Sopa de miso clásica

¡Buenas!

Hoy te traigo una receta ideal para la temporada invernal: la sopa de miso. Hacía mucho tiempo que quería publicar esta receta, básicamente porque es todo un clásico en la cocina macrobiótica y en la gastronomía japonesa. Uno de esos platos que cocinamos a todas horas, vaya. Hay 50 mil versiones, pero hoy te quiero mostrar la más tradicional y sencilla, la de toda la vida.

Se trata de una receta que, entre otras maravillosas virtudes, nos aporta los siguientes beneficios:

  • Calienta y tonifica el organismo en profundidad
  • Ayuda a controlar el nivel de colesterol
  • Previene la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares
  • Atenúa los síntomas de la menopausia
  • Permite detoxificar el organismo naturalmente
  • Reduce las incidencias de las alergias
  • Nos protege contra infecciones, ya que estimula el sistema inmunológico
  • Repobla la flora bacteriana y favorece la digestión, ya que es rica en probióticos

Una maravilla, ¿verdad? No es de extrañar, pues, que los japoneses la tomen todo el tiempo: sí, también – y especialmente – en el desayuno… una manera fantástica de empezar el día con buen pie y cargados de energía.

Además, resulta un complemento perfecto para cualquier dieta vegetariana y vegana, pues el miso es un condimento salado (YANG) que calienta y complementa a la perfección una alimentación basada en productos vegetales (más YIN). Es decir, que te ayudará a mantenerte centrad@, con foco y arraigado en el aquí y el ahora.

Un consejo: dependiendo de tu condición, puede ser que si tomas demasiada sopa de miso te acabes encontrando un poco tenso (igual que cuando te excedes con las algas, la sal, los horneados o los cereales integrales, por ejemplo). En este caso, simplemente reduce la cantidad y aporta más dulzor a tu alimentación a través de verduras dulces y redondas y cocciones ligeras.

Te dejo con la receta que, aunque muy sencilla, nunca pasa de moda y siempre es interesante tener a mano como uno de tus básicos:

 

Ingredientes (para 3 personas)

  • 1 cebolla
  • 1 zanahoria
  • 1/2 vaso de col rizada
  • 3/4 litro de agua
  • una pizca de sal marina sin refinar
  • un chorrito de AOVE
  • 1 trozo de alga wakame de 3×2 cm aproximadamente
  • 3 cucharadas de postre de mugi miso (yo particularmente prefiero el genmai miso, que puedes encontrar en Conasi a través de este enlace)
  • un poco de perejil o cilantro fresco para decorar

 

Elaboración

  • En una cazuela, salteamos con un chorrito de aceite la cebolla cortada a juliana fina durante 10 minutos a fuego medio.
  • Añadimos la zanahoria rallada y la col a juliana muy fina y rehogamos unos minutos más. Añadimos una pizca de sal marina.
  • Incorporamos el agua y el alga y dejamos hervir por 15 minutos. Apagamos el fuego.
  • En un vasito, disolvemos el miso en un poco del caldo caliente y lo añadimos a la sopa, removiendo y sin dejar que hierva (así mantenemos sus beneficios digestivos).
  • Servimos con un poco de perejil (o cilantro) picado encima.

 

Trucos y otras observaciones

  • Añádele un trozo de jengibre en la cocción y un poco de cúrcuma y pimienta negra al finalizar, si te gusta el picante y quieres aportarle un plus de efecto antiinflamatorio.
  • Esta es una de las recetas bases en macrobiótica cuando necesitas hacer un «reset» con una base sólida y sencilla para recuperarte de los excesos (junto con el estofado de azukis, el arroz integral o el hervido de hojas verdes, entre otras recetas medicinales).
  • Esta es la receta base, pero puedes adaptarla a tus necesidades y gustos. Además, puedes añadirle otros ingredientes para adaptarla a la estación del año (calabaza en otoño, apio y limón en primavera…), así tendrás una receta apta ¡para cualquier época del año!

 

 

Si te encantan las sopas y cremas, te animo a que pruebes esta deliciosa crema de betacarotenos con cacahuetes caramelizados. Te va a encantar 🙂

 

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Mayonesa vegana de aguacate

¿Te apetece una mayonesa vegana con la consistencia cremosa de toda la vida?

Pues te dejo con la solución final a tus peticiones: una deliciosa mayonesa vegana de aguacate. Una receta que preparo a todas horas y que me sirve para acompañar (casi) cualquier cosa: tostadas, pastas, fideuá, ensaladas, cereales integrales, legumbres… vamos, ¡una delicia en cuanto a versatilidad!

Como verás, está bien acidita, ideal para refrescar un plato más denso. Y me gusta porque, al ponerle una buena cantidad de aceite, queda suuuper cremosa, igual que la mayonesa más tradicional. Ya verás…

Además, es rapidísima de hacer, solo necesitas unos pocos ingredientes y te beneficias de todos los beneficios del aguacate que, por si aún no lo sabes, son muchísimos. Pero vamos a destacar tres:

  1. Es muy nutritivo: contiene un montón de vitaminas imprescindibles para tu salud, además de ser muy rico en potasio.
  2. Es rico en ácidos grasos monoinsaturados, ideales para regular las funciones del corazón y disminuir la inflamación.
  3. Es rico en fibra también, con lo cual beneficias a tu tránsito instestinal.

Te dejo, pues, con esta maravilla:

 

Ingredientes

  • 2 aguacates pequeños
  • jugo de 1 limón
  • 1 diente de ajo
  • ½ vaso de aceite de oliva virgen extra
  • 1 pizca de sal marina sin refinar
  • 1 pizca de pimienta negra recién molida

 

Elaboración

  • Cortamos los aguacates por la mitad, sacamos el hueso y vaciamos el contenido en el vaso de la batidora.
  • Rociamos los aguacates con el jugo de un limón.
  • Añadimos un diente de ajo, salpimentamos y empezamos a batir, a medida que vamos echando el aceite lenta y constantemente.
  • Servimos como más nos guste. ¡Y a disfrutar!

 

A ti, avocado lover, te animo a que descubras las maravillas del pesto de aguacate en esta deliciosa receta que he preparado especialmente para ti.

 

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Hamburguesa de quinoa vegana

Esta hamburguesa de quinoa vegana es una de aquellas recetas que llegan inspiradas por un lugar. Por los sabores, los ingredientes y técnicas que allí se practican. Hoy, ese lugar es Perú, país que he tenido la oportunidad de descubrir recientemente y cuya gastronomía me fascina.

Para crear esta deliciosa hamburguesa de quinoa, me he basado en ingredientes típicos de la cocina criolla como: quinoa, chía, ají, aceitunas negras, culantro (=cilantro), palta (=aguacate), piña y camote (=boniato), además de una elaboración estrella: la “sarsa” (=cebolla marinada), que normalmente se usa como acompañamiento para todo tipo de elaboraciones y que hoy disfrutamos también en esta preparación.

Como verás, esta hamburguesa de quinoa es muy sencilla de preparar, aunque requiere su tiempo, como la mayoría de hamburguesas vegetarianas. En casa, suelo hacer masa de más y así tenemos para varios días, al momento de servir solo tendrás que pasarlas por la plancha o calentarlas al horno.

Si te fijas, esta burger tiene su magia: aporta un montón de energía de buena calidad. La he cargado bien de verde (quería que tuviese un montón de clorofila: espinacas, puerro y cilantro) y, además, nos beneficiamos de las propiedades de superalimentos como la quinoa y la chía.

El secreto de la receta de hoy es preparar todas las elaboraciones y que cada uno se prepare la hamburguesa como más le guste. Es un éxito asegurado.

Te dejo con la receta de la hamburguesa de quinoa vegana:

 

Ingredientes (para 4 personas)

  • 1 vaso de quinoa tricolor
  • 2 vasos de agua
  • 1 cebolla
  • 4 manojos de espinacas frescas
  • 1 diente de ajo
  • 50 gr semillas de chía
  • 1 puerro
  • 50 gr aceitunas negras deshuesadas
  • 1 ají
  • 50 gr de harina de amaranto o de avena
  • Sal marina sin refinar
  • 1 c.c. pimienta negra molida
  • 1 c.s. comino
  • Cilantro fresco al gusto
  • Aove

Guarnición:

  • Para las “patatas fritas”: 2 boniatos, 2 ajos, hierbas y especias al gusto, una pizca de sal marina
  • Para la mayonesa de aguacate: 2 aguacates, 1 ajo, 100 ml de aove, una pizca de sal, 1 lima
  • 1 bandeja de champiñones
  • 4 rodajas de piña de 1 cm de grosor
  • Para la “sarsa” criolla o cebolla marinada: ½ cebolla morada, 1 pizca de sal, cilantro fresco al gusto, 1 lima, ají en juliana fina al gusto.
  • Unas hojas de espinaca fresca
  • 4 panes de hamburguesa de buena calidad

 

Elaboración

 

Para las burgers:

  • En una cazuela de fondo grueso, calentamos 2 medidas de agua. Limpiamos la medida de quinoa pasándola debajo del grifo en un colador fino. Cuando el agua hierva, añadimos una pizca de sal marina y la quinoa. Mezclamos, bajamos el fuego al mínimo, tapamos y dejamos cocer por 20 minutos o hasta que la quinoa absorba todo el agua y el aro del pseudocereal se despegue.
  • Mientras tanto, salteamos las verduras en una sartén, bien picaditas: primero la cebolla y el puerro (también la parte verde), luego añadimos el ají y finalmente las espinacas. Salpimentamos y reservamos en un bol grande.
  • Añadimos al bol la quinoa recién cocida, el diente de ajo picadito, las semillas de chía, las aceitunas negras cortadas a trocitos, las especies, hierbas. Mezclamos y dejamos reposar unos minutos. Añadimos las harinas poco a poco en función de lo espesa que nos haya quedado la masa.
  • Damos forma de hamburguesas con las manos ligeramente mojadas y pasamos por la plancha.

 

Para las “patatas fritas”:

  • Pelamos los boniatos y los cortamos en la forma típica de las “patatas fritas”. Lo disponemos en una bandeja de horno con un chorrito de aove, una pizca de sal, las especies, hierbas y ajos. Mezclamos con las manos y dejamos hornear 30 minutos a 180ºC.

Para la mayonesa de aguacate:

  • Disponemos todos los ingredientes en el vaso de la batidora y batimos hasta obtener una crema fina y espesa. Reservamos.

 Para los champiñones:

  • Limpiamos los champiñones, los cortamos a láminas y los salteamos en un wok, a fuego fuerte, con un chorrito de aove, hasta que estén dorados. Salpimentamos al final. Reservamos.

Para la piña:

  • Cortamos 4 rodajas de piña finas y las pasamos por la plancha, unos minutos por cada lado, hasta que queden doradas. Reservamos.

Para la “sarsa”:

  • Cortamos la cebolla en juliana y la salpimentamos, rociamos con lima y ají picado al gusto. Mezclamos bien. Añadimos cilantro picado por encima.

Para montar la burger:

  • Cortamos el pan por la mitad, lo tostamos un poquito. Untamos la mayonesa. Disponemos la rodaja de piña, unas hojas de espinacas frescas. Encima colocamos la hamburguesa. Luego los champiñones. Y finalmente la cebolla marinada. Tapamos y ¡a disfrutar!

Para esta hamburguesa de quinoa, te puede interesar:

Batidora clásica Bamix

Una batidora de vaso tipo Bamix. Las batidoras de vaso son perfectas cuando necesitas preparar cantidades pequeñas: salsas, vinagretas, mayonesas… Y para la mayonesa de aguacate de hoy es ideal.

La batidora Bamix Classic es muy interesante porque el acero inoxidable usado es de la mejor calidad y, además, te aseguran que se trata de un producto de gran calidad y que te va a durar años. Te dejo el enlace aquí para encontrarla en Conasi y recuerda que, por venir de mi parte, tienes un descuento del 5% utilizando el código CNS-NATURALMENTE.

Olla SKK para vitro y gas

Por su antiadherente libre de PFOA ni metales pesados, con las ollas SKK cocinas con total confianza sin desprender tóxicos a los alimentos.

Distribuyen el calor rápida y uniformemente tanto en la base como en las paredes. Esto permite perfectos resultados en la cocción y mayor eficiencia energética.

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Bandeja de horno

Para hornear los boniatos y todo lo que te apetezca. Está hecha de vidrio borosilicato, material que no desprende tóxicos y es altamente resistente al calor. Encuéntrala en Conasi aquí.

Si te ha gustado esta hamburguesa de quinoa…

y te gustan las recetas de hamburguesas veganas, descubre nuestra deliciosa hamburguesa de mijo y remolacha. ¡Te va a encantar!

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Desmitificando mitos: Nueva visión sobre la macrobiótica

Este mes de noviembre he colaborado escribiendo un artículo sobre macrobiótica para el blog de mi compañero y amigo David Aguilar. Con la intención de desmitificar un poco las falsas creencias que existen alrededor de este tema, he querido acercar esta ancestral filosofía al lector moderno. Porque, muchas veces, aún existe la falsa creencia de que la macrobiótica es una disciplina muy cerrada o complicada. Sin embargo, he querido aportar un poco de claridad al asunto y descubrirte una manera de comprender la vida sencilla y súper útil para las necesidades actuales.

En este artículo de opinión, te cuento qué significa macrobiótica con sus conceptos clave y ejes básicos, inspirándote, espero, a reconectar con tu sabiduría interna y a profundizar en esta filosofía que tanto tiene para aportarnos.

«El conocimiento sin experiencia se convierte en dogma, mientras que el conocimiento con experiencia se convierte en libertad.»

Y si te interesan los artículos de opinión, te animo a que le eches un vistazo a estas entradas del blog: 

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Alimentación para el alma

Escrito poco después de los incidentes en Catalunya durante el 1 de octubre de 2017, este artículo sobre alimentación para el alma pretende ayudarte a recuperar la calma y el bienestar emocional a través de la alimentación. Y es que, delante de una situación de crisis, lo que comemos puede afectarnos a todos los niveles y puede contribuir a mejorar nuestra situación (o a empeorarla, si nos alimentamos con productos poco interesantes).

En este artículo, que encontrarás en el blog de Ariadna Salvador, le doy, pues, importancia a lo que comemos desde un punto de vista no solo puramente mecánico, sino también energético. A través del estudio de la Macrobiótica y Medicina Tradicional China, podemos beneficiarnos del conocimiento ancestral y encontrar soluciones para equilibrarnos en función de cómo nos sentimos.

Te podría hablar de muchas técnicas para que consigamos sosegarnos: yoga, meditaciones, tai chi, incluso un poco de boxeo y unos cuantos gritos al viento nos irían de perlas para sacar toda la frustración que llevamos dentro. Sin embargo, hoy quiero hablarte sobre cómo puedes conseguir todo esto a partir de tu cocina. Sí, has oído bien, a partir de la cocina.

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Viajar a Indonesia: donde comer en Bali

Hace más de un año de mi viaje iniciático a Indonesia y, aunque la cultura y gastronomía de este país me fascinaron muchísimo, aún tenía pendiente de publicar un artículo sobre la experiencia gastronómica balinesa. ¿El por qué de la tardanza? Quizás precisamente por efecto de la misma fascinación que me causó: necesitaba de un […]

Albóndigas vegetarianas

Hoy te traigo una nueva receta inspirada en las tradicionales albóndigas de la abuela: unas deliciosas albóndigas vegetarianas, elaboradas con alubias azukis como base. Rico, ¿verdad? Pero estas tienen sorpresa: son vegetarianas y sin gluten y, como las de la abuela, están muy muy muy ricas 😉

Hacer albóndigas vegetarianas es una elaboración muy interesante porque las puedes hacer con casi cualquier cosa: un cereal integral de base o una legumbre + algunas verduras picadas y salteadas sirven de base perfecta para esta elaboración. Le añades hierbas aromáticas, especias, tu toque mágico y ¡listos! Ya puedes empezar a hacer las bolitas.

Lo que tienes que tener en cuenta, a diferencia de las de carne, es que, con las vegetarianas, eso de cocerlas en la salsa una vez marcadas no sirve, pues se nos espachurrarían automáticamente y perderían su punto crujiente. Para las nuestras, tenemos que freírlas o hacerlas al horno y luego mantenerlas separadas de la salsa hasta el momento de servir, y nunca cubrirlas de salsa sino mantenerlas arriba de ella (como en la foto).

En la versión de hoy, te propongo una salsa de remolacha y calabaza que gusta mucho a todo el mundo, conocida en Macrobiótica como “falsa salsa de tomate”. Y es que, de hecho, esta salsa fue ideada con el propósito de crear una salsa que recordara a la de tomate pero sin usar la solanácea. A mí me gusta mucho hacerla para ir variando y aprovechar los excedentes de remolachas del huerto y a veces, como hoy, le pongo más remolacha de la cuenta para darle un toque rosado muy divertido e introduzco otros ingredientes (como los champiñones, en esta versión).

Así que, sin más preámbulos, te dejo con la receta; pide un poco de elaboración pero merece la pena, ya verás 😉

 

Ingredientes (para 3 personas)

  • 1 vaso de azukis cocidos
  • 1 cebolla
  • 2 zanahorias
  • ½ pimiento rojo
  • ½ berenjena
  • 2 dientes de ajo
  • Aove
  • 1 c.c. comino molido
  • Una pizca de sal marina
  • 1 c.c. pimienta negra recién molida
  • Un puñado de perejil fresco picado
  • 1 c.p. orégano seco
  • Un chorrito de salsa de soja (tamari)
  • 1 c.s. de harina de arroz para la masa + ½ vaso para rebozar
  • 1 huevo ecológico batido para rebozar (opcional)

Para la salsa:

  • 1 cebolla, ¼ calabaza, 1 remolacha, 4 champiñones, sal marina, aove, 2 c.s. tamari, 1 c.s. ágave, 2 c.s. vinagre de manzana

 

Elaboración

  • Pelamos la cebolla y la zanahoria y las picamos. En una sartén grande, sofreímos la cebolla con un poco de aceite a fuego medio y, en 5 minutos, añadimos la zanahoria.
  • Lavamos el pimiento y la berenjena y los picamos también. Los añadimos a la mezcla, salamos y sofreímos hasta que estén bien hechas las verduras (unos 15 minutos).
  • Añadimos los azukis, las especias, los dientes de ajo picados y la salsa de soja. Dejamos cocer unos 10 minutos más, para que se integren los sabores y se acabe de ablandar la legumbre.
  • Añadimos la cucharada de harina de arroz y cocemos un par de minutos más. Reservamos la mezcla en una bandeja ancha y dejamos enfriar.
  • Mientras tanto, preparamos la salsa: sofreímos en una cazuela la cebolla picada, la calabaza a cuadraditos, los champiñones y la remolacha con un poquito de aove, hasta que las verduras estén blandas (unos 20 minutos). Trituramos en la batidora, añadiendo los condimentos y un poquito de agua hasta obtener la consistencia de una salsa espesa.
  • Con las manos mojadas, vamos haciendo bolitas con la masa de las albóndigas, y las rebozamos en harina de arroz, huevo batido y harina de nuevo. Si quieres hacerlas veganas, simplemente omite el huevo, y haz 2 pasadas de harina.
  • Vamos calentando el aceite en una sartén y freímos las albóndigas. Cuando estén doradas por todos los lados, las retiramos y las dejamos en un plato con papel absorbente.
  • Servimos un poco de salsa en la base y las albóndigas encima, y acompañamos con una ensalada verde con un poco de chucrut, nabo rallado o rabanitos, que nos ayudarán a digerir el aceite usado para las albóndigas vegetarianas.

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Tabla de madera de olivo

Para cortar todas las verduras, una tabla de madera me resulta de lo más cómodo y orgánico. Por eso, es un básico en mi cocina 😉

Esta de Conasi me encanta porque está elaborada con madera de olivo ecológica, maciza y sin tratar. Acuérdate que tienes un 5% de descuento en la primera compra con el código CNS-NATURALMENTE.

Vitamix Ascent 2500i

La auténtica responsable de que las cremas de verduras y las salsas nos queden tan finas. La Vitamix es una batidora perfecta para triturar todo lo que se te antoje, ideal para la receta de hoy, pues el resultado de la salsa de remolacha es genial. Es la batidora, con diferencia, que más finos deja los batidos y las cremas 😉 Puedes encontrarla en Conasi aquí.

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Cuchillo de cerámica Kyocera

Para pelar y cortar las verduras, un buen cuchillo de cerámica es indispensable en mi cocina. Porque, además, no se desafilan y son más ligeros que los de acero.

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Si te han gustado estas albóndigas vegetarianas…

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