verduras con todas las salsas posibles.

Y es que en esta época empiezan a apetecer cada vez más verduras y frutas de la estación en estilos de cocción más suaves y ligeros (también crudos), y en más cantidad. Natural. El cuerpo nos pide que nos adaptemos a la nueva estación y, para ello, necesitamos más verde, más energía madera, más chispa, más energía que nos haga brotar la vida de nuestro interior.

Y para que entres en la nueva primavera por la puerta grande, hoy he preparado para ti este plato que ya se ha convertido en clásico y que va a hacer las delicias de cualquiera. Sí, aquellos que dicen que “no les gustan las verduras” también caen rendidos 😉.

Espaguetis de calabacín para introducir una buena dosis de verdura cruda de una manera deliciosa + pesto vegano de kale para aportarte todos los beneficios de las hojas verdes = chute extra de energía y sabor asegurado.

 

Vamos a por la receta:

Ingredientes (para 3 personas)

  • 1 y ½ calabacines
  • 1 y ½ tazas de col kale limpia
  • ½ taza de almendras tostadas
  • ½ diente de ajo
  • 2 c.s. levadura nutricional[1]
  • 1/3 taza de aove
  • 1/3 taza de agua
  • 1/2 c.c. sal marina sin refinar
  • una pizca de pimienta negra recién molida
  • 1 c.p. vinagre de manzana
  • Para decorar: unos tomates secos, aceitunas negras de Aragón y un poco más de levadura nutricional.

 

Elaboración

  • Limpiamos los calabacines, les cortamos las puntas y los hacemos espaguetis con la ayuda de la Spirali. Si no disponemos de este aparato, podemos hacer láminas longitudinales con la mandolina o pelador, juntar unas cuantas (el grosor de 1 o 2 cm) y hacer las tiras manualmente con un cuchillo. Este segundo procedimiento es un poco más lento y complicado. Pero te saca del apuro si tienes antojo de espaguetis de calabacín 😉
  • Ponemos el resto de ingredientes en el vaso de la batidora y trituramos hasta obtener una textura homogénea.
  • Servimos los espaguetis de calabacín con un poco de salsa por encima. Y decoramos con unos tomates secos, unas aceitunas negras y un poco de levadura nutricional.

 

TRUCO:

Lo ideal es que quede una salsa un pelín subidita de sal. Piensa que luego tenemos que aderezar con ella todos los espaguetis. A diferencia de la pasta tradicional, que ya salamos en la cocción, los espaguetis de calabacín no vienen cocinados con sal. De hecho ni los cocinamos. Así que ten en cuenta la pequeña diferencia a la hora de preparar la salsa 😊

 

[1] Levadura inactiva que se utiliza como suplemento por sus múltiples propiedades beneficiosas para el organismo. Encuentra más información aquí.

 

Para esta receta, he usado:

Spirali

De todos los cortadores de verduras que he probado para hacer espaguetis, Spirali es sin duda el que mejor funciona. Un poco más voluminoso que los más pequeños a modo de sacapuntas. Pero vale la pena la inversión en espacio: el resultado es mucho mejor y la elaboración mucho más confortable.

Encuéntralo en Conasi aquí.

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Batidora Personal Blender - PB 150

Ideal para triturar pequeñas cantidades (como la del pesto de kale o cualquier salsa), porque las batidoras de vaso suelen quedar demasiado grandes para tal propósito (a no ser que desees hacer cantidades industriales, por supuesto).

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Para aprovechar todo el pesto al servirlo, será imprescindible una buena espátula de silicona, libre de tóxicos.

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Si te gustan las recetas de salsas, te recomiendo que eches un vistazo a esta mayonesa vegana de aguacate. Para chuparte los dedos 🙂

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