Sopa de remolacha

Sopa borsch vegana

[RECETA PATROCINADA POR CONASI]

Esta sopa de remolacha, conocida como sopa borsch o borscht, es una sopa de verduras original de Ucrania, y muy extendida a lo largo de la Europa oriental y central.

Elaborada a partir de remolacha como su elemento estrella, que le confiere su característico color rojo, esta sopa de remolacha suele servirse con crema agria y admite un sinfín de variaciones. Dentro de los ingredientes más típicos para esta sopa, encontramos zanahorias, col, patatas, nabo, setas, cebolla, tomate, puerro, carne e incluso las alubias.

A mí me encanta elaborar la sopa de remolacha en su versión vegana. No me complico demasiado, así que para la receta de hoy he optado por una opción clásica, con verduras de temporada. Es calentita y reconfortante, y tiene ese toque especial que se lo confiere el yogurt de soja ecológico natural, para darle ese toque cremoso final. Además, no solo le añadimos cremosidad con el yogurt, sino que, al ser un producto fermentado, esta sopa se convierte en una receta probiótica.

Es la opción ideal para los días en que apetece una sopita calentita con un toque refrescante al final. Su color, tan llamativo, la hace perfecta para alegrar cualquier comida e incluso para compartir cuando tienes invitados. A mí me gusta especialmente para las cenas, pues es reconfortante, hidratante y acogedora.

Si quieres descubrir esta increíble sopa…

… donde te enlazo con la entrada de la receta en el blog de Conasi.

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Y si te ha gustado la receta…

Te recomiendo que le eches un vistazo a estas deliciosas sopas y cremas que tienes en el blog:

 

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Pizza integral con masa madre

Hace poco que he creado la sección del blog dedicada a panes y masas y, pensando en qué recetas quería incluir en esta sección, una de las primeras y más deliciosas elaboraciones que me ha venido a la cabeza ha sido esta receta de pizza integral con masa madre.

Hace años que cambié la harina blanca por harinas integrales ecológicas. Y, la verdad, me encanta el resultado. Funcionan de maravilla para las pizzas y cualquier masa, tienen mucho más sabor y cuerpo y, además, son infinitamente más saludables que las harinas convencionales. Que cuesta un poco más de amasarlas, por supuesto. Son harinas que no contienen tanto gluten como las blancas y por ello su amasado es más costoso. Incluso los más puristas me dirán que el resultado no es tan esponjoso ni aireado. Y con razón. Pero sigo en mis trece. Yo prefiero los panes elaborados con harinas integrales. Su sabor intenso y profundo me gana, y la salud, también.

Hasta ahora siempre había elaborado la pizza con harina integral y levadura en polvo ecológica, una opción mucho más saludable que con levadura en polvo convencional. Pero incluso así, tenía el gusanillo de experimentar con una masa elaborada a partir de masa madre.

Finalmente, hace unas semanas tuve el placer de asistir a un curso de masa madre impartido por Carmen Guillemot, toda una experta en slow food de la zona donde vivo (en el delta del Ebro), y desde entonces que utilizo la masa madre para elaborar mis propios panes y masas. Pizza incluida. Y ¡qué acierto!

Las masas con masa madre no tienen nada que ver con las masas convencionales. El sabor, cuerpo y textura que aporta la fermentación natural es, simplemente, espectacular. Y es un bien de antaño súper importante de recuperar.

La fermentación lenta de nuestras abuelas + el uso de harinas integrales ecológicas = el tándem perfecto para beneficiarnos de un montón de ventajas para nuestra salud. Y es que las masas integrales con masa madre:

  • Protegen la flora bacteriana. Al ser masas vivas, fomentamos el buen estado de nuestro microbiota intestinal.
  • Promueven una buena asimilación de los nutrientes. Gracias al proceso de fermentación, se vuelven mucho más digestibles. Además, contienen muchísimos más nutrientes, vitaminas y minerales que los panes convencionales.
  • Ayudan al tránsito intestinal. Las harinas integrales son ricas en prebióticos, que favorecen a la regulación de nuestros intestinos y su correcto funcionamiento.
  • Suponen un menor riesgo de celiaquía o intolerancia. El actual aumento de casos de intolerancia al gluten se debe, en gran parte, a la pésima calidad de los panes modernos. Los panes tradicionales son mucho más respetuosos con nuestro organismo y, en consecuencia, provocan menos casos de intolerancias.
  • Menor carga glucémica. El grano entero contiene todos los elementos del cereal integral (incluida la fibra y el germen). La fibra naturalmente presente ayuda a regular la carga glucémica del pan, volviéndolo mucho más equilibrado. Nos aporta, pues, una energía de buena calidad y lenta asimilación, que nos dará energía para muchas horas.

Si quieres elaborar tus propias masas de pizza saludables, necesitarás tu masa madre lista para ser usada (y un poco de paciencia 😉). Si quieres saber cómo prepararla en casa, puedes seguir los tutoriales de Ibán Yarza, toda una eminencia en el tema.

En la pizza integral de hoy, he optado por un topping sencillo a base de salsa de tomate, rúcula fresca, alcaparras y nuestra deliciosa salsa de queso vegano tipo cheddar. Por supuesto, puedes usar los ingredientes que más te gusten. Yo he querido mantenerlo sencillo para darle voz a nuestra protagonista de hoy: la masa de pizza integral con masa madre.

Te dejo con la receta de mi pizza integral con masa madre:

Ingredientes (para 4 pizzas integrales individuales)

Masa:

  • 150 g masa madre (yo la elaboro en hidratación al 100% con harina de centeno integral)
  • 360-380 g harina de trigo integral ecológica (en función de la marca de harina, la masa puede absorber más o menos agua)
  • 220 g agua
  • 30 g aceite de oliva virgen extra
  • 7 g sal marina sin refinar

Relleno:

  • 180 g tomate frito casero (sin azúcar), bien denso
  • 1 taza salsa de queso vegano estilo cheddar
  • 25 g rúcula fresca
  • 2 c.s. alcaparras
  • Orégano y pimienta negra al gusto

Elaboración

  • Previamente, tendremos que refrescar la masa madre, para tenerla lista para nuestra masa de pizza integral. Puedes seguir los pasos en este artículo de Ibán Yarza.
  • En un bol, añadimos los 150 g de masa madre activa junto con los 220 g de agua. Mezclamos bien.
  • Incorporamos el aceite, la sal y la harina poco a poco. Mezclamos, hasta que estén todos los elementos incorporados, añadiendo más o menos harina en función de su textura. Amasamos durante 10 minutos y dejamos reposar, en un bol, cubierto con un trapo limpio, durante unas 5 horas (menos en verano, hasta 12 si hace mucho frío). También se puede hacer la masa el día anterior y dejar que haga una fermentación lenta en la nevera, sacándola un par de horas antes de usarla.
  • Pasado este tiempo, la masa habrá doblado o triplicado su volumen. Aquí tienes una foto para que veas cómo llega a crecer:

 

 

  • La volvemos a coger y la volvemos a amasar. La cortamos en 4 trozos iguales, le damos forma de bola y la dejamos reposar entre 20 minutos y una hora. Aquí te dejo con otra foto para que veas cómo queda la masa antes de hacer el último reposo:
  • Encendemos el horno a 250ºC (si tienes ventilador, mejor con él) y, mientras se calienta, vamos preparando las pizzas. Cogemos una bola, la colocamos encima de un papel de horno y, con la ayuda de un poco de harina, vamos estirando la masa con el rodillo, hasta obtener una masa fina.
  • La untamos con una buena cucharada de salsa de tomate, que quede bien esparcida. Añadimos un poco de salsa de queso vegano, a cucharadas, y la pimienta, el orégano y las alcaparras. La metemos en el horno y cocemos durante 10 minutos (sin ventilador tardará unos minutos más).
  • Sacamos del horno y decoramos con un poco de rúcula fresca por encima. Servimos.

 

Observaciones

El horno que tenemos en nuestra casa no tiene ventilación, así que le cuesta más de cocer los alimentos. Hemos ido desarrollando algunos trucos para que se nos haga la pizza por debajo y quiero contártelos, por si a ti también te pasa lo mismo:

  • Por una parte, cocemos la pizza en la rejilla (con papel de horno + rejilla), así el aire circula mejor por el horno que si estuviéramos utilizando la bandeja.
  • Y, por la otra parte, colocamos la pizza en la parte más inferior del horno, dejando que casi toque con la pared inferior. Así nos aseguramos que la pizza quede bien cocida y crujiente por debajo.

 

Para esta pizza integral, te puede interesar…

Rodillo ergonómico

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Y, si te ha gustado esta deliciosa pizza integral…

¿Te apetece probar con otras ideas de masas y panes?

 

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Salsa de queso vegano

salsa de queso estilo cheddar

Salsa de queso vegano estilo cheddar

De todas las recetas de queso vegano, esta versión es, de lejos, la que más triunfa en casa y con todos mis amig@s: la salsa de queso vegano estilo cheddar. Se trata de una receta relativamente rápida (tardamos el tiempo de cocer la patata y la zanahoria), ya que no tiene que fermentar ni reposar, ni requiere elaboraciones ni ingredientes complicados.

Esta es la típica salsa de queso tipo cheddar en versión vegana. Resulta ideal para dipear, con nachos, pero también con crudités. También funciona de maravilla para untar en tortitas o en unas buenas tostadas de pan integral (como con este pan casero de trigo sarraceno). Incluso queda delicioso como queso para tus pizzas o como salsa para macarrones y todo tipo de pasta. Así que ya ves, una salsa súper versátil.

 

La verdad sea dicha, este queso vegano es totalmente adictivo. No sé si esto es positivo o negativo, lo que sí sé es que, cuando preparo esta receta en casa, literalmente vuela, de tan rica que está. Parece increíble que una base tan sencilla como la patata y la zanahoria puedan dar tanto juego. Pero sí. Por supuesto que sí. Con unos pocos aderezos, conseguimos una salsa de queso vegano que nada tiene que envidiar a la versión original con lácteos.

Esta receta se ha convertido en uno de mis básicos en la cocina y me encanta porque:

  • Es saciante y sabrosa.
  • Está elaborada con ingredientes saludables, utilizando verduras como base.
  • Nos aprovechamos de la textura pegajosa de la patata triturada para darle consistencia de queso fundido, bien cremosa.
  • Realmente sabe a queso.
  • Es vegana y, por lo tanto, está elaborada sin lácteos.
  • Es la receta perfecta para iniciarse en el mundo de los quesos veganos.
  • Resulta muy fácil de hacer, ¡solo tenemos que triturar todos los ingredientes!

Te dejo con la receta que va a entrar a formar parte de tu vida 😉 :

Ingredientes (para 4 personas)

  • 1 patata mediana
  • 1 zanahoria mediana
  • 25g AOVE
  • 85g agua de la cocción
  • 1 pizca de sal marina sin refinar
  • 1 c.s. de jugo de lima o limón
  • 20g levadura nutricional
  • 1 c.p. ajo en polvo
  • 1 c.s. cebolla deshidratada

 Elaboración

  • Ponemos agua abundante en un cazo y lo llevamos a hervir. Una vez empiece a hervir, echamos una pizca de sal, y la patata y la zanahoria peladas y cortadas a trozos medianos. Dejamos cocer entre 15 y 20 minutos, hasta que las verduras estén tiernas. Retiramos y guardamos el agua de la cocción.
  • Ponemos en el vaso de la batidora todos los ingredientes y batimos hasta obtener una crema fina y homogénea.

 

Observaciones

  • Este queso mejora con las horas, pero también se va quedando más espeso (puedes rectificarlo con más agua, si fuera necesario). Si lo prefieres, puedes hacer más cantidad y así tendrás para varios días. Se conserva en la nevera perfectamente hasta 4 días.
  • Receta adaptada de la receta de queso cremoso de Venu Sanz y Danza de Fogones.

 

Para esta receta, te puede interesar…

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Y, si te ha gustado la receta…

¿Quieres ideas para utilizar esta deliciosa salsa en otros platos? Aquí te dejo con algunas recetas:

Y otras recetas parecidas:

 

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Crackers sin gluten con semillas

Hoy te traigo una receta que hacía mucho tiempo que quería compartir porque es una de aquellas elaboraciones que siempre triunfan en fiestas y celebraciones especiales: estos deliciosos crackers sin gluten con semillas, perfectos para acompañar todo tipo de salsas y patés vegetales.

Hacía bastante tiempo que andaba buscando una receta de crackers (o tostaditas o galletas saladas) bien rica. Con semillas, pero también con algo de harina: que no fuera al 100% semillas y que tuviera harinas ecológicas sin gluten. Y es que, si queremos elaborar masas sin gluten y queremos que nos queden bien amalgamadas, nada mejor que aprovecharnos del poder de semillas como la chía o el lino (y el psyllium para panes, por supuesto), para lograr ese efecto aglutinante que tanto nos interesa.

Esta receta, inspirada en los crackers de maíz y semillas de Blueberries and Olives, ha sido una auténtica revelación. Y, la verdad, es tan rica que cuando preparo estos crackers en casa, simplemente vuelan.

A mí me encanta acompañar los patés vegetales con crudités vegetales (los bastoncitos de zanahoria, apio y calabacín son mis favoritos) y, de hecho, creo que son la opción más saludable. Pero también es cierto que, de vez en cuando, el cuerpo – o la familia o la celebración misma – requiere algo con una base más nutritiva, más rica en cereales y grasas de buena calidad. Y estos crackers con semillas son una deliciosa solución, tanto para untar como para picotear.

También puedes utilizar estos crackers simplemente como snack, para merendar o a media mañana, cuando tienes antojo por textura crujiente. Y, como son caseros, elaborados con ingredientes sin refinar, de origen vegetal y ecológicos, son 100% saludables y una buena fuente de minerales y grasas de buena calidad, en especial de omega-6 y omega-9.

En esta receta, he utilizado harina de arroz integral y harina de trigo sarraceno, una combinación que me encanta para elaborar masas sin gluten. Pero puedes cambiar la harina de trigo sarraceno por otra harina de tu elección. Queda muy bien con maíz, pero también puedes servirte de harinas como la de mijo, avena o quinoa, por ejemplo.

Para elaborar estos crackers, sólo necesitas una batidora de vaso (tipo Vitamix, mi favorita, o Thermomix) o un procesador de alimentos, y un horno. Una vez hechos, puedes conservarlos hasta 4 días en un tarro hermético de cristal. Y, si se han reblandecido, simplemente les das un toque en la tostadora antes de consumir y listos. De todos modos, no creo que aguanten tanto tiempo, porque ¡realmente son de vicio!

Para la receta, necesitarás:

Ingredientes (para una bandeja de horno)

  • 125 g harina de arroz integral
  • 125 g harina de trigo sarraceno
  • 2 c.s. pipas de girasol
  • 2 c.s. sésamo
  • 1 c.s. semillas de chía
  • 1 c.s. lino
  • 130 g agua
  • 1 c.c. sal marina sin refinar
  • 50 g AOVE

Elaboración

  • En el vaso de la batidora, incorporamos todas las semillas y la sal. Trituramos hasta que queden solamente algunos grumos. A mí me gusta que quede un poco de textura y que se noten un poco las semillas.
  • Añadimos las harinas y el aceite y mezclamos a velocidad media. Finalmente, vamos añadiendo el agua poco a poco, hasta obtener una consistencia espesa, de masa. Reservamos 10 minutos, para permitir que las semillas de lino y chía suelen todo su mucílago.
  • Mientras tanto, calentamos el horno a 200ºC (sin ventilación). En una mesa de trabajo, colocamos un papel de horno con la masa encima. Cubrimos con otro papel de horno y estiramos con un rodillo, hasta que la masa esté bien extendida por toda la superficie. Si sobra masa por algún lado, podemos sacar la masa sobrante y colocarla en las esquinas o donde necesitemos más masa, de manera que al final tengamos cubierto todo el rectángulo de papel de manera homogénea.
  • Sacamos el papel de encima. Pasamos la masa con el papel de abajo, con cuidado, a la bandeja del horno.
  • Con un cuchillo, cortamos la masa dándole la forma de crackers. Podemos hacer rectángulos (como en la foto), cuadrados o triángulos. También podemos no cortarlos en este punto y hacerlo después del horno, manualmente, rompiendo la masa crujiente, y así quedarán con una forma irregular.
  • Horneamos durante 18 a 20 minutos, hasta que estén dorados y crujientes. Iremos mirando que no se nos quemen los laterales.
  • Sacamos del horno y dejamos que se enfríen. Los partimos por las líneas y los guardamos en un pote de cristal, donde aguantarán crujientes un par de días. A partir del tercer día, si están blandos, puedes calentarlos un poco en la tostadora antes de consumir.

 

Para esta receta, te puede interesar…

Lámina de silicona para hornear

La solución para no tener que usar papel de horno cada vez. Sin duda, será una de mis próximas adquisiciones. Es perfecta como base para nuestra receta, para que nuestra masa no se enganche a la bandeja del horno.

Te enlazo a esta que puedes encontrar en Conasi. Y recuerda que tienes un descuento del 5% por venir de mi parte con el código CNS-NATURALMENTE.

Vitamix Ascent 2500i

La verdad es que una buena batidora Vitamix es perfecta para esta receta, porque necesitas una batidora potente para poder triturar semillas pequeñas como las de chía o lino.

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Rodillo de amasar

Perfecto para aplanar nuestra masa de manera uniforme. Este me gusta mucho, por su acabado profesional. Además, está fabricado en Francia con madera maciza de haya, sin tratar y antiadherente natural. Su diseño ergonómico lo hace fácil de usar e ideal para dar forma a las nuestra masa y a cualquiera que se te ponga por delante. 

Puedes encontrarlo en Amazon siguiendo este enlace.

Y, si te ha gustado la receta…

Puedes acompañar estos crackers con nuestros patés y untables:

Y, si te apetece experimentar con masas sin gluten, ¿qué te parece este pan de trigo sarraceno sin gluten? Es fácil de hacer y no lleva ni harinas ni levaduras.

 

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Cómo hacer tahini

El tahini es la pasta o crema de sésamo, muy popular en la gastronomía de Oriente Medio, donde se utiliza para multitud de platos tradicionales, como el hummus o el baba ganoush, por ejemplo. O como base para salsas, como la típica salsa de tahini y limón. Muchas veces me preguntáis cómo hacer tahini casero u otras mantequillas de frutos secos, porque veis que las utilizo un montón en mi cocina. Y la verdad es que no puede ser más sencillo 🙂

Por eso hoy te dejo con todos los trucos para hacer tahini por ti mism@. Además, esta es una receta doble, porque este procedimiento también te servirá para elaborar cualquier mantequilla de frutos secos. Como la crema de cacahuete, la mantequilla de almendras o la crema de avellanas (que nos sirve como base para una deliciosa “Nutella” saludable y vegana).

Aunque puedes comprar el tahini y las mantequillas de frutos secos en cualquier herbolario (en los supermercados es súper difícil encontrarlos sin aditivos), resulta mucho más económico hacerlo en casa. Además, te aseguras de que utilizas ingredientes 100% de calidad y le das ese toque que a ti más te gusta.

El sésamo o ajonjolí es una semilla que destaca por su alto contenido en calcio. Si te interesa cómo conseguir calcio de fuentes que no sean los lácteos, una buena dosis te la darán las algas, las hojas verdes (y el brócoli especialmente) y, por supuesto, el sésamo. El sésamo también es rico en otros minerales como el magnesio, el fósforo, el cobre, el manganeso o el hierro.

Como otras semillas y frutos secos, es una gran fuente de lípidos, grasas saludables y omega-6. Las semillas de sésamo son ricas también en proteínas y destacan por su efecto remineralizante, reconstituyente y energético, perfectas para deportistas y para personas que presentan síntomas de debilidad, para estudiantes y para paliar los efectos del estrés oxidativo.

Ahora bien, si quieres beneficiarte de todas las ventajas de estas semillas, tendrás que masticarlas bien (proceso algo difícil, tratándose de semillas tan pequeñas) o triturarlas, para que nuestros intestinos sean capaces de absorber todos sus nutrientes. Por este motivo, tomar tahini es tan beneficioso para tu salud. Es una manera fácil de asegurarte que absorbes todos los nutrientes del sésamo.

Para utilizarlo en la cocina, es mucho mejor si lo diluyes en algún preparado: es mucho más digestivo y no es tan graso como si lo tomaras solo. Puedes diluirlo con un poco de agua y miso para preparar la clásica salsa de tahini y miso macrobiótica, también te sirve como base para la salsa de tahini y limón, ideal para acompañar falafels, ensaladas o kebabs vegetales. Diluido con un poco de melaza de arroz, funciona de maravilla como una crema untable para unas buenas tostadas elaboradas con pan de calidad. Puedes añadirlo a tus aliños, vinagretas y patés vegetales, como el hummus de garbanzos, el paté de remolacha o el baba ganoush (paté de berenjenas). E incluso introducirlo en los porridges del desayuno o en postres veganos para darle el toque cremoso y graso de la leche o la mantequilla.

Para elaborar cualquier mantequilla de semillas o frutos secos necesitarás:

  • 1 batidora potente, de vaso, o un procesador de alimentos.
  • Un mínimo de 300 g de semillas o frutos secos, crudos y pelados. Puedes escoger uno o un par de ellos:
    • Sésamo
    • Nueces
    • Avellanas
    • Almendras
    • Cacahuetes
    • Semillas de girasol
    • Nueces pecanas
    • Nueces de Macadamia
    • Pistachos
    • Anacardos

Y, si te apetece, puedes ponerle algún ingrediente extra para aportarle tu toque particular: canela, vainilla, una pizca de sal marina para una receta salada, una cucharadita de melaza de arroz para darle un toque dulce, especias al gusto…

Proceso de elaboración

Para su elaboración, vamos a empezar tostando el sésamo o los frutos secos de tu elección. Puedes tostar el sésamo en la sartén, pero para cantidades grandes como la de nuestra receta, a mí me resulta mucho más cómodo tostarlo en el horno. Además, te aseguras un tostado uniforme. Me gusta que el sésamo adquiera un ligero color dorado, ni muy tostado, ni muy blanco.

Para el tahini, se utilizan variedades claras. Dejaremos el sésamo negro para otras elaboraciones. Aunque puedes hacer crema de sésamo negro, la verdad es que tiene un sabor muy fuerte, más amargo y es más difícil de maridar e introducir en nuestros platos en el día a día.

Por supuesto, también puedes optar por no tostar las semillas o frutos secos, pero el resultado tiene menos carácter y cuesta más conseguir una textura fina a la hora de procesar la materia prima.

Una vez tostado, introducimos el sésamo en el vaso de la batidora y, a partir de aquí, el tiempo y la paciencia harán el resto del proceso. Es tan sencillo como dejar que se trituren las semillas a velocidad media durante unos minutos, dejando que ellas mismas saquen su propio aceite y creen esa textura untuosa que tanto nos gusta.

El tiempo de triturado variará en función de la batidora y el fruto seco. Así, por ejemplo: los cacahuetes o anacardos son frutos secos que rápidamente hacen mantequilla (entre 5 y 10 minutos), mientras que las avellanas y el sésamo tardan un poco más (10, 15 minutos) y las nueces pecanas aún son más lentas (hasta 20 minutos pueden tardar).

 

Cómo solucionar posibles fallos

Es importante no desesperar si vemos que no nos sale la textura cremosa porque el sésamo o los frutos secos se enganchan a las paredes de la batidora. En este caso, normalmente los posibles fallos se deben a:

 

  • Falta de tiempo de triturado. Vamos a seguir bajando con la espátula la pasta hacia abajo, con la batidora apagada, y vamos a seguir triturando, si hace falta a menor velocidad.
  • No hay suficiente sésamo o frutos secos. Si por mucho que bajemos la pasta, se queda enganchada y no hay manera que la cojan las cuchillas, posiblemente se deba a que no hay suficientes frutos secos. Tostamos unos pocos más, los añadimos y seguimos triturando.
  • La batidora no es suficiente potente. Si ninguna de las soluciones anteriores funciona, puede ser que, simplemente, la batidora no sea suficiente potente. A veces ocurre. Con la batidora de brazo, por ejemplo, difícilmente conseguirás hacer tahini o mantequilla de frutos secos. En este caso, mejor compra el tahini en tiendas de productos ecológicos.

Pues bien, una vez contados todos los detalles sobre cómo hacer tahini casero, te dejo aquí con la receta explicada paso a paso:

Ingredientes

  • 2 tazas de sésamo crudo (300 g)
  • 1 c.p. de aceite de coco, aceite de sésamo o aove (opcional)

Elaboración

  • Tostamos el sésamo en el horno o la sartén. Al horno, a 180ºC durante unos 18 minutos (en función de tu horno), removiendo cada 5 minutos. En la sartén, puedes tostarlo a fuego fuerte, sin parar de remover las semillas con una cuchara de madera. Si haces mantequilla de frutos secos, es mucho mejor tostarlos en el horno, pues el tostado resulta mucho más uniforme.

  • Introducimos el sésamo en el vaso de la batidora y trituramos 1 minuto a máxima potencia o hasta que se forma una pasta y deja de triturar porque el sésamo se ha adherido a las paredes. En este punto, paramos la máquina y bajamos la pasta hacia abajo con la ayuda de una espátula.
  • Volvemos a arrancar, esta vez a potencia media (a la velocidad 3 con la Vitamix o Thermomix) y dejamos así hasta que se forme una pasta más o menos líquida. Tardará unos 10 minutos, en función de tu batidora y del fruto seco o semilla.
  • Añadimos el aceite si queremos un resultado más cremoso y subimos a velocidad 4 o 5, lo que deje la crema sin que se quede enganchada en las paredes. Y trituramos a esta velocidad durante unos 5 minutos más. Apagamos.
  • Colocamos el tahini en un pote de cristal hermético y lo dejamos atemperar. Aunque estas son elaboraciones que aguantan bien fuera de la nevera algunas semanas, yo siempre las guardo en la nevera, pues así siempre se conservan mejor y no se enrancian los aceites (como a veces ocurre en verano). El tahini y las mantequillas de frutos secos pueden aguantar muchas semanas en perfecto estado, hasta meses, dentro de la nevera.

Para esta receta de tahini, te puede interesar…

Lámina de silicona para hornear

La solución para no tener que usar papel de horno cada vez. Sin duda, será una de mis próximas adquisiciones. Es perfecta como base para tostar el sésamo u otros frutos secos, para que no se nos enganchen a la bandeja del horno.

Te enlazo a esta que puedes encontrar en Conasi. Y recuerda que tienes un descuento del 5% por venir de mi parte con el código CNS-NATURALMENTE.

Vitamix Ascent 2500

La verdad es que una buena batidora Vitamix es perfecta para esta receta, porque necesitas una batidora potente para poder hacer tahini o mantequilla de frutos secos. Yo estoy más que contenta de poder estrenar mi Vitamix con esta receta 🙂

Puedes encontrarla en Conasi aquí. Recuerda que, con el código CNS-NATURALMENTE, tienes un 5% de descuento en todas tus compras.

Tarro de consera Weck

Estos preciosos tarros de conserva son herméticos y perfectos si quieres conservar tu tahini casero en un recipiente de la mejor calidad.

Te remito a este de Weck, que puedes encontrar en Conasi. Y recuerda que tienes un 5% de descuento con el código CNS-NATURALMENTE.

Y si te ha gustado esta receta para tahini…

¿Qué te parecen estas deliciosas recetas donde utilizar tu tahini casero?

 

¿Compartimos la receta?

Cuscús de coliflor

La primavera está a la vuelta de la esquina y empiezan a apetecer recetas más fresquitas con las que aligerar el organismo y prepararnos para la llegada de la nueva estación. La semana pasada te traía esta deliciosa ensalada de alcachofas, y esta semana he querido seguir con verdura de temporada y presentarte este suculento cuscús de coliflor.

La coliflor es una verdura muy rica en vitaminas, fibra, antioxidantes y tiene un gran poder saciante. Su temporada, en España, tiene lugar de noviembre a abril. Muchos meses, pues, para disfrutar de las virtudes de esta preciada crucífera. A mí, personalmente, me encanta, cocinada de todas las formas posibles. Pero también conozco a muchas personas a quienes les resulta una verdura un tanto incómoda.

Por eso, es mi intención sorprenderte con nuevas preparaciones que tengan la coliflor como protagonista, como en nuestro cuscús de coliflor. Y así puedas darle un giro a esta verdura, la disfrutes de manera deliciosa y, además, incorpores en tu vida todos sus beneficios.

De hecho, la coliflor es una verdura súper versátil, pues puedes utilizarla en un montón de elaboraciones:

  • Como base para pizzas. Se ha puesto muy de moda en dietas sin gluten y, sin duda, es una idea de lo más saludable. Aquí te dejo con la propuesta de Danza de Fogones.
  • Hervida unos pocos minutos y en vinagreta de mostaza, perfecta como ensalada. A mí me encanta así, porque queda muy crujiente.
  • Gratinada con una bechamel vegana (te dejo el enlace aquí a mis canelones veganos, donde encontrarás la receta de la bechamel de mi abuela).
  • Como base para purés y cremas de verduras (como en esta cremita de colifor y champiñones).
  • Como base para salsas de pasta. ¿Sabías que puedes hacer unos nutritivos espaguetis con salsa de queso usando esta crucífera como base? Te enlazo aquí con mi receta de macarrones con salsa de queso vegana que te va a chiflar.

Y, cómo no, podemos usarla para elaborar este delicioso cuscús de coliflor. Una manera de tomar la coliflor muy original y que se ha vuelto muy popular en los últimos años.

Para elaborar nuestro particular cuscús, simplemente hemos triturado las florecitas en el vaso de la batidora durante unos segundos a velocidad media, para que la coliflor quede bien picada, pero sin que se forme una pasta. Una vez lo tenemos listo, podemos utilizarlo directamente en crudo o macerarlo con un chorrito de limón. Así es ideal para las ensaladas de primavera.

En la receta de hoy, vamos a servirlo al estilo marroquí, salteado ligeramente junto con el resto de los ingredientes, para lograr un plato caliente. Pero, si lo prefieres, puedes apagar el fuego junto antes de echar el cuscús y simplemente mezclarlo, para mantener la coliflor cruda.

Esta versión del cuscús es una de mis favoritas, ¡sin duda! Y me encanta por varios motivos:

  • Al cambiar el cuscús tradicional por coliflor, estamos elaborando una receta más rica en verduras y menos en hidratos de carbono, lo cual es muy interesante si quieres introducir más verduras en tu vida y reducir los carbohidratos.
  • El sabor es riquísimo, y súper parecido al original. Realmente parece cuscús de sémola de trigo. Dale a probar a tus amig@s y/o familia y me comentas la reacción 😉 De color, es un poco más blanco que el original, por eso a mí me gusta agregarle un poquito de cúrcuma. Así obtenemos ese toque amarillo del cuscús de trigo.
  • Tiene el punto perfecto entre crujiente y jugoso, gracias al toque del zumo de limón.
  • Es ácido, especiado, fresco… al más puro estilo marroquí.
  • Se prepara rápidamente (no tardarás más de 10 minutos), ensuciamos una sola sartén y es una manera facilísima de comer más sano.
  • Es vegana, con ingredientes de origen 100% vegetal.
  • Es una receta perfecta tanto como entrante como guarnición de tu plato principal. Por la noche, incluso puede servirte como plato único.

Vamos a ver cómo preparar este delicioso cuscús de coliflor:

 

Ingredientes (para 2 personas)

  • ½ cebolla morada
  • 1 vaso de garbanzos cocidos (180g)
  • ½ coliflor mediana
  • Especias al gusto: yo uso 2 c.c. comino molido, 1 c.c. pimentón dulce (y un poco más para decorar), 2 c.c. cilantro en polvo, 1 c.c. ajo en polvo, 1 c.c. cúrcuma.
  • 1 c.s. uvas pasas (opcional)
  • 1 vaso espinacas frescas (1/2 manojo)
  • Un chorrito de AOVE
  • Pimienta negra y sal marina al gusto
  • 2 c.s. zumo de limón
  • Perejil o albahaca fresca para decorar

Elaboración

  • En una sartén a fuego medio, salteamos durante un par de minutos la cebolla, cortada a juliana, con un chorrito de AOVE. Añadimos los garbanzos y dejamos rostizar unos 5 minutos, removiendo de vez en cuando.
  • Mientras tanto, limpiamos la coliflor y la picamos en el vaso de la batidora o en una picadora. Lo hacemos a velocidad media y durante unos cuantos segundos, hasta que veamos que la coliflor queda granulada, pero no hecha una pasta. Reservamos.
  • Añadimos las especias a los garbanzos. Salpimentamos y dejamos que se doren durante un par de minutos. Añadimos la coliflor, las pasas y mezclamos bien y cocemos un minuto más.
  • Mientras de calienta la coliflor, limpiamos las espinacas y las picamos bien finas. Las añadimos a la mezcla y apagamos el fuego. Acabamos el plato con un chorrito de zumo de limón. Mezclamos.
  • Servimos con unas hojitas frescas de albahaca o perejil y espolvoreamos por encima un poco de pimentón dulce.

 

Para este cuscús de coliflor, te puede interesar…

Vitamix Ascent 2500

Para triturar todo lo que se te antoje, ideal para la receta de hoy, porque te deja la coliflor bien triturada.

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Sartén SKK

Yo de momento estoy usando la sartén de Castey, que me parece una opción adecuada. De todos modos, he probado varias y las que más me gustan son las sartenes ecológicas SKK, que están hechas sin teflón y con antiadherente reforzado con titanio. Si te intersa, te dejo el enlace aquí para que la encuentres en Conasi.

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Cuchillo de cerámica Kyocera

Para pelar y cortar la cebolla, o picar las espinacas, un buen cuchillo de cerámica es indispensable en mi cocina. Porque, además, no se desafila como los demás y es más ligero que los de acero.

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Y, si te ha gustado este cuscús de coliflor…

Échale un vistazo a estas recetas elaboradas con esta deliciosa crucífera:

 

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Ensalada de alcachofas

Ha llegado la temporada de alcachofas y en casa nos estamos poniendo las botas con la alcachofa de Benicarló, población costera de Castellón muy cerquita de donde vivimos nosotros que es muy famosa por su producción de alcachofas de gran calidad 😉 Y, aprovechando el calorcito de estos días, no se me ocurre nada mejor que compartir contigo esta deliciosa ensalada de alcachofas, perfecta para introducir nuestra preciada verdura de manera sencilla y saludable.

Las alcachofas están en su máxima esplendor entre mediados de enero y finales de marzo. Y es perfecta por su potencial depurativo, porque nos prepara el organismo para la apertura propia de la primavera. Pero también tiene muchas otras ventajas:

  • Nos ayuda a depurar el hígado.
  • Estimula la producción de bilis y elimina grasas.
  • Es diurética y contribuye a eliminar la retención de líquidos.
  • Ayuda a combatir el colesterol y la tensión alta.
  • Es muy rica en minerales y vitaminas.
  • Es ideal para incluir en una dieta para la pérdida de peso.

¿Cómo cocinar las alcachofas?

Para cocinar las alcachofas, primero tenemos que limpiarlas bien. Con la ayuda de un cuchillo, tenemos que cortar las hojas más externas y las puntas más duras. A continuación, limpiamos parte de la base con una puntilla, dejando visible el corazón más tierno y extrayendo la parte más fibrosa. En función del plato, también tendremos que quitarle la pelusilla del interior.

Es muy importante que, mientras preparemos las alcachofas, tengamos a mano un gran bol lleno de agua fría con limón escurrido o perejil. A medida que vamos limpiando y cortando las alcachofas, las dejamos dentro del bol para que no se oxiden.

Una vez limpias, podemos cocinarlas a la brasa, al horno, en salteados, en tempura, añadirla a los caldos o incluso podemos prepararlas rellenas de cereales integrales y/o verduras.

Hoy te propongo escaldar las alcachofas unos pocos minutos y añadirlas como ingrediente estrella a esta ensalada de finales de invierno y primavera. Una ensalada muy saludable y con personalidad, que destaca por su acertada combinación de ingredientes: alcachofas, rúcula, huevo y alcaparras, aderezados con un cremoso aliño de mostaza y limón.

[Si eres vegan@, puedes eliminar el huevo de la ecuación sin problema 😉]

Esta receta me encanta porque:

  • Es ligera y refrescante,
  • Introduces verduras de temporada,
  • Es saludable y vegetariana (con opción vegana),
  • Resulta crujiente y jugosa a la vez,
  • Llena de sabor,
  • Con ese toque ácido,
  • Y es perfecta tanto como primer plato como si quieres servirla de guarnición en ocasiones especiales.

Te dejo con la receta:

Ingredientes (para 3 personas)

  • 2 alcachofas
  • Una buena base de rúcula fresca (unos 75 gr)
  • ½ vaso radicchio (o col lombarda)
  • 2 huevos ecológicos
  • 2 c.s. alcaparras
  • Germinados de col lombarda para decorar (opcional)

Para el aliño:

  • 2 c.s. zumo de limón (y el resto del limón para conservar las alcachofas antes de hervirlas)
  • 1 c.p. mostaza
  • 1 c.p. sirope de ágave o tu endulzante saludable favorito
  • ½ c.c. sal marina sin refinar
  • Pimienta negra al gusto
  • 1/3 taza de AOVE

Elaboración

  • Calentamos agua en un cazo y, cuando empiece a hervir, cocemos los huevos durante 7 minutos. Retiramos y pasamos por agua fría.
  • Mientras tanto, preparamos las alcachofas y las cortamos en juliana. Las colocamos en un bol con un poco de zumo de limón.
  • Ponemos un poco de sal marina en el cazo con agua y echamos a hervir las alcachofas, escurridas, durante 3 minutos. Reservamos.
  • En una fuente, colocamos la rúcula, limpia. Añadimos el radicchio a juliana, las alcaparras, las alcachofas, los huevos cortados a gajos y los germinados de col lombarda.
  • En un bol, mezclamos todos los ingredientes para el aliño y los batimos con unas varillas. Esparcimos por encima de la ensalada, al gusto.

 

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Cuchillo de cerámica Kyocera

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Ollas SKK para vitro y gas

Por su antiadherente libre de PFOA ni metales pesados, con las ollas SKK cocinas con total confianza sin desprender tóxicos a los alimentos.

Distribuyen el calor rápida y uniformemente tanto en la base como en las paredes. Esto permite perfectos resultados en la cocción y mayor eficiencia energética.

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Tabla de madera de bambú

Para cortar las frutas y verduras, una tabla de madera me resulta de lo más cómodo y orgánico. Por eso, es un básico en mi cocina 😉

Esta de Conasi me encanta porque está elaborada con madera de bambú, que resulta resistente, antimicrobiana y biodegradable. Acuérdate de que tienes un 5% de descuento en todas tus compras con el código CNS-NATURALMENTE.

Y, si te ha gustado la receta…

Échale un vistazo a estas recetas elaboradas con verduras de temporada:

 

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Enchilada de frijoles vegana

[RECETA PATROCINADA POR CONASI]

La enchilada es uno de los platos mexicanos más populares del país y existen un montón de variantes: verdes, rojas, suizas, de mole, potosinas, etc. Hoy te propongo esta enchilada de frijoles, también conocida como enfrijolada.

La peculiaridad de esta enchilada es que la salsa en que se sirve está elaborada a partir de los famosos frijoles, triturados con una batidora tipo Vitamix y reducidos hasta obtener una salsa espesa. Es muy frecuente rellenar la enfrijolada con queso o pollo, pero nosotros vamos a hacer una versión vegana y rellenarla con coliflor en adobo, para aprovecharnos de esta maravillosa crucífera de temporada que casa tan bien con las alubias. Así, tendremos una maravillosa enchilada de frijoles vegana.

 

Me encanta este adobo, con su ligero toque picante y con el tahini, porque le da un gusto muy rico y nutritivo, muy similar al de la carne. Y la salsa, suave y cremosa, envuelve la enchilada a la perfección. Además, es una manera muy original de cocinar la coliflor, que seguro te va a sorprender por lo rica, cremosa y saciante que resulta.

Esta receta es perfecta para viajar con el paladar a México sin salir de tu casa 🙂 Si la acompañas con un poco de ensalada o verduras verdes blanqueadas, tendrás un menú muy saludable y completo.

Si quieres descubrir estas increíble enchilada…

 

…donde te enlazo con la entrada de la receta en el blog de Conasi.

¡Ah! Y recuerda que, si te apetece comprar algo en la página web de Conasi, tienes un descuento del 5% en todas tus compras utilizando el código de descuento CNS-NATURALMENTE.

 

 

Y si te gusta la comida americana…

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Bizcocho de chocolate

Se acerca San Valentín… Y, con él, llega el momento perfecto para deleitarnos con elaboraciones más cuidadas, de esas que nos hacen la vida un poquito más dulce y nos estimulan en todos los sentidos. Como este delicioso bizcocho de chocolate. Que, además de saludable, no lleva gluten, es vegano y está libre de harinas y azúcares refinados.

Es la primera receta de bizcocho de chocolate que publico. Aunque, la verdad, hacía ya mucho tiempo que quería compartir contigo este tipo de receta 😊

Existen miles de versiones increíbles, por supuesto. Pero lo que hace especial a esta que te comparto hoy es que está elaborada con ingredientes que harán subir la temperatura de los comensales. Así, aprovechamos:

  • Todo el potencial del cacao, estimulante que potencia la secreción de endorfinas y dopamina.
  • Los beneficios del plátano, conocido desde antaño por su forma fálica como un potente afrodisíaco.
  • El poder revitalizante y nutritivo del trigo sarraceno, cereal integral que equilibra elemento agua, reforzando los órganos sexuales.
  • El color rosado que aporta la remolacha, símbolo de pasión y ternura.
  • La dulzura y cremosidad de la almendra, alimento asociado con la fertilidad de la mujer.
  • Y el poder afrodisíaco de las fresas.

Así que sí, este es el pastel perfecto para culminar una cena romántica.

Pero, de hecho, no creo que necesitemos demasiadas excusas para disfrutar de este bizcocho de chocolate, porque sencillamente ¡está riquísimo! Y querrás tomarlo a todas horas, independientemente de si vas a disfrutarlo sol@ o acompañad@ 😉

A mí me encanta porque:

  • Es cremoso, denso y se deshace en la boca.
  • Tiene el dulce perfecto, ni demasiado ni demasiado poco.
  • Es rico en chocolate y su sabor es intenso.
  • No lleva gluten.
  • Es saciante.
  • Está elaborado con productos de origen 100% vegetal: un postre totalmente vegano.
  • Es mil veces más saludable que los bizcochos elaborados con ingredientes refinados.
  • Es reconfortante y te transporta a tu infancia.
  • Lleva una deliciosa cobertura de remolacha, rosa, cremosa y aromática.

Pues bien, sin más preámbulos, te dejo con esta delicia para que disfrutes como más te apetezca 😉 En la fotografía tienes la receta completa (salen unas 12 raciones). Pero si te apetece, puedes hacer la mitad de cantidad, te saldrá de un tamaño perfecto si en casa sois pocos.

 

Ingredientes

Para el bizcocho de chocolate

  • 1 taza (150 gr) harina de trigo sarraceno
  • 2/3 taza (100 gr) harina de arroz integral
  • ½ taza (50 gr) cacao puro en polvo
  • 2 c.p. levadura en polvo ecológica
  • 1 c.c. bicarbonato de sodio
  • 1 pizca de sal marina
  • ½ taza sirope de agave (130 gr)
  • ¼ taza aceite de coco (50 gr)
  • 1 y ½ taza (375 gr) leche de avena sin gluten (o la bebida vegetal que quieras)
  • 1 c.p. vinagre de manzana
  • 2 plátanos muy maduros (170 gr)
  • 2 c.s. lino + 6 c.s. agua
  • Fresas o frambuesas para decorar

 

Cobertura rosa de remolacha

  • 1 taza anacardos (100 gr) puestos a remojo
  • 2 c.s. remolacha cruda rallada
  • ¼ taza de leche de coco o la leche vegetal que más te guste
  • 2 c.s. sirope de agave
  • 1 c.p. crema de almendras (opcional)
  • 2 c.s. aceite de coco ecológico

 

Elaboración

  • Precalentamos el horno a 180ºC.
  • En un bol, mezclamos todos los ingredientes secos: harinas, cacao, levadura, bicarbonato y sal. Mezclamos bien.
  • En el vaso de la batidora, introducimos todos los ingredientes líquidos: agave, aceite de coco, bebida de avena, vinagre, plátanos a trozos, lino y agua. Trituramos hasta obtener una crema bien fina.
  • Añadimos los sólidos a los líquidos, en el vaso de la batidora, y mezclamos suavemente, a baja velocidad, permitiendo que se integren bien los ingredientes.
  • Untamos un molde con aceite y lo cubrimos de harina. Esparcimos bien la harina por toda la superficie, quitando el exceso si es necesario. Echamos dentro la masa del bizcocho. Horneamos entre 50 y 60 minutos a 180ºC. Sacamos del horno.
  • Mientras se enfría, preparamos la cobertura. Colamos los anacardos y los colocamos en un recipiente alto, apto para triturar, junto con el resto de los ingredientes. Con la ayuda de la batidora de brazo, vamos triturando todo hasta obtener una crema bien fina y homogénea. Reservamos.
  • Una vez el pastel esté frío, lo desmoldamos y colocamos sobre un plato plano. Servimos con la cobertura rosa por encima y las fresas o frambuesas por encima.

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Molde de silicona platino

El molde perfecto para hornear tus tartas, mucho más cómodo en silicona que los rígidos. Te enlazo a este de silicona platino, de la marca Lurch, que da muy buen resultado. Lo puedes encontrar en Conasi aquí. Y recuerda que tienes un 5% de descuento con el código CNS-NATURALMENTE al realizar todas tus compras.

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Vitamix Ascent 2500

Para triturar todo lo que se te antoje, ideal para la receta de hoy, porque te deja la masa bien triturada. Incluso tritura las semillas de lino, si lo dejas más rato.

Puedes encontrarla en Conasi aquí. Y recuerda que, con el código CNS-NATURALMENTE, tienes un 5% de descuento.

Bol de acero inox

Me gustan los boles de acero inoxidable para cocinar porque son libres de tóxicos y mucho más cómodos de manejar que los de vidrio. Por eso, para cocinar uso boles de acero inoxidable, como estos de “A slice of green”, fabricados en acero inxocidable de la mejor calidad — los puedes encontrar aquí. Y, para servir, prefiero un bonito bol de cristal, como este de aquí.

Y, si te ha gustado este bizcocho de chocolate…

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¿Compartimos la receta?

Coles de Bruselas asadas

Estamos en plena temporada de coles de Bruselas. Así que sí, ahora es el momento perfecto para aprovecharnos de esta maravillosa crucífera e introducirla en nuestra cocina. ¿Y qué mejor manera que hacerlo con esta deliciosa receta de coles de Bruselas asadas?

Las coles de Bruselas, como cualquier tipo de col, son unas crucíferas interesantísimas por sus propiedades, vitaminas y compuestos antioxidantes. De hecho, antiguamente las coles se utilizaban para aportar al cuerpo la dosis de vitamina C necesaria, en un momento en el que no teníamos acceso a las frutas u otras hortalizas. Además, son depurativas, remineralizantes, desinfectantes y protegen contra el cáncer.

En particular, las coles de Bruselas son más intensas de sabor. Al ser más pequeñas que otras variedades, su sabor está también más concentrado, al contener menos agua. También fortalecen el aparato digestivo.

¿Cómo cocinar las coles de Bruselas?

Por su pequeño tamaño y su intenso sabor, son perfectas como picoteo o como guarnición, utilizadas como protagonistas. Aunque también se pueden utilizar como una verdura más o elaborarlas en salsa (como con una rica bechamel vegana, por ejemplo).

Si alguna vez te ha pasado que las has encontrado amargas, es porque están demasiado maduras o pasadas. Es mejor comprarlas más frescas, guardarlas en la nevera y consumirlas a los pocos días.

Para cocinarlas, sólo tienes que cortar el rabillo, sacar las capas exteriores, limpiarlas y utilizarlas en la elaboración que más te guste. Hoy te propongo que elaboremos las coles de Bruselas al horno, asadas, con un aliño de naranja, vinagre balsámico y jengibre. Una propuesta simple y fácil de elaborar, pero con un toque de complejidad de sabores gracias al aliño. Un aliño que refresca y aromatiza un plato ya de por sí delicioso.

Esta receta me encanta porque:

  • Es una manera fácil y rápida de introducir las verduras de temporada.
  • Resulta dulce,
  • Balsámica,
  • Aromática,
  • Con un toque picante,
  • Antiinflamatoria,
  • Crujiente y jugosa a la vez,
  • Con aromas frutales
  • Y con una paleta de sabores muy bien conseguida.

Aquí te dejo con la receta:

Ingredientes (para 3 personas)

  • 3 vasos de coles de Bruselas limpias (500 gr antes de limpiar)
  • 1 c.c. tomillo
  • ½ c.c. sal
  • Una pizca de pimienta negra
  • 1 c.s. AOVE

Para el aliño:

  • 1 c.p. jugo de jengibre.
  • Ralladura de ½ naranja y 4 c.s. de su zumo
  • 1 c.p. vinagre balsámico ecológico
  • 1 c.p. sirope de ágave

Elaboración

  • Calentamos el horno a 250ºC (sin ventilación) o a 225ºC (con ventilación).
  • Cortamos el rabillo a las coles, les quitamos las hojitas más superficiales y pochas. Partimos las coles por la mitad y las ponemos a remojo en un bol con agua, para limpiarlas. Removemos bien las coles, las frotamos un poco y escurrimos bien, que queden lo más secas posibles.
  • Las colocamos en una bandeja de horno cubierta con papel parafinado o una esterilla de silicona. Salpimentamos, rociamos con un chorrito de AOVE y el tomillo. Mezclamos bien con las manos y disponemos lo más extendidas posible. Horneamos durante 20 minutos, dándoles la vuelta a los 10 minutos.
  • En un bol pequeño, mezclamos el jugo de jengibre, el vinagre balsámico, la ralladura, el jugo de naranja y el sirope de ágave. Para extraer el jugo de jengibre, sólo tenemos que rallar un trozo de jengibre fresco, pelado, con el rallador fino. Tomamos la pulpa que sale y la estrujamos con la mano. Ese jugo que sale es lo que estamos buscando. Añadimos la mezcla a las coles una vez salidas del horno. Mezclamos bien y horneamos 4 minutos más. Servimos.

 

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Cuchillo puntilla

Una puntilla te será muy útil en esta receta para cortar el rabillo de las coles y partirlas por la mitad. Te enlazo a este de Wüsthof de 9 cm, que podrás encontrar en Conasi. De la mejor calidad, un buen cuchillo para toda la vida.

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Rallador Microplane

Para rallar la ralladura de naranja y el jengibre, la mejor opción es un rallador del estilo Microplane. Con él, además de evitarte la parte blanca del cítrico – y su amargor asociado -, consigues un rallado fino y aromático.

Encuéntralo en Amazon aquí.

Lámina de silicona para hornear

La solución para no tener que usar papel de horno cada vez. Sin duda, será una de mis próximas adquisiciones.

Te enlazo a esta que puedes encontrar en Conasi. Y recuerda que tienes un descuento del 5% por venir de mi parte con el código CNS-NATURALMENTE.

Y, si te ha gustado la receta…

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