Carrot cake

Pastel de zanahoria en formato magdalenas o carrot cake muffins

El otoño ya está oficialmente aquí y con él, empieza la temporada de horno, especias y verduras dulces y de raíz 😊 Y qué mejor manera de celebrarlo que con estos deliciosos carrot cake servidos en porciones individuales al más puro estilo muffin.

El carrot cake o tarta de zanahoria es un postre típico de Estados Unidos que en los últimos años se ha popularizado enormemente por todo el territorio occidental. Y, por consiguiente, es uno de los pasteles que más juego aportan a la hora de ser adaptados a su versión healthy. Y es que, si echas un vistazo por Internet, verás que los hay en mil y una versiones: veganos, con o sin gluten, con horno, sin horno, crudis, con plátano, sin plátano, con avena, con coco, con harina integral de espelta, y un largo etcétera con el que no me voy a entretener ahora.

Para la versión de hoy, me apetecía una carrot cake con huevos (utilizo huevos ecológicos en mi cocina), y con harina de avena como única harina. La avena es un cereal muy reconstituyente y, junto con los huevos, aportan un extra de nutrición y energía a este postre, haciéndolo ideal como merienda, desayuno o snack para deportistas y personas que necesitan calentar y nutrir  tu cuerpo.

Si lo deseas vegano, puedes sustituir los huevos por la mezcla vegana de lino (1 cucharada de lino molido x 3 cucharadas de agua = 1 huevo) y puedes utilizar copos de avena y bebida de avena sin gluten si lo prefieres y/o necesitas para celíacos o intolerantes al gluten.

En la receta de hoy, he querido presentar el carrot cake en formato muffin, para obtener así unos bocaditos individuales o carrot cake muffins, muy apetecibles para servir cuando tenemos invitados. Si lo deseamos, podemos hornear tu pastel en un molde grande para tartas y cubrirlo luego con el frosting y así obtendremos el clásico pastel de zanahoria en el formato más tradicional. Aunque, en este caso, es más que probable que tengamos que ajustar el tiempo de cocción y dejarlo unos minutos más en el horno.

Este carrot cake me encanta porque:

 

  • Es nutritivo y saciante.
  • Realizamos en versión saludable una de las recetas más populares de postres norteamericanos. ¡Adoro hacer versiones healthy de clásicos de todo el mundo!
  • Está repleto de especias aromáticas y calientes como la canela, nuez moscada y jengibre, que combinan a la perfección con la zanahoria y las nueces.
  • Utilizamos una verdura en nuestros postres para aportar textura y dulzor natural (me encantan los pasteles con protagonistas como la calabaza, el boniato, el calabacín o la remolacha, ¡están riquísimos!).
  • No lleva azúcar refinado. En este caso, utilizamos un endulzante natural como el sirope de agave. Si lo deseas, puedes sustituirlo por tu endulzante favorito (ajustando de dulzor si fuera necesario).
  • No lleva ningún tipo de aceite, margarina ni mantequilla, lo que lo convierte en una tarta para nada aceitosa.
  • El frosting vegano no está elaborado con anacardos ni ningún otro fruto seco, a diferencia de la mayoría de frostings vegetales. El ingrediente principal aquí es yogur de soja. Y, el resultado, resulta cremoso, ligero y aromático.
  • Los trocitos de nueces aportan textura crujiente a una tarta que, gracias al yogur y las zanahorias, resulta cremosa, tierna y naturalmente dulce.
  • Puedes elaborar toda la receta en un momento gracias a una batidora potente, estilo Vitamix, y olvidarte así de ensuciar mil cuencos.

 

Te dejo con la receta de este delicioso carrot cake:


Ingredientes (para 9 raciones)


  • 250 g de zanahorias ralladas (unas 2 zanahorias grandes)
  • 3 huevos
  • ½ taza yogur de soja
  • ½ taza de sirope de agave
  • ¼ taza bebida de avena
  • 2 c.p. levadura eco de repostería
  • 2 c.p. canela molida
  • ½ c.c. nuez moscada
  • ½ c.c. jengibre molido
  • 2 tazas de harina de avena[1]
  • 1 taza de nueces


FROSTING DE YOGUR DE SOJA


  • 1 taza de yogur de soja natural y ecológico
  • Ralladura de 1 limón
  • 2 c.s. zumo de limón
  • 3 c.s. azúcar de coco
  • 1 c.s. aceite de coco
  • 1 c.p. harina de maíz eco


Elaboración


  • Primero preparamos la harina de avena. Podemos hacerlo a partir de copos de avena, que trituraremos en cualquier batidora de vaso medio potente. Yo utilizo la Vitamix y funciona de maravilla. Reservamos la harina aparte.
  • Precalentamos el horno a 180ºC. Preparamos los moldes, untando la superficie con un poco de aceite y enharinándolo todo con un poco de harina de avena. Sacamos el exceso de harina y reservamos.
  • Limpiamos las zanahorias y las ponemos a trozos grandes en el vaso de la batidora. Pulsamos durante unos segundos a velocidad media, para obtener nuestra “zanahoria rallada”. Si no dispones de una batidora de vaso, puedes rallar la zanahoria directamente con un rallador y disponerla en un bol grande.
  • Añadimos todos los ingredientes líquidos a la zanahoria (huevos, yogur, sirope y leche) y mezclamos bien. Si utilizamos batidora, mezclamos unos segundos a velocidad media. Si lo hacemos en un bol, mezclamos bien con las varillas.
  • Añadimos los ingredientes secos (levadura, canela, nuez moscada, jengibre y la harina que habíamos separado) y volvemos a mezclar, dejando que la batidora lo mezcle todo bien, pero sin que triture demasiado los trocitos de zanahoria.
  • Finalmente, añadimos las nueces y dejamos que se mezcle durante unos segundos más a media velocidad. Si hacemos la mezcla en un bol, tendremos que añadir las nueces ya picadas.
  • Añadimos la mezcla a los moldes, llenándolos solo hasta ¾ de su volumen. Horneamos entre 30 y 40 minutos, hasta que estén dorados por todos los bordes y su interior esté cocido. El tiempo de cocción variará mucho en función de tu horno y del tipo de molde que utilices (¡hay veces que tengo pasteles en el horno por más de 1 hora!).
  • Mientras tanto, preparamos el frosting de yogur y limón. En una cazuela pequeña, podemos todos los ingredientes para la cobertura: yogur de soja, la ralladura de limón, el jugo, el azúcar de coco, el aceite de coco y la harina de maíz ecológica.
  • Mezclamos bien con unas varillas y encendemos el fuego. Cocemos a fuego medio durante unos 5 minutos, removiendo muy a menudo, hasta que empiece a hervir y la harina de maíz espese el frosting. Apagamos y reservamos.
  • Cuando saquemos el carrot cake del horno, lo dejamos enfriar completamente. Lo desmoldamos y lo cubrimos con el frosting, dejando que caiga ligeramente por los costados. Decoramos con una nuez si se desea.
  • Podemos conservar los carrot cake en la nevera durante unos 4 días. Y poner el frosting en el momento de servir, así mantendremos mejor la textura de la tarta.



[1] Para conseguir tu harina de avena, sólo tenemos que moler previamente en la batidora la misma cantidad de copos de avena.

Para esta receta, te puede interesar…

Espátula de silicona

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Vitamix Ascent 2500i

La auténtica responsable de que hacer un pastel de zanahoria se convierta en la tarea más fácil del mundo. Vitamix es una batidora perfecta para triturar todo lo que se te antoje, y te facilita muchísimo el trabajo, especialmente e la repostería. Es la batidora, de lejos, que más finos deja los batidos y las cremas. E incluso nos hace harina de cualquier cereal 😉 Puedes encontrarla en Conasi aquí.

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Molde de silicona

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Y, si te ha gustado la receta…

Te animo a que le eches un vistazo a estos deliciosos bizcochos y/o tartas con las que se te hará la boca agua de la manera más saludable:

¿Compartimos?

Bizcocho de yogur

Hacía un montón de tiempo que quería compartir contigo una receta de bizcocho de yogur casero. Y, aunque tengo un montón de ideas para bizcochos, hoy he querido ir a por el clásico, a por la cocina de mi madre, de mi abuela, y traerte esta versión saludable del bizcocho de yogur de toda la vida.

En nuestra casa, seguimos una receta que es famosísima en la tierra de mi madre, en les Terres de l’Ebre (y, de hecho, en varias zonas de Tarragona), y que se conoce con el nombre de “coc ràpid”. Se trata del típico bizcocho elaborado con la medida de un yogur de 125 ml, que nos sirve para calcular la cantidad del resto de ingredientes.

 

Si tengo que serte sincera, desde que hicimos el cambio de alimentación en nuestra casa (allí por el año 2011), esta versión de bizcocho había quedado bastante olvidada. En parte porque quería experimentar con otras opciones, en parte porque no quería utilizar ingredientes refinados. Pero tengo que reconocer que le tengo especial cariño a esta receta, y era evidente que, tarde o temprano, iba a mejorarla con ingredientes más interesantes y encontrar así una opción saludable del bizcocho tradicional de toda la vida.

Y hoy ha llegado el gran día 😊 La receta que te traigo no lleva lácteos, ya que he preferido introducir yogur de soja ecológico natural, sin aditivos ni azúcar. Tampoco lleva gluten, pues he utilizado harina de maíz integral ecológica, que me encanta cómo combina con el yogur. Y, en cuanto al azúcar, he querido sustituir el azúcar refinado por azúcar de coco ecológico, que tiene un índice glucémico muy bajo y nos aporta la textura de “azúcar” que nos interesa para esta receta.

Sí que he mantenido los huevos, de origen ecológico, pues le dan color y textura al bizcocho. Si quieres optar por una versión vegana, puedes cambiar cada huevo por la mezcla de “huevo” de 1 cucharada de chía por 3 cucharadas de agua.

 

Así pues, este es un bizcocho saludable sin gluten, sin azúcar y sin lácteos. CON huevos ecológicos, harina de maíz, yogur de soja y, con el toque final de pera, canela y limón.

En la versión tradicional, normalmente se usan 2 medidas de azúcar. Aunque, como que lo encuentro demasiado dulce (incluso cambiando el azúcar blanco por azúcar de coco), yo prefiero añadir sólo una medida de azúcar de coco. El resultado no resulta casi dulce, de hecho ¡es demasiado poco dulce! Pero a mí me gusta así. Primero, porque es más sano. Y, segundo, porque me aprovecho del dulzor de la pera y del chorrito de melaza de arroz por encima, que le echo en el último momento, antes de salir del horno. Y, con estos toques, el resultado es perfecto. Sin embargo, si no vas a utilizar ninguna fruta como topping o la melaza, te recomiendo que ajustes la cantidad de azúcar y la subas a una medida y ½.

 

Lo mejor de este bizcocho de yogur es que:

 

  • Es súper fácil de hacer, no tienes que andar pesando con la báscula ni nada.
  • Es súper rápido de preparar, pues en el tiempo que se te calienta el horno ya lo tienes listo.
  • Resulta esponjoso y tierno.
  • No se deshace. Lo bueno de utilizar huevos en la repostería sin gluten es que, como actúan de aglutinante, te dejan un resultado cohesionado y con una textura inmejorable. Así, ni te enteras de que es un bizcocho sin gluten.
  • Lleva harina de maíz, que combina a la perfección con el yogur de soja.
  • Nos aprovechamos del dulzor natural de la fruta. En este caso la pera. Que marida súper bien con el limón y la canela. También me encanta usar manzana y, los arándanos, que simplemente quedan de vicio en esta receta.
  • Puedes guardarlo en la nevera hasta 5 días (aunque no creo que te puedas resistir durante tanto tiempo, jeje).
  • Es clásico, nunca falla y es perfecto como merienda, desayuno o postre. Sirve como básico para toda la familia y podemos comerlo en multitud de ocasiones.
  • Podemos versionarlo como más nos guste. Podemos cambiar la harina de maíz por otras que tengamos en casa (de espelta integral, de arroz integral o de trigo sarraceno, por ejemplo), podemos cambiar la pera por la fruta que más nos apetezca e incluso realizar su versión vegana (con semillas de chía, como te he comentado antes).

 

Te dejo con la receta de este delicioso bizcocho de yogur casero:

 

Ingredientes para el bizcocho de yogur (para unas 8 raciones)

 

  • 3 huevos ecológicos
  • 1 medida de azúcar de coco
  • 1 yogur de soja ecológico natural, sin azúcares añadidos
  • Ralladura de 1 limón
  • 1 medida de AOVE
  • 3 medidas de harina de maíz integral ecológica
  • 2 c.c. canela molida
  • 1 c.p. levadura de repostería ecológica (8 g)
  • 1 pera (o manzana, arándanos o fruta de tu gusto)
  • 2 c.s. melaza de arroz o tu endulzante líquido saludable favorito

 

Elaboración

 

  • Encendemos el horno a 180ºC.
  • En un bol, echamos las claras y las batimos hasta dejarlas a punto de nieve.
  • Añadimos el azúcar de coco y las yemas. Mezclamos bien con las varillas.
  • Incorporamos el yogur, la ralladura de limón y el aceite. Seguimos mezclando.
  • A continuación, añadimos los sólidos: la harina de maíz, a tandas, la canela y la levadura. Mezclamos bien hasta que quede una masa homogénea y cremosa.
  • Untamos un molde con aceite y harina. Echamos toda la masa en el molde, ayudándonos con la lengua para aprovecharlo todo.
  • Pelamos la pera, la cortamos a juliana fina y la distribuimos encima del bizcocho.
  • Horneamos entre 45 y 60 minutos, en función de la potencia de nuestro horno. Cuando le falten unos 10 minutos, lo sacamos del horno y lo untamos con la melaza de arroz, así le daremos un toque caramelizado en la superficie. Volvemos a meter el bizcocho en el horno y dejamos que se acabe de cocer los minutos que le falte. Sabremos que está listo al pinchar con un tenedor y que nos salga limpio.

 

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Espátula de silicona

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Varillas de silicona

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Molde

Un buen molde de 30 cm, de Ballarini. Para esta receta es perfecto, ni demasiado grande, ni demasiado pequeño. Te dejo aquí el enlace para encontrarlo en Zwilling.

 

Y, si te ha gustado este bizcocho de yogur…

¿Quieres más ideas de tartas, pasteles y bizcochos saludables, sin azúcar refinado y muy muy deliciosos?

 

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Crackers sin gluten con semillas

Hoy te traigo una receta que hacía mucho tiempo que quería compartir porque es una de aquellas elaboraciones que siempre triunfan en fiestas y celebraciones especiales: estos deliciosos crackers sin gluten con semillas, perfectos para acompañar todo tipo de salsas y patés vegetales.

Hacía bastante tiempo que andaba buscando una receta de crackers (o tostaditas o galletas saladas) bien rica. Con semillas, pero también con algo de harina: que no fuera al 100% semillas y que tuviera harinas ecológicas sin gluten. Y es que, si queremos elaborar masas sin gluten y queremos que nos queden bien amalgamadas, nada mejor que aprovecharnos del poder de semillas como la chía o el lino (y el psyllium para panes, por supuesto), para lograr ese efecto aglutinante que tanto nos interesa.

Esta receta, inspirada en los crackers de maíz y semillas de Blueberries and Olives, ha sido una auténtica revelación. Y, la verdad, es tan rica que cuando preparo estos crackers en casa, simplemente vuelan.

A mí me encanta acompañar los patés vegetales con crudités vegetales (los bastoncitos de zanahoria, apio y calabacín son mis favoritos) y, de hecho, creo que son la opción más saludable. Pero también es cierto que, de vez en cuando, el cuerpo – o la familia o la celebración misma – requiere algo con una base más nutritiva, más rica en cereales y grasas de buena calidad. Y estos crackers con semillas son una deliciosa solución, tanto para untar como para picotear.

También puedes utilizar estos crackers simplemente como snack, para merendar o a media mañana, cuando tienes antojo por textura crujiente. Y, como son caseros, elaborados con ingredientes sin refinar, de origen vegetal y ecológicos, son 100% saludables y una buena fuente de minerales y grasas de buena calidad, en especial de omega-6 y omega-9.

En esta receta, he utilizado harina de arroz integral y harina de trigo sarraceno, una combinación que me encanta para elaborar masas sin gluten. Pero puedes cambiar la harina de trigo sarraceno por otra harina de tu elección. Queda muy bien con maíz, pero también puedes servirte de harinas como la de mijo, avena o quinoa, por ejemplo.

Para elaborar estos crackers, sólo necesitas una batidora de vaso (tipo Vitamix, mi favorita, o Thermomix) o un procesador de alimentos, y un horno. Una vez hechos, puedes conservarlos hasta 4 días en un tarro hermético de cristal. Y, si se han reblandecido, simplemente les das un toque en la tostadora antes de consumir y listos. De todos modos, no creo que aguanten tanto tiempo, porque ¡realmente son de vicio!

Para la receta, necesitarás:

Ingredientes (para una bandeja de horno)

  • 125 g harina de arroz integral
  • 125 g harina de trigo sarraceno
  • 2 c.s. pipas de girasol
  • 2 c.s. sésamo
  • 1 c.s. semillas de chía
  • 1 c.s. lino
  • 130 g agua
  • 1 c.c. sal marina sin refinar
  • 50 g AOVE

Elaboración

  • En el vaso de la batidora, incorporamos todas las semillas y la sal. Trituramos hasta que queden solamente algunos grumos. A mí me gusta que quede un poco de textura y que se noten un poco las semillas.
  • Añadimos las harinas y el aceite y mezclamos a velocidad media. Finalmente, vamos añadiendo el agua poco a poco, hasta obtener una consistencia espesa, de masa. Reservamos 10 minutos, para permitir que las semillas de lino y chía suelen todo su mucílago.
  • Mientras tanto, calentamos el horno a 200ºC (sin ventilación). En una mesa de trabajo, colocamos un papel de horno con la masa encima. Cubrimos con otro papel de horno y estiramos con un rodillo, hasta que la masa esté bien extendida por toda la superficie. Si sobra masa por algún lado, podemos sacar la masa sobrante y colocarla en las esquinas o donde necesitemos más masa, de manera que al final tengamos cubierto todo el rectángulo de papel de manera homogénea.
  • Sacamos el papel de encima. Pasamos la masa con el papel de abajo, con cuidado, a la bandeja del horno.
  • Con un cuchillo, cortamos la masa dándole la forma de crackers. Podemos hacer rectángulos (como en la foto), cuadrados o triángulos. También podemos no cortarlos en este punto y hacerlo después del horno, manualmente, rompiendo la masa crujiente, y así quedarán con una forma irregular.
  • Horneamos durante 18 a 20 minutos, hasta que estén dorados y crujientes. Iremos mirando que no se nos quemen los laterales.
  • Sacamos del horno y dejamos que se enfríen. Los partimos por las líneas y los guardamos en un pote de cristal, donde aguantarán crujientes un par de días. A partir del tercer día, si están blandos, puedes calentarlos un poco en la tostadora antes de consumir.

 

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Lámina de silicona para hornear

La solución para no tener que usar papel de horno cada vez. Sin duda, será una de mis próximas adquisiciones. Es perfecta como base para nuestra receta, para que nuestra masa no se enganche a la bandeja del horno.

Te enlazo a esta que puedes encontrar en Conasi. Y recuerda que tienes un descuento del 5% por venir de mi parte con el código CNS-NATURALMENTE.

Vitamix Ascent 2500i

La verdad es que una buena batidora Vitamix es perfecta para esta receta, porque necesitas una batidora potente para poder triturar semillas pequeñas como las de chía o lino.

Puedes encontrarla en Conasi aquí. Recuerda que, con el código CNS-NATURALMENTE, tienes un 5% de descuento en todas tus compras.

Rodillo de amasar

Perfecto para aplanar nuestra masa de manera uniforme. Este me gusta mucho, por su acabado profesional. Además, está fabricado en Francia con madera maciza de haya, sin tratar y antiadherente natural. Su diseño ergonómico lo hace fácil de usar e ideal para dar forma a las nuestra masa y a cualquiera que se te ponga por delante. 

Puedes encontrarlo en Amazon siguiendo este enlace.

Y, si te ha gustado la receta…

Puedes acompañar estos crackers con nuestros patés y untables:

Y, si te apetece experimentar con masas sin gluten, ¿qué te parece este pan de trigo sarraceno sin gluten? Es fácil de hacer y no lleva ni harinas ni levaduras.

 

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Ensalada de alcachofas

Ha llegado la temporada de alcachofas y en casa nos estamos poniendo las botas con la alcachofa de Benicarló, población costera de Castellón muy cerquita de donde vivimos nosotros que es muy famosa por su producción de alcachofas de gran calidad 😉 Y, aprovechando el calorcito de estos días, no se me ocurre nada mejor que compartir contigo esta deliciosa ensalada de alcachofas, perfecta para introducir nuestra preciada verdura de manera sencilla y saludable.

Las alcachofas están en su máxima esplendor entre mediados de enero y finales de marzo. Y es perfecta por su potencial depurativo, porque nos prepara el organismo para la apertura propia de la primavera. Pero también tiene muchas otras ventajas:

  • Nos ayuda a depurar el hígado.
  • Estimula la producción de bilis y elimina grasas.
  • Es diurética y contribuye a eliminar la retención de líquidos.
  • Ayuda a combatir el colesterol y la tensión alta.
  • Es muy rica en minerales y vitaminas.
  • Es ideal para incluir en una dieta para la pérdida de peso.

¿Cómo cocinar las alcachofas?

Para cocinar las alcachofas, primero tenemos que limpiarlas bien. Con la ayuda de un cuchillo, tenemos que cortar las hojas más externas y las puntas más duras. A continuación, limpiamos parte de la base con una puntilla, dejando visible el corazón más tierno y extrayendo la parte más fibrosa. En función del plato, también tendremos que quitarle la pelusilla del interior.

Es muy importante que, mientras preparemos las alcachofas, tengamos a mano un gran bol lleno de agua fría con limón escurrido o perejil. A medida que vamos limpiando y cortando las alcachofas, las dejamos dentro del bol para que no se oxiden.

Una vez limpias, podemos cocinarlas a la brasa, al horno, en salteados, en tempura, añadirla a los caldos o incluso podemos prepararlas rellenas de cereales integrales y/o verduras.

Hoy te propongo escaldar las alcachofas unos pocos minutos y añadirlas como ingrediente estrella a esta ensalada de finales de invierno y primavera. Una ensalada muy saludable y con personalidad, que destaca por su acertada combinación de ingredientes: alcachofas, rúcula, huevo y alcaparras, aderezados con un cremoso aliño de mostaza y limón.

[Si eres vegan@, puedes eliminar el huevo de la ecuación sin problema 😉]

Esta receta me encanta porque:

  • Es ligera y refrescante,
  • Introduces verduras de temporada,
  • Es saludable y vegetariana (con opción vegana),
  • Resulta crujiente y jugosa a la vez,
  • Llena de sabor,
  • Con ese toque ácido,
  • Y es perfecta tanto como primer plato como si quieres servirla de guarnición en ocasiones especiales.

Te dejo con la receta:

Ingredientes (para 3 personas)

  • 2 alcachofas
  • Una buena base de rúcula fresca (unos 75 gr)
  • ½ vaso radicchio (o col lombarda)
  • 2 huevos ecológicos
  • 2 c.s. alcaparras
  • Germinados de col lombarda para decorar (opcional)

Para el aliño:

  • 2 c.s. zumo de limón (y el resto del limón para conservar las alcachofas antes de hervirlas)
  • 1 c.p. mostaza
  • 1 c.p. sirope de ágave o tu endulzante saludable favorito
  • ½ c.c. sal marina sin refinar
  • Pimienta negra al gusto
  • 1/3 taza de AOVE

Elaboración

  • Calentamos agua en un cazo y, cuando empiece a hervir, cocemos los huevos durante 7 minutos. Retiramos y pasamos por agua fría.
  • Mientras tanto, preparamos las alcachofas y las cortamos en juliana. Las colocamos en un bol con un poco de zumo de limón.
  • Ponemos un poco de sal marina en el cazo con agua y echamos a hervir las alcachofas, escurridas, durante 3 minutos. Reservamos.
  • En una fuente, colocamos la rúcula, limpia. Añadimos el radicchio a juliana, las alcaparras, las alcachofas, los huevos cortados a gajos y los germinados de col lombarda.
  • En un bol, mezclamos todos los ingredientes para el aliño y los batimos con unas varillas. Esparcimos por encima de la ensalada, al gusto.

 

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Cuchillo de cerámica Kyocera

Para pelar y cortar las verduras, un buen cuchillo de cerámica es indispensable en mi cocina. Porque, además, no se desafilan y son más ligeros que los de acero.

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Ollas SKK para vitro y gas

Por su antiadherente libre de PFOA ni metales pesados, con las ollas SKK cocinas con total confianza sin desprender tóxicos a los alimentos.

Distribuyen el calor rápida y uniformemente tanto en la base como en las paredes. Esto permite perfectos resultados en la cocción y mayor eficiencia energética.

Puedes encontrarlas en Conasi a través de este enlace. Y recuerda que tienes un 5% de descuento con el código CNS-NATURALMENTE.

Tabla de madera de bambú

Para cortar las frutas y verduras, una tabla de madera me resulta de lo más cómodo y orgánico. Por eso, es un básico en mi cocina 😉

Esta de Conasi me encanta porque está elaborada con madera de bambú, que resulta resistente, antimicrobiana y biodegradable. Acuérdate de que tienes un 5% de descuento en todas tus compras con el código CNS-NATURALMENTE.

Y, si te ha gustado la receta…

Échale un vistazo a estas recetas elaboradas con verduras de temporada:

 

¿Compartimos la receta?

Ensalada de wakame

La ensalada de wakame es un clásico de la gastronomía nipona que, cada vez más, se está popularizando en Occidente. Tradicionalmente, se sirve la wakame con un aliño a base de tamari, aceite de sésamo, vinagre de arroz y azúcar.

Para la receta de hoy, he querido ir un poco más allá. Me he inspirado en los sabores tradicionales, sustituyendo el azúcar por melaza de arroz, pero he añadido algunos ingredientes extra para darle mi toque personal. Pepino, maíz, sésamo negro y naranja son los coprotagonistas que acompañan a nuestra alga hoy.

Esta receta resulta muy interesante porque introduce el alga como ingrediente principal, con lo cual vamos a disfrutar de sus múltiples beneficios:

  • Las verduras marinas nos ayudan a eliminar tóxicos de nuestro organismo, incluidos los metales pesados.
  • Contienen un montón de vitaminas y minerales. De hecho, son especialmente ricas en calcio: contienen hasta 10 veces más calcio que la leche, siendo ideales para combatir la osteoporosis y cuando decidimos dejar los lácteos.
  • Son antiinflamatorias y fortalecen el sistema inmunológico.
  • Son ricas en yodo.
  • Favorecen la desinflamación y la pérdida de peso.

En particular, el alga wakame es una de las más depurativas y que más se utiliza en dietas de adelgazamiento, por su alto contenido en agua y por ser prácticamente acalórica.

Sin embargo, antes de incorporar las algas a nuestra dieta debemos tener en cuenta sus contraindicaciones. No se deben tomar en caso de:

  • Padecer hipertiroidismo o enfermedades autoinmunes.
  • Tomar algún tipo de medicación inmunosupresora o medicamentos anticoagulantes.
  • Los niños tampoco deberían tomar algas.

En los demás casos, incorporar las algas a tu dieta de forma habitual resulta un hábito muy interesante. Y es que, además de beneficiarte de las ventajas que te he comentado, vas a notarte más vital, más limpi@, más joven y con la piel más bonita. Eso sí, hay que tomarlas con medida, porque en Occidente nuestro cuerpo no está acostumbrado a tal aporte de yodo (¡súper alto!). Por eso, la recomendación diaria suele ser mínima: entre 1 y 2 cucharadas soperas de algas cocidas al día.

La receta de ensalada de wakame es una manera perfecta para introducir las algas en tu vida de un modo fácil y rápido. Te va a encantar porque es una propuesta fresca, ligera y que se adapta un montón a los calores de finales de primavera y principio de verano.

Te dejo con la receta de esta deliciosa ensalada de wakame:

 

Ingredientes (para 2 personas)

  • 1 trozo de wakame de 10×5 cm
  • 1/3 pepino: la mitad a rodajas finas para decorar y la otra mitad rallado para la ensalada
  • Zumo y ralladura de ½ naranja
  • 2 c.s. maíz dulce ecológico
  • ½ vaso de espinacas frescas o cualquier otra hoja verde
  • Perejil fresco al gusto
  • 1 c.p. tamari
  • Sésamo negro para decorar
  • 1 c.p. melaza de arroz
  • 2 c.p. aceite de sésamo
  • 1 c.p. vinagre de arroz

Elaboración

  • Ponemos el alga a remojo, 5 minutos, en un vaso con agua.
  • La escurrimos, la cortamos a tiras finitas y le damos un segundo remojo. Esta vez, en el zumo de media naranja, y ya con el trocito de pepino rallado. Dejamos 5 minutos más.
  • Escurrimos bien el pepino y el alga y lo mezclamos con la ralladura de naranja, el maíz, las espinacas picadas y el perejil picado.
  • Aliñamos con el tamari, melaza, aceite y vinagre.
  • Servimos acompañado de unas rodajas de pepino finitas, una rodaja de naranja y semillas de sésamo negro.

 

Y ¡voilà! Así de sencillo. Si la pruebas, cuéntame qué tal 😉

 

Para esta ensalada de wakame, te puede interesar…

Wakame ecológica

Para mí, Algamar y Portomuiños son dos muy buenas marcas. Además, nos aseguramos de que las algas sean locales, en particular, de las costas gallegas.

Hoy he utilizado la wakame de Algamar, que puedes encontrar fácilmente en Conasi, haciendo click en este enlace.

Cuchillo de cerámica Kyocera

Para cortar frutas y verduras, un buen cuchillo de cerámica es indispensable en mi cocina. Porque, además, no se desafilan y son más ligeros que los de acero.

Puedes encontrarlo en Conasi aquí. Y recuerda que tienes un 5% de descuento con el código CNS-NATURALMENTE al realizar todas tus compras en Conasi.

Melaza de arroz ecológica

La melaza de arroz es uno de los sustitutos más saludables que existen al azúcar. Y, en particular, el de La Finestra es uno de los más deliciosos e interesantes a nivel de producción y filosofía de la empresa.

Encuéntrala aquí en Conasi.

Y si te ha gustado esta ensalada de wakame…

Te dejo con estas recetas de primavera y verano que te pueden refrescar:

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Salsa carbonara vegetal

¡Buenas!

¿Cómo estás?

Espero que muy bien 🙂 Hoy te traigo una receta que suuper rica en su versión más saludable: la salsa carbonara. Hoy la vamos a hacer en mi versión vegetariana y sin lácteos (pero sí lleva huevo). Pero si quieres, la puedes adaptar fácilmente a la versión vegana (evitando las yemas y listos 😉 ).

Esta es una de esas recetas que, de vez en cuando, nos apetece hacer, y siempre es interesante tener opciones para disfrutar del antojo por una deliciosa carbonara de origen vegetal. Ya verás, es deliciosa, y además nos evitamos los quesos, natas y bacon que, al fin y al cabo, no son nada sanos.

Como verás, es una receta bastante proteínica (tenemos el tempeh, el tofu, los huevos, los anacardos…) y, si la sirves con unos buenos espaguetis, resulta ideal para tomar cuando practicamos deporte 😊

Para hacerla, vas a necesitar:

 

Ingredientes (para 2 personas)

  • 200 gr espaguetis integrales (o espaguetis de calabacín servidos crudos)
  • agua abundante
  • sal marina sin refinar

Para la salsa:

  • ½ vaso de bebida vegetal
  • 200 gr de tofu ahumado
  • ½ vaso de agua
  • 4 c.s. levadura nutricional
  • ½ vaso de anacardos
  • Jugo de ½ limón mediano
  • 2 c.s. de AOVE (yo he usado el aceite de freír el tempeh)
  • 1 c.c. cúrcuma
  • 2 yemas de huevos ecológicos (opcional)
  • Pimienta negra al gusto
  • Una pizca de sal marina

Para el “bacon”:

  • 60 gr tempeh
  • 2 c.s. tamari
  • 2 c.s. ágave
  • 1 c.s. vinagre de manzana
  • 1 c.c. pimentón rojo
  • ½ c.c. ajo molido
  • Un chorro de AOVE

Elaboración

  • Empezamos con el «bacon»: cortamos el tempeh a bastoncitos y lo freímos en un chorrito de aceite de oliva. Cuando se vaya dorando, añadimos el resto de los ingredientes y dejamos cocer un par de minutos más, hasta que se caramelice y se dore. Disponemos en un plato plano cubierto de papel absorbente. Reservamos.
  • En una olla grande con agua abundante hirviendo a borbotones, añadimos una buena pizca de sal marina y cocemos los espaguetis, hasta que estén al dente.
  • Mientras se cuece la pasta, preparamos la salsa: disponemos todos los ingredientes (excepto los huevos) en el vaso de la batidora y trituramos hasta obtener una crema fina.
  • Colamos la pasta, la mezclamos con la salsa, añadimos las yemas de huevo (opcionalmente) y servimos en un plato con el tempeh por encima, unas hojitas de albahaca fresca y un poco de pimienta negra recién molida.

¡Buen provecho!

 

Para la receta de hoy, he usado:

Sartén SKK

Las sartenes ecológicas SKK están hechas sin teflón y con antiadherente reforzado con titanio, de calidad superior. Además, puedes elegir entre 13 tamaños diferentes. Encuéntrala aquí.

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Para triturar todo lo que se te antoje, ideal para la receta de hoy, porque te deja una salsa finísima y encima la puedes calentar directamente con su programa de sopas 😉

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Espátula de sillicona

Para aprovechar toda la salsa del vaso de la batidora, vas a necesitar una buena espátula de silicona, libre de tóxicos.

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Si te gustan las recetas italianas, échale un vistazo a esta cremosa pannacotta vegana y a su hermano el tiramisú. Sencillamente deliciosos 🙂

 

Y, si te ha gustado la receta, comparte 😉

Crema de calabaza y zanahoria con cacahuetes caramelizados

La receta de hoy es una riquísima crema especiada de calabaza y zanahoria con cacahuetes caramelizados. Es una de esas recetas que nos recuerda eso de que “somos lo que comemos”, vaya, que nuestro exterior es un reflejo de lo que hay en el interior.

Y es que esta cremita viene cargada de betacarotenos, pigmento presente en determinadas verduras y frutas que posee propiedades antioxidantes y que ayuda a potenciar el sistema inmune estimulando la producción de glóbulos blancos. Además, al transformarse en Vitamina A en tu organismo, resultan ideales para la piel y la vista. De hecho, los betacarotenos son los encargados de proporcionarte un tono de piel saludable y ayudarte con el bronceado. Así que, si quieres lucir una piel de escándalo durante todo el año, te recomiendo que los introduzcas en tu dieta de un modo regular.

Los puedes encontrar mayoritariamente en las verduras y frutas de color naranja y amarillo, pero también en algunas de color verde oscuro (la clorofila esconde el pigmento naranja bajo el verde predominante):

  • Zanahoria
  • Pimiento
  • Boniato
  • Calabaza
  • Verduras verdes como: brócoli, espinacas, coles, diente de león, judías, rúcula…
  • Frutas como: papaya, albaricoque, mango…

Los betacarotenos son mejor asimilados por el organismo si se consumen con grasa de buena calidad (un aceite bueno, aguacate…) y si están cocidos. Así pues, la crema de hoy es ideal para este propósito (con un buen aove, los cacahuetes, y bien cocinadita). Además, los cacahuetes y el cilantro también son una buena fuente de betacarotenos. Doble motivo entonces para titularla “crema de betacarotenos” 😊

Puedes encontrar más información sobre las propiedades de los betacarotenos a través de este enlace.

Y ahora, vamos al lío:

Receta crema de calabaza y zanahoria con cacahuetes caramelizados

Ingredientes (para 3 personas):

  • 2 cebollas
  • ½ calabaza grande
  • 1 zanahoria
  • 2 dientes de ajo
  • Jengibre fresco al gusto (un cubo de 1x1x1 cm será suficiente)
  • 1 c.s. comino molido
  • 1 puñado de cacahuetes tostados
  • Un chorrito de aove
  • Una pizca de sal marina sin refinar
  • Pimienta negra molida al gusto
  • Cilantro fresco para decorar
  • Para los cacahuetes caramelizados: 3 puñados de cacahuetes tostados, 1 c.s. aceite de coco, 3 c.s. de melaza de arroz o ágave

 

Elaboración

  • Pelamos las cebollas y las cortamos en juliana. En un cazo mediano, las salteamos en un chorrito de aove a fuego medio durante 10 minutos.
  • Vamos pelando la zanahoria, la calabaza y los ajos, cortamos a trozos medianos y lo añadimos a la cebolla. Salpimentamos y cocinamos 10 minutos más, dejando que se doren bien las verduras.
  • Añadimos el jengibre pelado, el comino molido y cubrimos las verduras con agua. Hervimos 10 minutos más y trituramos junto en una batidora potente con un puñado de cacahuetes tostados. Añadimos más agua si fuera necesario. Reservamos.
  • En una sartén, calentamos una cucharada de aceite de coco, añadimos los cacahuetes y salteamos un minuto a fuego medio. Añadimos la melaza y seguimos removiendo, hasta que la melaza adopte un color de caramelo y los cacahuetes se queden pegados entre sí. Retiramos y dejamos enfriar un poco. Picamos con un cuchillo hasta obtener trozos irregulares de cacahuetes.
  • Servimos la crema con unos cacahuetes por encima y un poco de cilantro fresco recién picado.

Espero que disfrutes de la receta, te aseguro que la combinación CALABAZA + CACAHUETES + CILANTRO es brutaaal.

Si te ha gustado la receta, compártela 🙂

 

Y por cierto, si te interesan las cremas de verduras, échale un vistazo a este artículo, donde encontrarás todos mis mejores trucos para hacer una crema de verduras perfecta. Que tengas un feliz día.

 

Para esta crema de calabaza y zanahoria, he utilizado…

Vitamix Ascent 2500

La auténtica responsable de que las cremas de verduras nos queden tan finas. La Vitamix es una batidora perfecta para triturar todo lo que se te antoje, ideal para la receta de hoy, pues el resultado es extra cremoso. Es la batidora, con diferencia, que más finos deja los batidos y las cremas 😉 Puedes encontrarla en Conasi aquí.

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Albóndigas vegetarianas

Hoy te traigo una nueva receta inspirada en las tradicionales albóndigas de la abuela: unas deliciosas albóndigas vegetarianas, elaboradas con alubias azukis como base. Rico, ¿verdad? Pero estas tienen sorpresa: son vegetarianas y sin gluten y, como las de la abuela, están muy muy muy ricas 😉

Hacer albóndigas vegetarianas es una elaboración muy interesante porque las puedes hacer con casi cualquier cosa: un cereal integral de base o una legumbre + algunas verduras picadas y salteadas sirven de base perfecta para esta elaboración. Le añades hierbas aromáticas, especias, tu toque mágico y ¡listos! Ya puedes empezar a hacer las bolitas.

Lo que tienes que tener en cuenta, a diferencia de las de carne, es que, con las vegetarianas, eso de cocerlas en la salsa una vez marcadas no sirve, pues se nos espachurrarían automáticamente y perderían su punto crujiente. Para las nuestras, tenemos que freírlas o hacerlas al horno y luego mantenerlas separadas de la salsa hasta el momento de servir, y nunca cubrirlas de salsa sino mantenerlas arriba de ella (como en la foto).

En la versión de hoy, te propongo una salsa de remolacha y calabaza que gusta mucho a todo el mundo, conocida en Macrobiótica como “falsa salsa de tomate”. Y es que, de hecho, esta salsa fue ideada con el propósito de crear una salsa que recordara a la de tomate pero sin usar la solanácea. A mí me gusta mucho hacerla para ir variando y aprovechar los excedentes de remolachas del huerto y a veces, como hoy, le pongo más remolacha de la cuenta para darle un toque rosado muy divertido e introduzco otros ingredientes (como los champiñones, en esta versión).

Así que, sin más preámbulos, te dejo con la receta; pide un poco de elaboración pero merece la pena, ya verás 😉

 

Ingredientes (para 3 personas)

  • 1 vaso de azukis cocidos
  • 1 cebolla
  • 2 zanahorias
  • ½ pimiento rojo
  • ½ berenjena
  • 2 dientes de ajo
  • Aove
  • 1 c.c. comino molido
  • Una pizca de sal marina
  • 1 c.c. pimienta negra recién molida
  • Un puñado de perejil fresco picado
  • 1 c.p. orégano seco
  • Un chorrito de salsa de soja (tamari)
  • 1 c.s. de harina de arroz para la masa + ½ vaso para rebozar
  • 1 huevo ecológico batido para rebozar (opcional)

Para la salsa:

  • 1 cebolla, ¼ calabaza, 1 remolacha, 4 champiñones, sal marina, aove, 2 c.s. tamari, 1 c.s. ágave, 2 c.s. vinagre de manzana

 

Elaboración

  • Pelamos la cebolla y la zanahoria y las picamos. En una sartén grande, sofreímos la cebolla con un poco de aceite a fuego medio y, en 5 minutos, añadimos la zanahoria.
  • Lavamos el pimiento y la berenjena y los picamos también. Los añadimos a la mezcla, salamos y sofreímos hasta que estén bien hechas las verduras (unos 15 minutos).
  • Añadimos los azukis, las especias, los dientes de ajo picados y la salsa de soja. Dejamos cocer unos 10 minutos más, para que se integren los sabores y se acabe de ablandar la legumbre.
  • Añadimos la cucharada de harina de arroz y cocemos un par de minutos más. Reservamos la mezcla en una bandeja ancha y dejamos enfriar.
  • Mientras tanto, preparamos la salsa: sofreímos en una cazuela la cebolla picada, la calabaza a cuadraditos, los champiñones y la remolacha con un poquito de aove, hasta que las verduras estén blandas (unos 20 minutos). Trituramos en la batidora, añadiendo los condimentos y un poquito de agua hasta obtener la consistencia de una salsa espesa.
  • Con las manos mojadas, vamos haciendo bolitas con la masa de las albóndigas, y las rebozamos en harina de arroz, huevo batido y harina de nuevo. Si quieres hacerlas veganas, simplemente omite el huevo, y haz 2 pasadas de harina.
  • Vamos calentando el aceite en una sartén y freímos las albóndigas. Cuando estén doradas por todos los lados, las retiramos y las dejamos en un plato con papel absorbente.
  • Servimos un poco de salsa en la base y las albóndigas encima, y acompañamos con una ensalada verde con un poco de chucrut, nabo rallado o rabanitos, que nos ayudarán a digerir el aceite usado para las albóndigas vegetarianas.

Para estas albóndigas vegetarianas, te puede interesar…

Tabla de madera de olivo

Para cortar todas las verduras, una tabla de madera me resulta de lo más cómodo y orgánico. Por eso, es un básico en mi cocina 😉

Esta de Conasi me encanta porque está elaborada con madera de olivo ecológica, maciza y sin tratar. Acuérdate que tienes un 5% de descuento en la primera compra con el código CNS-NATURALMENTE.

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La auténtica responsable de que las cremas de verduras y las salsas nos queden tan finas. La Vitamix es una batidora perfecta para triturar todo lo que se te antoje, ideal para la receta de hoy, pues el resultado de la salsa de remolacha es genial. Es la batidora, con diferencia, que más finos deja los batidos y las cremas 😉 Puedes encontrarla en Conasi aquí.

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Cuchillo de cerámica Kyocera

Para pelar y cortar las verduras, un buen cuchillo de cerámica es indispensable en mi cocina. Porque, además, no se desafilan y son más ligeros que los de acero.

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Si te han gustado estas albóndigas vegetarianas…

Y te apetece descubrir el mundo de las proteínas vegetales, te recomiendo que eches un vistazo a estas recetas:

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Brownie saludable

Hoy quiero compartir contigo uno de los pasteles que más triunfan desde que tengo uso de razón: este delicioso brownie saludable, elaborado con calabaza como ingrediente estrella. Si te encantan los brownies pero no quieres renunciar a la salud, este es tu postre 🙂 Para mí, el brownie es uno de mis dulces favoritos (¿quien se puede resistir a los postres con chocolate?), por eso esta ha sido una de las primeras recetas que he querido compartir en el blog.

Precisamente, esta receta me tiene enamorada porque, a parte de no llevar lácteos ni azúcar ni harinas refinadas, lo puedes realizar con varios ingredientes, según la época del año. En la receta, lo tienes con calabaza, pero puedes sustituirlo por otras verduras dulces, como el boniato por ejemplo. Me encanta aprovechar las verduras en la elaboración de postres, porque realmente aportan un montón de textura y dulzor natural sin necesidad de recurrir a productos más procesados.

Otro toque especial de esta receta es que está elaborado con un poco de sal, que redondea el resultado y combina muy bien con el cacao. Usando el elemento salado en los postres, no solo favorecemos el movimiento en nuestras elaboraciones, sino que también potenciamos el dulzor del propio postre. Curioso, ¿verdad?

Bien, sin más preámbulos te dejo con la receta, espero que la disfrutes muchísimo 😊

Ingredientes

  • 100 gr harina de espelta integral
  • 75 gr harina de arroz integral
  • 75 gr almendra en polvo
  • 35 gr cacao en polvo
  • 1 c.c. de sal marina
  • 7 gr levadura en polvo
  • 325 gr calabaza
  • 150 gr aceite de coco
  • 200 gr sirope de arroz
  • 125 gr bebida de arroz
  • 1 huevo (opcional)
  • 100 gr de nueces
  • láminas de coco para decorar

Elaboración

  • Pelamos y cortamos la calabaza a trozos medianos. La cocemos al horno durante 45 minutos a 180ºC.
  • Bajamos la temperatura del horno a 150ºC.
  • Tamizamos los sólidos (excepto las nueces) y los disponemos en un bol. Reservamos.
  • En un segundo bol, trituramos la calabaza junto con los ingredientes líquidos y el huevo. Añadimos en tres tandas los ingredientes sólidos a los líquidos a la vez que vamos removiendo con una espátula.
  • Añadimos las nueces picadas ligeramente. Mezclamos.
  • Disponemos en una fuente de horno grande un poco de aceite, esparcimos y añadimos un poco de harina. Repartimos bien.
  • Añadimos el brownie a la fuente y decoramos con unas láminas de coco, que hundimos ligeramente con la ayuda de un tenedor.
  • Horneamos durante unos 30-40 minutos.

¡Buen provecho!

 

Y, si te ha gustado la receta…

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